Compact Capo

En la Argentina ya se vendió un Fiat con el nombre Bravo. Fue a fines de los años ’90, cuando un hatchback Bravo (tres puertas) importado de Italia llegó al país en compañía de un hatchback llamado Brava (cinco puertas). Ese Bravo estuvo poco tiempo a la venta, pero el Brava sobrevivió hasta el 2003.

Ocurre que el segmento de los autos compactos nunca fue fácil para Fiat en la Argentina, donde sólo el Regatta tuvo verdadero éxito comercial y luego fue reemplazado por una larga serie de vehículos con suerte dispar: Tempra, Bravo/Brava, Marea y Stilo. La marca incluso intentó posicionar al Linea –un sedán con plataforma del segmento chico- en el mundo de los compactos, aunque las ventas tampoco repuntaron.

El Bravo se lanzó en Europa en 2007, pero es una novedad en las calles y rutas argentinas.

El Bravo se lanzó en Europa en 2007, pero es una novedad en las calles y rutas argentinas.

Este nuevo Bravo se presentó en Europa en 2007 y se exhibió en el Salón de Buenos Aires ya en ese mismo año. Su lanzamiento parecía inminente, pero llevó tiempo. Se lo mostró todavía como novedad en el Salón del 2011 y recién salió a la venta en septiembre del año pasado.

Fiat Auto Argentina pudo haber traído desde 2010 el Bravo que se arma en Brasil. Pero –por integración de componentes regionales y hasta un precio más conveniente- decidió importarlo desde la planta de Cassino, en la provincia de Frosinone, en el centro de Italia.

Lubri-Press manejó un Bravo 1.4 MultiAir Dynamic durante una semana. Y la crítica completa se reproduce a continuación.

 

Por fuera

Decir que este Bravo se presentó en Europa 2007, hace ya seis años, lleva a pensar que es un auto viejo. Pero lo cierto es que el diseño de la mayoría de los hatchbacks compactos que se venden hoy en la Argentina se remontan a esos años: Peugeot 308, Renault Mégane III, Citroën C4-ojo-que-viene-el-C4 II y Ford Focus II-ojo-que-viene-el-Focus III.

En Europa tal vez sea anticuado –de hecho, todo indica que su sucesor podría presentarse a fines del 2013-, pero en la Argentina no deja de ser una novedad. A eso hay que sumarle que sus líneas afiladas, elegantes y muy italianas son –además de originales y poco vistas en nuestras calles-, muy atractivas.

La unidad de pruebas tenía llantas opcionales de 17 pulgadas.

La unidad de pruebas tenía llantas opcionales de 17 pulgadas.

Mide 4,33 metros de largo, 1,79 de ancho y es bastante bajo: 1,50 metros. Tiene una distancia entre ejes de 2,60 metros.

La versión Dynamic viene de serie con llantas de 16 pulgadas y neumáticos 205/55R16. Pero la unidad de pruebas calzaba una opción que cuesta 2.700 pesos: Continental 225/45 con llantas de 17 pulgadas.

Con respecto al modelo lanzado en noviembre, Fiat Auto Argentina decidió en los últimos meses cambiar la configuración del Bravo que se ofrece en nuestro país. Antes, la gama estaba compuesta por el Bravo Dynamic MultiAir (naftero, 140 cv), el Bravo Dynamic Multijet (turbodiesel, 120 cv) y el Bravo Sport MultiAir (naftero, 140 cv, con equipamiento deportivo).

Ahora sólo se venden las versiones Dynamic y el paquete Sport está disponible como un kit opcional, sólo para la versión naftera. Hay que encargarlo con tiempo y por 25 mil pesos extra ofrece: faldones laterales, spoiler, llantas de 17 pulgadas, suspensión deportiva, volante deportivo, techo corredizo Sky Dome, tapizado en cuero negro y faros de Xenón. Muchos de estos elementos se pueden encargar de manera individual, pagándolos por separado y no como un paquete (ver más abajo).

Además, si elegís el paquete Sport, también podés encargar aparte unas espectaculares llantas de 18 pulgadas (2.900 pesos).

