American muscle

Una bendita cláusula administrativa nos tuvo a los argentinos alejados durante años de los muscle cars. Es aquella del Ministerio de Industria que indica que, en nuestro país, sólo se pueden homologar autos con especificaciones aprobadas para el mercado europeo.

Por eso, durante años, acá no se pudieron vender los Mustang, los Challenger y los Camaro. Eso fue hasta hace dos años. Chevrolet fue la primera marca en darse cuenta de que los europeos –y de paso, los argentinos- también estaban interesados en los muscle-V8.

Y, por eso, junto con la quinta generación del Camaro, General Motors desarrolló una versión con especificaciones para el Viejo Continente. Básicamente, se trata de cambios pequeños y poco significativos en las luces, la consola de instrumentos, el volante y otros detalles. Pero alcanzan para cubrir el bache administrativo.

Así, con la dichosa homologación aprobada, GM lanzó a la venta el Camaro en Europa septiembre de 2013 y lo puso a la venta en la Argentina en noviembre de 2013.

Su precio local no era nada barato: 95 mil dólares. Y, dos meses después, con la instauración de los impuestos internos, pasó a valer 164 mil dólares.

Sin embargo, con 173 unidades patentadas en menos de un año y medio, el Camaro se convirtió en el deportivo más vendido de la Argentina.

Es un fenómeno que no tiene nada de curioso. Sobre todo si tenés la oportunidad de manejarlo durante 24 horas. Eso fue lo que hicimos la semana pasada y la crítica completa se reproduce a continuación.

 

POR FUERA

No voy a explicarte cómo se ve un Camaro. Y me río de cualquiera que quiera dar una clase de diseño en base a sus líneas.

Cuando se presentó en Estados Unidos en 2010, esta quinta generación del Camaro fue toda una revolución. Tras una cuarta generación bastante anodina y poco exitosa, GM dejó de producir el modelo por ocho años para replantear por completo su concepto de muscle-car.

La marca de Detroit volvió a las fuentes y, con clara inspiración en el modelo original de 1968, lanzó este Camaro retro-look que fascina a grandes y chicos. De paso, la marca se asoció con los productores de Transformers para que encarnara al personaje entrañable de Bumblebee.

Tiene potencia y prestaciones para disfrutar en un circuito.

Tiene potencia y prestaciones para disfrutar en un circuito.

Estética retro-futurista. Mitad Camaro ’68. Mitad Bumblebee.

Estética retro-futurista. Mitad Camaro ’68. Mitad Bumblebee.

El resultado: una máquina ancha y bajita, que funciona a todos los niveles. A los adultos, les pega justo en el costado sensible de la nostalgia. Y, a los niños, les produce la misma sensación de ver a Súperman caminando por las calles: un héroe sobre ruedas.

El Camaro llega a la Argentina en una sola versión: SS V8 con Kit Sport. Esto incluye spoiler delantero específico, toma de aire sobre el capot en color negro, alerón sobre la tapa del baúl y llantas de aleación de 20 pulgadas (con Pirelli P-Zero 255/40R20 adelante y 275/40R20).

Ahora vienen las noticias no tan buenas. El Camaro con especificaciones europeas tardó tanto en llegar que la sexta generación se presentará ya este año para el mercado norteamericano. Aún no se sabe cuándo estará disponible en el Viejo Continente. Ni si llegará a la Argentina.

 

POR DENTRO

Ya sé, tiene el volante del Cruze. Pero ese fue uno de los cambios que se le hicieron al Camaro para homologarlo en Europa.

Y ese no es el único detalle extraño que vas a tener que asimilar si querés darte el gusto de manejar el único deportivo americano a la venta en la Argentina. También hay algunos faltantes de equipamiento que, en un auto de este precio, pueden resultar insólitos: no tiene climatizador (sólo aire acondicionado), la butaca es muy cómoda, pero carece de ajuste lumbar. Y tampoco hay rueda de auxilio, sólo un compresor con un kit de reparación.

Hasta ahí, los defectos que pudimos identificar. Pero son detalles que podés perdonar con facilidad en el uso diario.

La posición de manejo es espectacular, con la butaca bien pegada al piso, las piernas estiradas hacia adelante y esa maravillosa sensación de ceguera que te produce la gran protuberancia del capot. Es difícil saber dónde comienza la trompa, pero es un defecto simpático, porque debajo de ese promontorio suena un V8.

