El ahorro de combustible

¿Puede un lubricante reducir el consumo de combustible? Lo explica Bernardo Seguí.

En los lubricantes, “no todo es viscosidad”

Las modernas tecnologías en motores, lubricantes y combustibles juegan un papel principal en el objetivo del ahorro de combustible. Este desafío tiene dos grandes beneficios, en primer lugar, una reducción de las emisiones contaminantes y por otro lado un ahorro económico tanto para usuarios particulares como grandes flotas. Las nuevas legislaciones impulsan a un ritmo acelerado los desarrollos tecnológicos para cumplir con los mencionados límites máximos de emisiones y consumos de combustible, manteniendo siempre la durabilidad de los equipos. Podemos mencionar ciertos desarrollos mecánicos y electrónicos en este sentido, como la apertura variable de válvulas, turbocompresores, motores híbridos, sistemas start-stop, e inyección directa estatificada. Sin embargo, pondremos el foco en los lubricantes, como factor para reducir los consumos de combustible.

La viscosidad de los aceites es el principal parámetro a tener en cuenta. Mayores viscosidades aumentan los consumos de combustibles, y menores viscosidades disminuyen el consumo. Un motor trabajando con un aceite demasiado viscoso, tiende a trabajar forzado, es decir, requiere quemar más combustible para vencer las fuerzas internas del mismo, que se generan en todas sus partes móviles. Este efecto es más notorio en los arranques en frío, cuando la temperatura del aceite es baja y su viscosidad aún más alta.

Siguiendo la línea del ahorro de combustible, podemos pensar que lo ideal sería usar un aceite lo menos viscoso posible. La pregunta que decanta es, ¿qué tan baja viscosidad puedo usar? Esto lo determina el manual de usuario. Para dar un ejemplo, un vehículo de los años 70 cuyo manual pide aceite 15W-40 o 20W-50, no debe usar aceite 5W-30. Los aceites deben acompañar el diseño de los motores, y usar la tecnología adecuada según cada modelo. Aceites extremadamente livianos, en motores viejos, producirán el adelgazamiento de la película lubricante y el consecuente desgaste. Aceites livianos en motores diseñados para los mismos, funcionarán óptimamente y permitirán obtener un ahorro de combustible.

¿Cuánto combustible puedo ahorrar usando el aceite adecuado?

Los ahorros de combustible suelen medirse en pruebas estandarizadas de banco, para evitar las variaciones lógicas que tendría una prueba en calle (condiciones ambientales, influencia del conductor, condiciones del camino, etc.). Usando aceites comercialmente disponibles, los ahorros se extienden en el rango de 0,5% a 2%, típicamente comparando aceites 10W-40, 5W-30, 0W-30 vs. 15W-40. En aceites experimentales, Shell ha logrado ahorros del orden del 5%, con nuevas viscosidades 0W-12. Se espera que en algunos años la industria adopte estas nuevas tecnologías de muy baja viscosidad. Claramente no serán compatibles con las tecnologías actuales de motores, así como el 5W-30 no es adecuado para los viejos motores que pedían 15W-40 o 20W-50.

Es importante mencionar que no es todo viscosidad. Constantemente se desarrollan nuevos aditivos modificadores de fricción, que trabajan sobre las superficies metálicas y permiten reducir la fricción interna del aceite, otorgando así adicionales beneficios en ahorro de combustible.

Para el mercado argentino, Shell propone distintos productos capaces de ayudar al ahorro de combustible, recordando siempre verificar el manual de usuario al seleccionarlos. Para servicio pesado diesel, Shell Rimula R5 E 10W-40 es un aceite semisintético, que registra ahorros de hasta 1% vs. minerales 15W-40, y es totalmente compatible con aceites minerales. En el campo de los motores livianos, Shell Helix Ultra ECT 0W-30, es un 100% sintético que permite ahorros de hasta 2,6% según la prueba ACEA M111.

Por Bernardo Seguí
Asesor Técnico – Shell Lubricantes

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¿Sabías qué?

Algunos de los últimos desarrollos en motores diesel de camiones y colectivos, utilizan aceites 5W-30, con el objetivo de reducir el consumo de combustible.

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