Es decir que, por un lado estamos ante un auto con un diseño muy atractivo y con una elevada capacidad de personalización. Por el otro, el comprador deberá tener en cuenta que la unidad que arme a medida tardará algunos meses en llegar al concesionario, ya que primero deberá cruzar el Océano Atlántico en barco.

 

Por dentro

El conductor del Bravo puede viajar muy cómodo y con una posición de manejo casi deportiva. Los reglajes de la butaca y el volante son múltiples, así que también se puede acomodar para viajar con más confort, más elevado o como guste el conductor. La visibilidad hacia atrás es bastante reducida: la luneta es demasiado chica.

Las plazas traseras no son tan cómodas. La butaca posterior tiene tres cinturones de seguridad, pero sólo caben dos adultos. Al contrario de lo que se pueda pensar, la limitación no viene por la inclinación del techo –de hecho, hay bastante espacio para la cabeza-, sino por el escasísimo lugar para las piernas.

Muy buena posición de manejo. Falta espacio para las piernas atrás.

Muy buena posición de manejo. Falta espacio para las piernas atrás.

En el interior abundan los plásticos, pero la calidad de fabricación es muy buena.

En el interior abundan los plásticos, pero la calidad de fabricación es muy buena.

A cambio, el Bravo ofrece un baúl más que digno, con 400 litros de capacidad. El respaldo trasero se puede plegar 60/40 para aumentar el volumen. Debajo del piso del baúl está la rueda de auxilio, de uso temporal, con llantas de chapa de 16 pulgadas. Con ella, no se debe circular a más de 80 km/h.

La calidad de los materiales está un poco por debajo de la media de su segmento –muchos plásticos duros, con sólo una delgada capa de goma que recubre la plancha de instrumentos-, pero la calidad de construcción sí es superior. Los encastres son excelentes, no hay ruidos molestos y la insonorización del habitáculo es uno de sus puntos más sobresalientes del auto.

Tablero completo, con velocímetro demasiado optimista y buena computadora de abordo.

Tablero completo, con velocímetro demasiado optimista y buena computadora de abordo.

El baúl tiene 400 litros de volumen. La rueda de auxilio tiene llanta de 16″.

El baúl tiene 400 litros de volumen. La rueda de auxilio tiene llanta de 16″.

Viene de serie con climatizador bizona, espejos de regulación y plegado eléctricos, control de crucero y sensor de estacionamiento trasero. La unidad probada tenía el opcional del sistema de audio Blue&Me (con CD/MP3/USB/Bluetooth y control por voz) y comandos de audio en el volante (2.600 pesos).

Como ya se mencionó, la lista de opcionales es extensa. Si te entusiasmás tildando casilleros podés decirle adiós a tus próximas vacaciones: techo solar Skydome (8.800 pesos), control de audio en el volante (2.600 pesos), tapizado en cuero (6.500 pesos), faros de Xenón con lavafaros (6.500 pesos)… y así.

 

Seguridad

El Bravo Dynamic viene de serie sólo con doble airbag frontal y anclajes para sillas infantiles Isofix en las plazas traseras. Y acá siguen los opcionales. Podés agregar dos airbags laterales delanteros (1.200 pesos) y dos airbags de cortina más un airbag para las rodillas del conductor (1.500 pesos).

En cambio, el equipamiento de seguridad activa de serie es muy completo: frenos ABS, control de estabilidad, control de tracción, asistencia al arranque en pendiente y faros antiniebla con función cornering. Además, quienes hayan encargado las llantas de 18 pulgadas recibirán el sensor de presión para los neumáticos.

A modo de referencia, un Fiat Bravo 1.9 Multijet Dynamic con seis airbags obtuvo en 2007 cinco estrellas en las pruebas de choque de EuroNCAP. Esta calificación corresponde al antiguo esquema de premiación, que se volvió más estricto en 2009. El Bravo no volvió a ser sometido a crash tests por ese organismo.

 

Motor y transmisión

El Bravo ya es un veterano en Europa, pero su mecánica es de lo más moderno que hay. El auto se presentó en 2007, pero a mediados del 2010 se introdujo este motor 1.4 MultiAir, que también utilizan los Alfa Romeo Mito y Giulietta que se venden en la Argentina.