Digamos que es una incomodidad emocionante. Como manejar un volcán. Desde adentro del cráter.

Butaca más confortable que deportiva, para grandes anatomías.

Butaca más confortable que deportiva, para grandes anatomías.

Atrás, sólo dos plazas sin apoyacabezas, pero con Isofix. Reservadas para niños.

Atrás, sólo dos plazas sin apoyacabezas, pero con Isofix. Reservadas para niños.

El volante parece el del Cruze. Y el panel de la puerta es de plástico. Pero se lo perdonamos.

El volante parece el del Cruze. Y el panel de la puerta es de plástico. Pero se lo perdonamos.

Interior con calidad de terminación correcta, aunque sin lujos.

Interior con calidad de terminación correcta, aunque sin lujos.

Se complementa con varios relojitos analógicos.

Se complementa con varios relojitos analógicos.

Sistema MyLink con GPS.

Sistema MyLink con GPS.

El tablero de instrumentos es completísimo.

El tablero de instrumentos es completísimo.

La butaca es más cómoda que deportiva, pensando en las fisonomías robustas de ya te imaginarás qué latitudes. Tiene ajustes eléctricos y el volante también se regula en altura y profundidad.

El tablero y la consola de instrumentos merecen un párrafo aparte. Es de lo más completo que vi en mucho tiempo. Y dejará igual de contentos a los amantes de la información analógica o digital.

Por empezar, frente a tus ojos tenés un tablero clásico, con cuatro indicadores y una computadora de abordo bien completa. Esta información con agujitas se complementa con los cuatro relojes que hay frente a la palanca de cambios: presión de aceite del motor, temperatura de aceite del motor, temperatura de aceite de la transmisión y voltímetro.

A eso hay que sumarle el Head-Up Display, un sistema que proyecta información del tablero en el parabrisas y en colores. Es tan completo que incluye hasta medidores de Fuerza G (lateral y longitudinal).

El Head-Up Display en colores.

El Head-Up Display en colores.

Por último, está el sistema MyLink ya conocido de otros Chevrolet. En el caso del Camaro tiene pantalla de siete pulgadas e incluye GPS.

En el asiento trasero sólo hay espacio para dos niños. El acceso no es muy cómodo, pero en estas 24 hs no conocí a ningún chico que se quejara por viajar apretado en un Transformer.

Bastante más generoso es el baúl. Tiene 364 litros muy aprovechables. Y el hueco bajo el piso -donde debería haber una rueda de auxilio- suma 20 litros más.

 

El baúl es más grande de lo que parece. Pero no tiene rueda de auxilio.

El baúl es más grande de lo que parece. Pero no tiene rueda de auxilio.

SEGURIDAD

El Camaro está homologado para cuatro pasajeros. Y todos tienen cinturones de seguridad de tres puntos. Pero, por una cuestión de visibilidad, los de atrás no cuentan con apoyacabezas. Al menos sí tienen anclajes Isofix, lo que refuerza el planteo 2+2 de que es un espacio sólo para niños.

El Camaro llega con un solo nivel de equipamiento a la Argentina y es muy completo en materia de seguridad: trae seis airbags, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control de tracción, faros de Xenón, luces diurnas de leds y faros antiniebla delanteros y traseros.

En junio de 2014, la NHTSA de Estados Unidos sometió al Camaro a un crash test con sus últimos protocolos de exigencia. Y logró la calificación máxima de cinco estrellas.

 

MOTOR y TRANSMISIÓN

La gracia de tener un muscle-car no pasa tanto por el diseño exterior ni por el equipamiento interior. Lo que divide las aguas en este segmento, siempre, es lo que hay bajo el capot.

Y acá Chevrolet no defrauda: porque ahí adentro hay un V8 L99, perteneciente al legendario linaje de los Small Blocks de General Motors. Claro que, desde el punto de vista argentino, no tiene nada de small.

El V8 tiene 6.2 litros de cilindrada. En USA se conoce como Small Block. En Argentina, mionca block.

El V8 tiene 6.2 litros de cilindrada. En USA se conoce como Small Block. En Argentina, mionca block.

Es un colosal 6.2 litros con sólo dos válvulas por cilindro e inyección electrónica indirecta, que rinde homenaje al viejo lema: “There’s no replacement for displacement” (“No hay reemplazo para la cilindrada”).

Y rinde como corresponde: potencia máxima de 405 cv a 5.900 rpm y un torque de 556 Nm a 4.300 rpm.

