Cambiar para que nada cambie

La quinta generación de la SUV de Subaru ya está a la venta en la Argentina. Estrena plataforma y mecánica. Lubri-Press ya la manejó sobre asfalto, barro y nieve en Chile.

Desde Chillán (Chile) – La última vez que había manejado una Subaru Forester había sido en diciembre de 2013, cuando la cuarta generación se lanzó a la venta en la Argentina. ¿Te acordás de las primeras Forester? Eran una especie de extrañas rurales levantadas, pensadas para el off-road. Hoy les dirían CUVs, SAVs, Freestyle, Stepway o Adventure.

Lo cierto es que, con el correr de las generaciones, la Forester se consolidó en lo que hoy es: una SUV para el Segmento C (compacto) y el Subaru más vendido en todo el mundo. Se posiciona en el corazón de la marca japonesa y, en nuestro mercado, se ubica justo a mitad de camino entra la XV y la Outback.

La quinta generación de la Forester se lanzó el mes pasado en la Argentina.

La manejé durante tres días en Chile, por caminos de asfalto, ripio, barro, nieve y hasta una buena experiencia en hielo. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

“¡Pero si estás igual!”, dirá más de uno. La verdad: tuve que buscar una Forester de cuarta generación y estacionarle al lado esta quinta, para encontrar las diferencias. Les saqué fotos, las podés ver acá abajo.

Por empezar, se modificaron todas las medidas: tiene 4.625 milímetros de largo (15 más que la cuarta generación), 1.815 de ancho (20 más) y 1.750 de alto (5 menos). La distancia entre ejes ahora es de 2.670 mm (30 más). La plataforma también es nueva: es una base estructural que están usando todos los nuevos lanzamientos de Subaru, más ligera y con mayores refuerzos de seguridad.

Ya sé: seguís sin encontrar las diferencias, porque las dimensiones cambiaron, pero las proporciones siguen siendo las mismas. Bueno, entonces: los principales cambios se pueden ver en los faros (que ahora tienen una tira de leds que los hace parecer más “enojados”), los antinieblas (que ahora tienen un marco cromado), las llantas (de nuevo diseño, en 17” y 18”, según la versión), los pilares B y C (parante central y trasero, que ahora son un poco más delgados) y las ópticas traseras (con más “firuletes”).

También hay cambios –muy menores- en las barras sobre el techo, los paragolpes y el portón del baúl. Te lo dije más arriba: es el Subaru más vendido del mundo y “equipo que gana, no se toca” (ni se rediseña).

La Forester compite en la Argentina contra todas las SUVs del Segmento C (compacto). Son tantas, que sólo te voy a enumerar a las más vendidas de nuestro mercado en 2018: Jeep Compass, Toyota Rav4, Hyundai Tucson, Kia Sportage y Ford Kuga. La Rav4 y la Forester son las únicas de su segmento que vienen importadas de Japón. Por eso, el precio y los aranceles siempre les van a jugar un poco en contra.

Tanta continuidad con respecto a la cuarta generación, creo que no la favorece: esta Forester V se ve algo desactualizada junto a modelos muchos más modernos y atractivos. En mi opinión, la reina en este aspecto es la Sportage 2019.

Pero, con el tiempo, aprendí que eso no le importa mucho a Subaru. El foco de ellos está puesto en los Subaristas, los clientes más fieles e históricos que, al ver este auto, no se preguntarán: “¿Forester, Rav4 o Sportage?” La duda de ellos más bien será: “¿Forester, Outback o XV?”

POR DENTRO

En el interior, los cambios son más importantes y notorios. Si venís siguiendo la evolución de los habitáculos de Subaru, vas a coincidir conmigo: en las nuevas generaciones de todos sus modelos comenzaron a abandonar la histórica austeridad japonesa y se animaron a jugar un poco más con las nuevas tecnologías, combinación de materiales y hasta colores. Si no sos seguidor de la marca seguramente te estarás preguntando: “¿De qué habla este tipo, si ese habitáculo es de lo más común y corriente?” Pero creéme: para un Subarista, esto es una revolución.

La calidad de fabricación es superlativa, como siempre. Y los materiales son nobles, aunque sin estridencias ni barroquismos. Todo lo justo y necesario, como para durar muchos años.