Es un cuatro cilindros naftero, con 1.368 centímetros cúbicos, 16 válvulas, inyección electrónica multipunto, turbo de geometría variable e intercooler.

El motor 1.4 MultiAir es uno de los puntos fuertes del Bravo.

El motor 1.4 MultiAir es uno de los puntos fuertes del Bravo.

La palabra MultiAir identifica al sistema admisión electrónico: el Bravo tiene un solo árbol de levas, que regula la apertura y cierre de las válvulas de escape. Las válvulas de admisión, en cambio, son gobernadas por un sistema electrohidráulico, con una computadora que indica en todo momento el caudal de oxígeno que necesita la combustión. De esta manera se obtiene un mejor rendimiento del motor, con muy bajos consumos.

El Bravo se vende en la Argentina sólo con caja manual de seis velocidades. No estaría mal que ofreciera una caja automática, que es cada vez más demandada por los usuarios argentinos del Segmento C.

 

Comportamiento

El Bravo es un auto que resulta muy agradable en la convivencia diaria. Es silencioso y las suspensiones son confortables, sin llegar a ser blandas -aunque me temo que las versión con llantas opcionales de 18 pulgadas deben conferirle un andar algo más áspero-.

El motor tiene una respuesta sorprendente, sobre todo cuando el turbo empieza a soplar con decisión, a partir de las 2.500 rpm. Es un propulsor muy elástico y de respuesta interesante cuando se lo exige a fondo. Acelera de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos.

La velocidad máxima la alcanza en quinta: 203 km/h. La sexta es una sobremarcha para viajar con el motor muy relajado: 2.600 rpm a 120 km/h. Por eso, en ruta puede darse el lujo de gastar sólo 7,3 litros cada 100 kilómetros. Pero lo más sorprendente de todo es la insonorización del habitáculo. A la cabina no ingresan ruidos. Ni del motor ni del viento. Es incluso más silencioso que el BMW 320d que probé semanas atrás.

En ciudad, el consumo aumenta a 9,1 l/100 km/h. En el tránsito urbano tan sólo habrá que habituarse al cambio de primera a segunda, donde el régimen cae de manera exagerada y a veces puede provocar algunos corcoveos. Es cuestión de acostumbrarse.

También hay que habituarse al Start&Stop. Es un sistema que ayuda mucho a reducir el consumo en ciudad, apagando el motor de manera automática cuando el auto se detiene, por ejemplo, en un semáforo. Pero después de algunos kilómetros de circular en el tránsito pesado, el sistema deja de funcionar y aparece un aviso en el tablero: “Start&Stop no disponible”.

Una de dos: o la batería se descarga más rápido de lo debido con tanto prender-y-apagar. O los ingenieros de Magneti Marelli no tuvieron en cuenta al insoportable tráfico porteño.

El italiano más accesible del mercado argentino.

El italiano más accesible del mercado argentino.

En Europa dejaría de producirse a a fin de año. ¿Llegará de Brasil?

En Europa dejaría de producirse a a fin de año. ¿Llegará de Brasil?

Además, cuando el S&S apaga el motor, hay que pisar bien a fondo el embrague para avisarle que uno quiere volver a encenderlo. En otros autos con S&S, alcanza con un cuarto de recorrido del pedal. Por suerte, el sistema se puede desactivar.

Otro problemita es el spoiler delantero, que toca en las entradas de los garages y los lomos de burro. Está muy bajo y además el voladizo delantero es bastante largo.

Cuando se lo exige a fondo, el Bravo es un auto muy equilibrado. En caminos trabados no se va de trompa de manera exagerada e incluso es posible hacerlo derrapar un poquito, soltando el acelerador justo cuando apoya en curva. El control de tracción se puede desactivar, para quemar un poco de caucho, pero el control de estabilidad permanece siempre atento.

Los frenos a disco en las cuatro ruedas (los delanteros, ventilados) no tienen mayores problemas para lidiar con los casi 1.300 kilos de peso. El tanque de combustible tiene 58 litros. Esto, combinado con el bajo consumo, asegura largos viajes con pocas paradas.