La única transmisión disponible en la Argentina es automática. Es una caja secuencial de seis velocidades, con levas al volante y tres modos: Automático, Secuencial y Manual.

La tracción, como no podía ser de otra manera, es trasera.

 

COMPORTAMIENTO

Primero, mis prejuicios: con esas llantas y ese motor, pensé que el Camaro sería un auto duro y arisco de llevar en el manejo diario. Pero resulta todo lo contrario: es un auto de grandes dimensiones (sobre todo muy ancho), pero muy dócil de reacciones. Y con un andar sorprendentemente confortable.

El error de mi preconcepto radica en cómo vemos al Camaro los argentinos: como un deportivo exótico e inalcanzable. Pero, en Estados Unidos, es una coupé para usar todos los días, apenas más exclusiva que un Cruze.

Pero, volviendo a la Argentina, acá no todos pueden tener un V8. Y el sonido que hace este Small Block cuando se pone en marcha es uno de esos regalos de la vida que hay que saber agradecer.

En ciudad, tan sólo la visibilidad hacia adelante es un poco complicada, pero nada grave. Lo que sí es grave es el consumo. En uso urbano resulta difícil bajar de los 20 litros cada 100 kilómetros. Una bestia.

Por eso, si vas a quemar combustible de manera sistemática, lo mejor es hacerlo en el ambiente más adecuado: la ruta. El Camaro no necesita autopistas anchas ni asfalto en perfecto estado para ser disfrutado. Y esa es una gran noticia para cualquiera que viva en la Argentina.

La suspensión absorbe con tranquilidad las imperfecciones del camino y el esquema independiente en las cuatro ruedas (algo que el Ford Mustang recién adoptó en la última generación) se encarga de que apoye muy bien en las curvas de alta velocidad, sin importar si hay saltos, baches o gobernantes negligentes.

El Camaro llega a la Argentina sólo con el motor V8 y caja automática.

El Camaro llega a la Argentina sólo con el motor V8 y caja automática.

El motor se puede encender a distancia, desde el llavero.

El motor se puede encender a distancia, desde el llavero.

Te dije que se disfruta más en rutas que en autopistas y otro motivo de eso son los camiones. Sí, limitan tus posibilidades de explotar toda la velocidad del Camaro. Pero, cada vez que aparece uno, es toda una invitación a bajar unos cuántos cambios y adelantarlos con autoridad implacable. Bonus track: el camionero agradecerá el espectáculo con un bocinazo aprobatorio.

Como te dije, la caja de cambios tiene tres modos. En Automático, se comportará como un tranquilo auto americano. Los cambios son suaves y están muy bien escalonados. A 120 km/h, en sexta marcha, el motor trabaja a sólo 2.000 rpm.

En modo Secuencial, podés intervenir pidiendo un cambio hacia arriba o hacia abajo, pero la computadora seguirá decidiendo apenas te distraigas un poco.

Por último, el modo Manual es tal y como se proclama: la caja se queda bloqueada en la marcha que elegiste, incluso si el motor está trabajando al límite del corte en 6.500 rpm. Todo el control está en la punta de tus dedos. La computadora sólo intervendrá bajando cambios cuando reduzcas la velocidad, pero sólo para que no se ahogue el motor.

Las 24 horas con el Camaro pasaron muy rápido, pero alcanzaron para llevarlo a un circuito. Nos fuimos al Autódromo de Roque Pérez, donde tuvimos toda la pista libre para nosotros.

En un manejo más deportivo, la asistencia eléctrica de la dirección no es lo directa ni comunicativa que uno quisiera. Pero sobra polenta bajo el pedal derecho y los frenos son una maravilla. Recién después de exigirlo a fondo, durante varias vueltas, comenzaron a mostrar algún signo de cansancio.

En este entorno también son de mucha ayuda los indicadores extra del tablero. Nunca me imaginé que iba a estar tan informado sobre la temperatura de la transmisión, por ejemplo. O sobre las fuerzas G que se pueden experimentar en curva.

O en aceleración recta. Porque el Camaro SS pasa de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos, lo que equivale a casi 1 G en el golpe de salida inicial (siempre y cuando no hagas patinar mucho los neumáticos, claro, porque con todos los controles desconectados, las ruedas traseras pueden quedar largos segundos quemando caucho sobre una baldosa).

