Buenas prácticas en lubricación

Consideraciones fundamentales sobre la viscosidad para optimizar el rendimiento de los motores.

En el marco de garantizar unas buenas prácticas en lubricación para que los profesionales de los lubricentros y talleres mecánicos ofrezcan un servicio de excelencia, Mobil brinda algunas consideraciones respecto de la viscosidad.

Si bien es una característica fundamental en la formulación y composición del aceite lubricante, sigue siendo aún una de las consultas más recurrentes en los encuentros con los especialistas. Se trata de una propiedad física que determina la capacidad de fluir de este líquido sobre los componentes y piezas del motor.

Los lubricantes pueden presentar distintos grados de viscosidad, fácilmente identificable en los envases a partir de los números que acompañan la letra W. Mientras que el primero hace alusión al fluir del aceite en frío, el segundo refiere al fluir en temperaturas mayores de operación normal del motor. Esto quiere decir que, a menor número, el aceite tiene una viscosidad baja (mayor fluidez); mientras que a mayor número el grado de viscosidad es alto (menor fluidez).

Actualmente hay una serie de clasificaciones establecidas a nivel mundial, que permite estandarizar el grado de viscosidad. Una de ellas es la ISO, norma internacional dispuesta a partir de la década del 70’ para aceites industriales; la SAE J306 para aceites de engranajes automotrices y, finalmente, SAE J300 para aceites de motores. Todas ellas se basan en rangos de viscosidad medidos a temperaturas estandarizadas, debido a que esta propiedad se modifica en función de la fluctuación de la temperatura.

Cuando se trata de medir la viscosidad, existen dispositivos llamados viscosímetros. Si bien actualmente hay varias clases dependiendo del tipo de aceite y su aplicación, se utilizan generalmente en los laboratorios de prueba previo al lanzamiento de un producto, así como también por parte de las organizaciones responsables de controlar la calidad de dichos productos. En el caso de las compañías fabricantes de lubricantes, su uso se traduce en una herramienta fundamental que no sólo les permite saber si la viscosidad alcanzó los niveles de performance solicitados por las automotrices, sino que además ayuda a comprender el desempeño de un producto de alta tecnología.

Sin embargo, no todas las viscosidades están desarrolladas para cualquier motor. Antes de elegir un aceite entre la diversidad de productos, Mobil recomienda siempre chequear la especificación del fabricante del vehículo, disponible en el manual de uso.

Por otro lado, los profesionales reciben diariamente consultas de parte de sus consumidores. Una de las más frecuentes es la de modificar la viscosidad a medida que el motor es más antiguo. Si se lo ha mantenido en perfectas condiciones a lo largo del tiempo y, si se han utilizado aceites, filtros y combustibles de calidad, Mobil confirma que es altamente posible seguir utilizando por muchos miles de kilómetros el aceite recomendado originalmente. Cabe destacar que, mientras que los motores más antiguos presentan otra morfología; al ser más grandes, requieren de aceites más viscosos ya que poseen más espacio entre las piezas para lubricar: los motores modernos son más pequeños, por lo que necesitan lubricantes de mayor fluidez y por consecuencia menor viscosidad, para garantizar la lubricación perfecta de las piezas.

En algunos casos, cuando un motor comienza a quemar aceite, lo ideal es hacer las reparaciones pertinentes para corregir la causa que lo ocasiona, ya sea cambiar los sellos y anillos, entre otros componentes. El error está en creer que a mayor viscosidad el problema está resuelto. Siguiendo con este ejemplo, si se elije un aceite más viscoso es probable que disminuya el quemado del lubricante, pero va a dificultar el bombeo a través del motor e incrementar el desgaste en los arranques en frío, creando problemas adicionales al equipo.

Por último, Mobil se distingue por adelantarse a las tendencias de la industria automotriz, caracterizada por motores más modernos y de menos emisiones. Para lograr esto, la forma más eficiente es reducir el consumo de combustible, en donde los aceites lubricantes ocupan un rol vital y estratégico; en especial los de baja viscosidad. Los vehículos más modernos están fabricados para utilizar esta clase de lubricantes dado que ofrecen una menor fricción y como consecuencia, ahorran combustible. En el caso de Mobil, la marca está incorporando los nuevos aceites Mobil Super ILSAC GF-6 y API SP que pueden ahorrar hasta el 4% de combustible en el caso de los aceites sintéticos.

De esta manera, los talleres mecánicos y lubricentros garantizan una excelente atención a los conductores que buscan en todo momento cuidar y extender el uso de sus vehículos sin importar su antigüedad a la vez que ofrecen productos con un alto performance y rendimiento.