Los cambios y la Analogía del Resorte

Por Néstor Setzes

 

Es una pregunta muy escuchada a nivel directivo: “¿Por qué no lo hacen, si se los expliqué claramente?”

Para entender la raíz de la cuestión y a partir de allí buscar soluciones válidas, es necesario apelar al ejemplo de un resorte físico:

1. Si tenemos un resorte cualquiera en posición de “estabilidad” o reposo, por el principio de inercia nada lo cambiará a menos que una fuerza exterior lo modifique.

2. Cuando se aplica una fuerza exterior para que se estire, es necesario que dicha fuerza sea suficiente para modificar la posición original hasta la nueva posición.  Eso depende de la resistencia que ofrezca el resorte a ser modificado.

3. Si se deja de aplicar la fuerza exterior apenas ejercida, el resorte indefectiblemente volverá a su posición original

4. Si lo que se busca es un estiramiento definitivo del resorte, la fuerza debe ser ejercida de manera constante durante un tiempo más largo que el inicial, y esto puede ser ayudado con trabajos sobre el material que compone el resorte para que se deje modificar de manera más rápida y eficaz (por ejemplo calentándolo para vencer su resistencia)

5. Para lograr ese estiramiento definitivo a la nueva posición deseada es necesario ir probando, es decir, dejar de aplicar la fuerza y medir hasta donde volvió (o se estiró de mas) sucesivamente hasta lograr el objetivo.

6. Una vez que el resorte queda en reposo en la nueva posición deseada, no es necesario seguir aplicando la fuerza del cambio.

 

Si tenemos un resorte cualquiera en posición de “estabilidad” o reposo, por el principio de inercia nada lo cambiará a menos que una fuerza exterior lo modifique.

Si tenemos un resorte cualquiera en posición de “estabilidad” o reposo, por el principio de inercia nada lo cambiará a menos que una fuerza exterior lo modifique.

 

Y aquí la novedad: en la empresa sucede lo mismo cada vez que se quiere introducir un cambio, donde la analogía se interpreta de la siguiente manera:

1. La posición de reposo es la situación actual a modificar, la que está en “estabilidad” alimentada por la “costumbre”

2. La fuerza exterior para modificar la situación actual es: Compromiso directivo, objetivo claro, comunicación efectiva, referentes del cambio.

3. Si la fuerza exterior se deja de aplicar rápidamente, todo vuelve a la situación original, al igual que en el resorte. Esto explica por qué comunicarlo una vez no es suficiente

4. Para que la aplicación cambie el “reposo” original por uno nuevo se debe tener constancia.  Trabajar sobre las personas para que sean más permeables al cambio implica persuasión y un esquema claro de premios y castigos que se deben determinar según el caso y la urgencia del cambio.

5. Para que las cosas se hagan como se proponen hay que controlar el avance del cambio e ir regulando las fuerzas de aplicación

6. Una vez que el cambio queda en la “cultura organizacional” (nuevo reposo) ya nadie lo resiste ni tiene dudas de que las cosas en “ésta empresa” deben hacerse “así”.

La estabilidad o reposo es cómoda, pero en una empresa hoy es casi una sentencia de desaparición.

Cada cambio (de objetivo acertado) es incómodo y difícil de llevar a la práctica en mayor o menor medida pero una necesidad imperiosa para perdurar, ya que el entorno es cambiante.

Si el cambio es acertado la organización habrá avanzado hacia el cumplimiento de su propia Misión.

 

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