El comportamiento en curva no es el de un deportivo refinado y preciso. El Camaro es de esos autos que se manejan más con el acelerador que con el volante. Y las reacciones nunca son neutras. O se va de trompa o saca la cola con violencia.

No es un deportivo extremo ni un confortable auto de lujo. Si te lo comprás, hacé como los yankis: sacalo a pasear cada vez que puedas. Y en cualquier tipo de camino.

 

CONCLUSIÓN

En septiembre del año pasado tuve la oportunidad de manejar la nueva generación del Ford Mustang. Es un auto más moderno, mejor equipado, con un comportamiento más neutro y motores más eficientes que el Camaro.

Pero tiene un defecto ineludible. No se vende, por ahora, en la Argentina.

General Motors no se equivocó al mover cielo y tierra para lograr la homologación del Camaro en nuestro país. Las 122 unidades que se patentaron en 2014 superan con creces a las ventas de cualquier otro deportivo de potencia o precio similar.

Y ahí está el otro motivo de su éxito: el precio. Al pagar la segunda escala de impuestos internos, el valor local del Camaro debería haber saltado de 95 mil a no menos de 190 mil dólares. Pero GM resignó bastante al mantenerlo en unos más accesibles 164 mil dólares.

Todavía es una montaña de plata. Pero es el único muscle-car que se vende en nuestro país. Y será un clásico instantáneo. Además, mientras se convierte en leyenda, podés disfrutarlo todos los días.

 

Carlos Cristófalo

Producción fotográfica: Matías Albín.

Agradecimientos: GM Argentina, Automóvil Club de Roque Pérez y Festa Group.

 

FICHA TECNICA

Modelo probado: Chevrolet Camaro SS

Origen: Canadá.

Precio: 164.000 dólares

Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.

Comercializa: General Motors Argentina (www.chevrolet.com.ar)

MOTOR

Tipo: naftero, delantero longitudinal, V8, dos válvulas por cilindro, inyección electrónica indirecta.

Cilindrada: 6.162 cc

Potencia: 405 cv a 5.900 rpm

Torque: 556 Nm a 4.300 rpm

TRANSMISIÓN

Tipo: Tracción trasera, con control electrónico.

Caja: Automática secuencial, de seis velocidades, con levas al volante.

CHASIS

Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.

Suspensión trasera: independiente, tipo multibrazo, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.

Frenos delanteros: discos ventilados (365mm).

Frenos traseros: discos ventilados (355mm).

Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

Neumáticos: Pirelli P-Zero 255/40R20 adelante y 275/40R20 atrás (sin rueda de auxilio).

PRESTACIONES

Velocidad máxima: 250 km/h

Aceleración de 0 a 100 km/h: 5,3 segundos

Consumo urbano: 21,9 l/100km

Consumo extraurbano: 11,15 l/100km

Consumo medio: 15,5 l/100km

MEDICIONES

Largo / ancho / alto: 4.841 mm / 1.918 mm / 1.377 mm

Distancia entre ejes: 2.852 mm

Peso en orden de marcha: 1.844 kg

Capacidad de baúl: 364 litros

Capacidad de combustible: 72 litros

EQUIPAMIENTO

Doble airbag frontal delantero

Doble airbag lateral delantero

Doble airbag de cortina

Frenos ABS con distribución electrónica de frenado (EBD)

StabiliTrak (control de estabilidad y tracción)

Cinturones de seguridad delanteros con pretensionador

Cinturones de seguridad traseros de tres puntos

Regulación interna de altura de los faros

Faros antinieblas delanteros y traseros

Fijación de asientos para niños (Isofix)

Sistema de alarma antirrobo

Faros delanteros de alta intensidad (Xenón)

Luces de marcha diurna (DRL)

Aire acondicionado

Computadora de a bordo

Head up display en color

Cámara de visión trasera

Sensor de estacionamiento trasero

Techo solar elécrtico

My Link (pantalla táctil de 7 “, Nav, Bluetooth, USB, Aux)

Nueve parlantes Boston 245 Watts

Sistema de acceso sin llave y encendido remoto del motor

Monitoreo presión de neumáticos

Asientos delanteros calefaccionados con regulación eléctrica de 6 posiciones

Control de velocidad crucero

Levantavidrios eléctricos delanteros y traseros (express up/down)

Espejos exteriores eléctricos, rebatibles eléctricamente y calefaccionados

Columna de dirección regulable en altura y profundidad

Volante multifunción forrado en cuero

Llantas de aleación de 20 pulgadas