Viene de serie con pantalla táctil multimedia de ocho pulgadas, que por primera vez en la Forester incluye Apple CarPlay y Android Auto. En la versión Limited (tope de gama), se combina con unos excelentes parlantes Harman Kardon.

Sin embargo, lo que más me gusta de la cabina de esta New Forester es la cantidad de comandos y pantallas con información útil para el conductor. Te va a llevar un poco de tiempo acostumbrarte a dominar todos, pero después el uso se vuelve muy sencillo e intuitivo. Además del tablero de instrumentos, que es completísimo, viene también de serie con un display central, que brinda toda la información sobre el sistema de doble tracción, un resumen del navegador y otros sistemas de ayuda a la conducción.

El volante y las butacas son de nuevo diseño. La posición de manejo es muy cómoda y fácil de encontrar, gracias a los ajustes eléctricos de serie en los asientos. El cuero y el techo corredizo son exclusivos de la versión Limited.

Es un vehículo familiar, con espacio generoso para cinco adultos y su equipaje: el baúl tiene 520 litros de capacidad (30 más que antes). Bajo el piso del baúl, una mala noticia: rueda de auxilio de uso temporario. Es una solución difícil de entender en un vehículo pensado para el off-road.

SEGURIDAD

Todas las New Forester 2019 vienen de serie con siete airbags (incluye de rodillas, para el conductor), frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control activo de torque y anclajes Isofix.

Además, las versiones Dynamic y Limited traen el paquete de ayudas a la conducción EyeSight: se trata de un conjunto de cámaras y sensores que incluyen varios dispositivos de seguridad. Entre ellos: frenado autónomo de emergencia, alerta de punto ciego, sistema de mantenimiento de carril, alerta de tráfico cruzado (delantero y trasero), frenado autónomo en reversa y control de crucero adaptativo.

Para los distraídos, incluso cuenta con “Aviso de arranque de vehículo precedente”. Supongamos que estás parado en un semáforo, se pone en verde y todos arrancan menos vos (dejá el celular, por favor), el sistema te avisa -con una alerta sonora- que el único que sigue parado sos vos.

Recordemos que estas ayudas a la conducción la están ofreciendo cada vez más marcas en la Argentina. La única excepción son las llamadas “marcas de lujo”: Audi, BMW, Lexus y Mercedes-Benz. El motivo se analizó acá.

Todavía no hay resultados de pruebas de choque de organismos independientes para esta New Forester 2019.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Primero, las malas noticias: Subaru dejó de ofrecer la versión 2.0 turbo, que era una de las más potentes de su segmento, con 240 caballos. Y, si bien no se ofrecían en la Argentina, también hay que señalar que Subaru decidió retirarse por completo del mercado diesel a nivel mundial.

En este sentido, la oferta mecánica de la New Forester 2019 es más racional que nunca. Mantiene los motores 2.0 y 2.5 nafteros-atmosféricos, como en la generación anterior, pero Subaru asegura que son impulsores completamente nuevos, “en un 90%”.

Vamos a los números, que es lo que importa: el 2.0 tiene 156 cv (antes, 150) y 196 Nm (antes, 202). El 2.5 entrega 184 cv (antes, 172) y 239 Nm (antes, 240). Es decir: casi iguales, aunque con la promesa de menores consumos y emisiones de gases contaminantes.

La otra novedad es que desapareció la opción de caja manual. Ahora todas las Forester vienen con transmisión automática de variador continuo (CVT), que en el caso del motor 2.5 incluye siete marchas preprogramadas, con levas al volante.

Como todos los Subaru en la Argentina, la tracción integral es de serie. Se trata del sistema Symmetrical All Wheel Drive, con distribución activa de torque y dos modos de manejo.

COMPORTAMIENTO

El recorrido del test drive de tres días en Chile consistió en un viaje desde Santiago hasta las Termas de Chillán, ida y vuelta por rutas y autopistas. Además, se recorrieron varios senderos de off-road –con ripio, barro y nieve- por los alrededores de ese centro de esquí.

