Cintura de plastilina

Por Carla Colombo

Controlar el stock de mercadería y diseñar promociones o comunicados institucionales son tareas que no van de la mano y, en general, no suelen asignárseles a la misma persona, sin importar el rubro de la compañía en cuestión.

Sin embargo, aquellos que pertenecemos al mundo de las pymes estamos acostumbrados a encontrarnos con figuras de este estilo: simuladores que, tal como Máximo Cosetti de la tan querida serie de televisión, resuelven problemas y dejan el cuerpo en la cancha.

Cuando los recursos no abundan, solo es cuestión de hacer foco en lo que sí hay por demás: cintura.

Cuando los recursos no abundan, solo es cuestión de hacer foco en lo que sí hay por demás: cintura.

Desde un principio, sabemos que la principal función que desarrollamos como miembro pyme dentro de la empresa consiste en hacerle frente a situaciones inesperadas o poco conocidas, instrumentando los recursos existentes, abunden o no, y utilizando toda nuestra capacidad de invención. En fin, siendo creativos.

Por sus acotadas dimensiones, las pymes están en continuo cambio, la incertidumbre es una sensación persistente, al tener un reducido número de clientes y recursos que no se comparan con los de las grandes empresas.

Cualquier factor externo, por más mínimo que sea, repercute en ellas y pone a prueba su supervivencia y desarrollo. Sin ir más lejos, la temporada de vacaciones puede impactar en el rendimiento y los resultados de la compañía, ya que en estructuras reducidas la ausencia de algunos empleados dificulta el trabajo cotidiano, en especial cuando aquellos que se toman su merecido descanso son los que suelen tomar las decisiones.

¿Qué hacer cuando los recursos no sobran? Todo es cuestión de adelantarse, planificar con tiempo, y cambiar la perspectiva desde la cual se observa el panorama para mantener un accionar motivado; al fin y al cabo todo problema lleva implícita su solución.

Los recursos limitados, la estructura reducida, la toma de decisiones centralizada y los procesos sencillos pueden ser entendidos como debilidades de las pymes frente a otro tipo de organizaciones; sin embargo, si uno se para desde un ángulo diferente puede reconocer a estos factores como aquellos que posibilitan el dinamismo en este estilo de empresas.

Finalmente, la principal ventaja competitiva de las pymes es su flexibilidad, su capacidad de cambiar rápidamente y adaptarse a las distintas circunstancias.

Entonces, cuando los recursos no abundan, solo es cuestión de hacer foco en lo que sí hay por demás: cintura.

Apuntar a la plasticidad en las diferentes áreas de una pyme, incluso en las personas que se incorporan, es una forma de evitar futuros inconvenientes.

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