Larga vida, ¡pero bien entendida!

Por Antonio J Ciancio

 

El problema de algunos de estos aceites “larga vida” es que se le presenta al cliente como una propiedad específica del aceite (por ejemplo, “rinde 45.000 kilómetros”), y esto es un mito de la lubricación.

La realidad es que la duración del aceite en el cárter depende no sólo de la calidad del mismo, sino que está íntimamente relacionada con el tipo de vehículo y motor. Además, la forma en que se utiliza. Es decir que el período entre cambios de aceite está determinado por la calidad y propiedades del aceite, por el diseño del motor y por la severidad del servicio.

La aparición en nuestro mercado de la nueva Sprinter con motor OM 651 nos ha traído el mejor ejemplo de cómo debe entenderse el concepto de vida útil del aceite en el motor:

1) Debe utilizarse en el servicio un aceite listado en la página Mercedes Benz 228.5. Esto define a un aceite de prestaciones tan exigentes que sólo se alcanza con bases sintéticas.

2) El período entre cambios de aceite es de 20.000 Km

¿Cómo puede ser esto? ¿Por qué adopta este criterio un fabricante tan prestigioso como Mercedes-Benz?

En principio puede parecer contradictorio, ya que estamos acostumbrados a que el lubricante que tiene una aprobación formal contra la especificación MB 228.5 se utiliza por extensísimos períodos entre cambios de aceite, limitados sólo por el sistema de monitoreo de abordo, por ejemplo en los camiones Actros… ¡pero con usos normales siempre está por encima de los 100.000 kilómetros!

Para camiones Scania, el concepto de Long Drain Fluid también ronda en condiciones normales 120.000 Km. Volvo también promueve el uso de aceites sintéticos para “larga vida”, apoyándose fundamentalmente en su propia experiencia y en los análisis de aceites usado.

¡Claro! Ocurre que todas estas aplicaciones involucran a motores de bajas rpm (revoluciones por minuto) en el orden de 1900-2200 rpm a plena potencia y pleno régimen. Las capacidades de cárter están entre los 27-35 litros. Las aceleraciones son relativamente suaves comparadas con las de una Sprinter.

El motor OM 651 de la nueva Mercedes-Benz Sprinter requiere lubricantes especiales.

El motor OM 651 de la nueva Mercedes-Benz Sprinter requiere lubricantes especiales.

En cambio en, la Sprinter nos encontramos con un motor OM 651 (Euro III) que es sencillamente una joya mecánica: cilidrada, 2,146 cm3; cuatro válvulas por cilindro; alimentación con biturbo e intercooler; inyección directa por common-rail (de alta presión y múltiples pulsos de inyección); distribución por doble árbol de levas a la cabeza; potencia de 150 CV a 3800 rpm; torque de de 330 Nm entre las 1.200 y 2.400 rpm. Está asociado a una caja de 6 marchas ZF 6S-450 acopladas mediante cable y con relaciones que permiten que el motor trabaje a bajas rpm, con una 1ra marcha bien corta y una 6ta bien larga.

¡En fin! Estamos hablando de un medio mecánico que permite acelerar como en un automóvil: a 120 Km/h se puede “picar”. Uno siente que siempre le sobra potencia. ¡Y todo esto hay que manejarlo con escasos 12 litros de aceite!

A esta concentración de potencia por cada litro en el cárter la definimos como “stress del aceite”. Es decir que el lubricante está sometido a mayores cargas térmicas que en un camión (trabaja a mayor temperatura), fenómeno que se ve acentuado por el gran batido de las más altas rpm: el aceite mezclado más vigorosamente con el aire del cárter provoca un recalentamiento más severo, porque incorpora más cantidad de este “gas compresible” en todo el circuito de lubricación. El recalentamiento se pone en crítico en aquellos lugares con alta presión, por ejemplo los cojinetes de bancada y biela. El resultado es un adelgazamiento de la cuña lubricante, con más riesgo de contacto metal-a-metal y el consecuente desgaste.

También las cargas mecánicas son mayores en este motor de alta performance: esto se refiere a mayores presiones entre los distintos componentes; a las que se suman esfuerzos tipo “cizalla” entre las piezas que tienen mayor velocidad relativa  con muy pequeño huelgo o “juego” entre sí. Literalmente se está “estrujando” a las moléculas del aceite que corren más riesgo de romperse, en especial los polímeros mejoradores de viscosidad (uno de los aditivos de mayor peso molecular, de los más “grandotes”, dentro de las fórmulas). El riesgo inmediato es una caída en la viscosidad del aceite, más notoria a altas temperaturas.

Desde ya que la conjunción de los mayores esfuerzos entre las piezas, con el bajo juego y rápidos desplazamientos, tiende a “barrer” más agresivamente a los aditivos antidesgaste, que son los responsables de generar  una capa protectora sobre cada pieza, entre ciclos de trabajo y parada. Esa capa irá al “sacrificio” tras cada arranque, en muchos casos trabajando “en seco” por varios segundos (en invierno este período crítico se aumenta notablemente).

Resulta curioso que cuanto más seguro y maniobrable es el vehículo están más exigidos todos los sistemas y componentes (entre ellos el aceite). El mayor placer de los conductores por acelerar y mantener velocidades de crucero más altas, en forma confiable, se traduce en un aumento de la severidad de servicio. Por eso todos los lubricantes de la nueva Sprinter son sintéticos, tanto en motor como en la caja y el eje trasero (diferencial).

Los motivos para manejar con más “picante” están basados en el amplio equipamiento de seguridad, donde se destaca la incorporación del Programa Electrónico de Estabilidad (adaptive ESP) de serie, con la particularidad de reaccionar con mayor sensibilidad y más precisión. Trabaja en conjunto con el ABS (sistema antibloqueo de frenos), el ASR (sistema de control de tracción), el BAS (servofreno de emergencia) y EBV (distribución electrónica de fuerza de frenado), ampliándose con las nuevas funciones (ROM) limitación del riesgo de vuelco, (RMI) intervención en movimientos desestabilizadores, (LAC) control adaptativo de la carga y (EUC) control del subvirado.

Un verdadero “chiche” que invita a sacarle el mayor provecho, esmerándonos en hacer “travesuras”.

Todas las causas antes descriptas, combinadas en el motor y servicio del motor OM 651 ha llevado a definir el período entre cambios de aceite en 20.000 para condiciones normales de operación, utilizando aceites sintéticos Mercedes Benz 228.5. Se incluye en esas condiciones de uso al transporte semiurbano de pasajeros.

Con ello se garantiza la protección del motor, que en definitiva es el objetivo principal, lo que más influye en los costos totales de operación o propiedad.

Es decir que antes de establecer cualquier programa de extensión del período entre drenajes de aceite debemos garantizar una bien entendida Larga Vida del motor.

Los usuarios y los fierros, estarán agradecidos.

 

* Ingeniero de Lubricación Senior de Mobil –Lubricantes y Especialidades.