En ruta y ciudad, es todo lo que se espera de un Subaru: un vehículo que cumple a la perfección en términos de espacio, confort, agilidad y cierto nivel de discreción. Sin embargo, ya en los trayectos urbanos se empieza a notar la importante diferencia en la respuesta del motor 2.0, frente al más potente 2.5.

Eso se confirma en las autopistas, donde el 2.5 se muestra más solvente –y menos ruidoso- a la hora de mantener un ritmo de manejo más ágil. En Lubri-Press no somos fans de las cajas CVT. Si bien las últimas evoluciones son más suaves y eliminaron buena parte de esa sensación de patinamiento, seguimos prefiriendo una caja automática convencional, con convertidor de par. La única excepción en materia de CVT la hacemos con los Subaru WRX y Outback 3.6R. Pero, en esos casos, la diferencia en reacciones la comanda el torque de los motores, ya no tanto la transmisión.

Pero bueno, la Forester ya ni siquiera tiene opción de caja manual: CVT para todos y todas. Así que, si podés: elegí el motor 2.5, que es claramente superior en respuesta al 2.0. En los consumos no hay tanta diferencia. Durante los tres días de prueba, el 2.0 gastó una media de 10,5 litros cada 100 kilómetros, contra 12 litros del 2.5.

Más allá de eso, sigue siendo la robusta y confiable Forester de siempre, tal vez ahora con un mejor nivel de insonorización y un andar más refinado. Aunque no esperes un auto muy divertido de manejar. En ese sentido, las XV y Outback son superiores.

La puesta a punto de la suspensión es excelente. En ripio y barro, la Forester transmite mucha seguridad y es, en gran parte, responsable del nivel de adherencia de este vehículo: las ruedas apoyan muy bien en el terreno, incluso cuando está desparejo y venís circulando a un ritmo más que alegre.

El sistema X-Mode, que permite ajustar el funcionamiento del sistema de doble tracción, desde ahora cuenta con programas especiales para la nieve y el barro. En la nieve, reduce el nivel de patinamiento de los neumáticos al mínimo, mientras que en el barro permite deslizar un poco más, para avanzar sin encajarte.

Recordemos que X-Mode es el sistema de gestión de la tracción integral, que evoluciona con cada nueva generación de un modelo de Subaru. Es una central que gestiona el motor, la transmisión y los frenos para permitir que el vehículo avance, incluso cuando la adherencia del suelo es muy baja o cuando cada rueda tiene una capacidad de tracción diferente: puede entregar un torque diferente en cada una de las cuatro ruedas. Ahí reside la “magia” del Symmetrical All Wheel Drive.

Pero lo mejor fue la prueba sobre la pista de hielo. Subaru eligió una pendiente del centro de esquí de Chillán y puso a disposición de los periodistas su gama de modelos: XV, New Forester y Outback. La idea fue poner a prueba el funcionamiento del Symmetrical All Wheel Drive. El hielo y en subida -con neumáticos comunes de asfalto, sin cadenas- es una de las condiciones más exigentes para un sistema de doble tracción.

Todos lograron coronar la pendiente, por supuesto. Sin embargo, a la Forester 2.0 –y a la 2.5 después- les costaba más que al resto. La Outback 3.6R avanza siempre a fuerza de torque y la XV se impone por su bajo peso. La Forester es un justo medio entre espacio interior para la familia y respuesta noble, aunque nunca espectacular.

CONCLUSIÓN

Si estás buscando el mejor Subaru para manejo off-road, no lo dudes: la Outback 3.6R es de lo más recomendable que existe hoy en el mercado argentino. Si buscás algo más accesible, pero que igual sea divertido de manejar todos los días y también fuera del asfalto, la XV es perfecta.

La Forester, incluso en esta nueva generación, es un vehículo que explora otro camino. Es robusta, confiable y está bien equipada –sobre todo en seguridad-, pero no ofrece las sensaciones de conducción de sus hermanos más chico y más grande.

Como buen hermano del medio, es cumplidor y discreto. Ofrece un gran espacio interior, un buen nivel de confort y apenas se queda un poco atrás de sus parientes en materia de prestaciones y desempeño off-road.

En definitiva, es un buen promedio. Esa es la clave para seguir siendo el Subaru más vendido del mundo.

Carlos Cristófalo