Quienes busquen aún más autonomía pueden también optar por el Bravo 1.6 Multijet. Es turbodiesel, tiene 120 caballos de potencia y un consumo promedio homologado de 4,7 litros cada 100 kilómetros.

Las versiones con el Paquete Sport incluyen el botón “Sport” que modifica la respuesta del acelerador para tener un comportamiento más nervioso. Esta versión Dynamic, en cambio, tiene un botón “City”, que vuelve más ligera la dirección en el tránsito urbano.

 

Conclusión

Comencemos primero con las contras. El Bravo tardó demasiado en llegar a la Argentina. Los cinco años de demora con respecto a su comercialización en Europa no serían graves, si no fuera porque su producción en Italia podría concluir a fin de año. En ese caso, Fiat Auto Argentina podría seguir trayéndolo de Brasil, pero con otras motorizaciones (adiós MultiAir/Multijet, hola E.torQ).

Además, compite en uno de los segmentos más reñidos de nuestro mercado, donde Fiat no tuvo precisamente buenas incursiones en el pasado. A pesar de los esfuerzos que realiza en nuestro país, y de la oferta de buenos productos, a la marca le cuesta vender en la Argentina autos que no sean chicos.

También están los opcionales, que son muy tentadores, pero que pueden inflar la factura final hasta dejarla cerca de los 200 mil pesos. Y algunos elementos deberían venir de serie, como los airbags laterales o una rueda de auxilio de tamaño normal.

Por último, tenemos el precio: los 155 mil pesos del Dynamic naftero son correctos para su nivel de equipamiento y la tecnología del motor. Pero el Bravo necesitaría tener una versión de entrada a gama más accesible, si es que Fiat desea tener una mayor presencia en las calles. Esto es algo difícil de lograr con un auto extrazona, que paga 35% de impuestos aduaneros.

Pero hay muchos indicios de que Fiat Auto Argentina no espera que el Bravo bata récords de venta. En Lubri-Press recibimos muchas consultas de lectores acerca de problemas para conseguir unidades en stock o en determinadas versiones. Los pocos Bravo que llegaron al país se están vendiendo, aunque es claro que la demanda supera a la oferta.

Tal vez sea la estrategia de la marca para construir -de a poco- un público más fiel y predispuesto a comprar un Fiat de segmentos superiores. Generar confianza, paso a paso, y sin clavarse con vehículos en stock de escasa demanda, como ocurrió en el pasado.

Más allá de estos detalles, el Bravo tiene dos claros puntos a favor: su diseño –latino, tractivo y original, al menos en nuestras calles- y el motor –elástico, silencioso, potente y muy económico-.

Pero, para un no tan reducido grupo de tifosi, también tiene un valor ineludible: es el auto fabricado en Italia más barato que se vende en la Argentina.

Por eso, para muchos, este será un motivo más que suficiente para buscar el concesionario Fiat más cercano, entrar y mandarse una flor de tanada.

Si vive una volta sola. Muy cierto.

 

Carlos Cristófalo

Fotos de Umberto Torres

 

FICHA TECNICA

 

Modelo probado: Fiat Bravo 1.4 MultiAir Dynamic

Precio: 155.000 pesos (Bravo 1.6 Multijet, 162.000 pesos)

Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.

Comercializa: Fiat Auto Argentina (www.fiat.com.ar)

 

MOTOR

Tipo: delantero transversal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, inyección electrónica multipunto, turbo de geometría variable, intercooler, sistema de admisión MultiAir.

Cilindrada: 1.368 cc

Potencia: 140 cv a 5.000 rpm

Torque: 230 Nm a 1.750 rpm

 

TRANSMISIÓN

Tipo: tracción delantera, con control electrónico desconectable.

Caja: manual, de seis velocidades.

 

CHASIS

Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con amortiguadores telescópicos de doble efecto y barra estabilizadora con bielas de articulación esférica.

Suspensión trasera: eje de torsión, con amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora.

Frenos delanteros: discos ventilados (281 mm)

Frenos traseros: discos macizos (251 mm)

Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica y modo City Dualdrive.

Neumáticos: Continental ContiSportContact3 205/55R16

 

PRESTACIONES

Velocidad máxima: 203 km/h

Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,7 segundos.

Consumo urbano: 9,1 l/100km

Consumo extraurbano: 7,3, l/100km

Consumo medio: 8,2 l/100km

 

MEDICIONES

Largo / ancho / alto: 4.336 mm / 1.792 mm / 1.498 mm

Distancia entre ejes: 2.600 mm

Peso en orden de marcha: 1.280 kg

Capacidad de baúl: 400 litros

Capacidad de combustible: 58 litros

 

EQUIPAMIENTO

Asiento conductor regulable en altura

Apoyacabezas delanteros y traseros regulables en altura

Apoyabrazos asiento delantero

Cierre centralizado de puertas + traba automática en velocidad

Climatizador automático bi-zona

Dirección eléctrica Dualdrive

Control de velocidad Crucero

Espejos retrovisores externos con regulación eléctrica y rebatimiento automático

Levantavidrios eléctricos delanteros con anti pinzamiento

Levantavidrios eléctricos traseros

Luneta térmica + limpialavaluneta

Sensor de estacionamiento trasero

Volante regulable en altura y profundidad con comandos de radio

Frenos ABS + EBD

Alarma volumétrica con telecomando

Airbag conductor y pasajero (dual stage)

Cinturones de seguridad delanteros y traseros inerciales

ESP con ASR / MSR / HBA y Hill Holder

Faros antiniebla delanteros con función “Cornering”

Fijación ISOFIX para sillas infantiles

Asiento trasero reclinable 60/40

Radio Integrada CD/MP3

Volante y pomo de cambio en cuero

 

OPCIONALES

Llantas de aleación de 17 pulgadas: 2.700 pesos

Llantas de aleación de 18” con sensor de presión de neumáticos: 2.900 pesos

Sistema Blue&Me con comando al volante: 2.600 pesos

Airbags laterales: 1.200 pesos

Airbags de cortina y rodilla para el conductor: 1.500 pesos

Techo Solar Sky Dome: 8.800 pesos

Tapizado en cuero: 6.500 pesos

Faros de Xenón con lavafaros: 6.500 pesos

Pack Sport (volante deportivo, suspensión deportiva, llantas de aleación 17”, pedales en acero inoxidables sport, faldones laterales, spoiler, tapizado de tela Sport rojo/negro, caño de escape con terminal doble Sport, techo solar Sky Dome): 12.000 pesos

Pack Sport + faros Xenón + tapizado de cuero negro: 25.000 pesos

 

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Una tanada

BRAVO11

El Fiat Bravo genera pasiones difíciles de explicar. Al menos en la redacción de Lubri-Press.

 

Yo no tuve abuela. Tuve una Nona. Que no cocinaba guisos. Hacía inolvidables pastasciuttas. Se llamaba Rosa Chiesa, había nacido en Génova y llegó a la Argentina a comienzos del siglo pasado. A mi nono, Gabino Cristófalo, no llegué a conocerlo.

Pero sí me contaron una y otra vez la insólita anécdota del pobre inmigrante que desembarcó en Montevideo, convencido de que había llegado a Buenos Aires. Y que tardó casi cuatro años en darse cuenta del error.

Me las arreglo para cocinar pizzas caseras, tengo una receta secreta para preparar pesto y todos los 29 amaso gnocchi para mi familia. Tengo un hijo llamado Vito y sólo profeso una religión: la de San Ferrari.

Cuando era más joven me aproveché una y mil veces del truco del tano bruto para ganar chicas. Y hasta me sirvió para casarme con la irlandesa más jodida, militante del IRA.

La italianidad me puede. No sólo porque la llevo en la sangre, sino porque estoy convencido de que es la única cultura que se anima a enfocar con desparpajo las vueltas de este mundo podrido. El buen gusto es italiano. La pasión también. Y es mentira que la alegría sea sólo brasileña.

La Argentina está irremediablemente contaminada por la cultura italiana. Con sus cosas buenas y malas. Y eso me encanta.

Por eso, me costó encarar con objetividad este auto, el Bravo, el único auto italiano que Fiat hoy vende en la Argentina. Tan sólo espero que la crítica haya sido objetiva.

Y que no me haya salido una tanada.

C.C.

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