Estados Unidos tiene al Jeep. Gran Bretaña tiene a la Defender. Alemania tiene al Clase G. Y Japón, a la Land Cruiser. Como sus colegas de otros países, la historia del legendario todo terreno de Toyota acumula varias décadas. Y, también como sus rivales, su origen es militar. Nació en 1951 como una imitación japonesa del Willys yanqui. Y sobrevivió en tiempos de paz como vehículo de trabajo –en primer lugar- y todo terreno de lujo, en épocas más cercanas.
Esta novena generación de la Land Cruiser se comercializa en la Argentina desde diciembre del 2007. Y recibió una actualización -con mejoras en el equipamiento y el diseño- en 2012. Es decir, no es un auto nuevo en nuestro mercado. Y las conclusiones de una semana de prueba de manejo se reproducen a continuación.
Por fuera
Entre todos los vehículos todo terreno que Toyota vende en la argentina (Rav4, SW4, Prado), la Land Cruiser 200 es la más grande de todas. Y, a pesar de que comparte nombre con la Prado, es un modelo completamente distinto.
La LC 200 tiene un clásico chasis de largueros y sus dimensiones son colosales: 4,95 metros de largo, 1,97 de ancho y 1,90 de alto. La distancia entre ejes es de 2,85 metros y el despeje mínimo del suelo es de 225 milímetros.



Con el último restyling adoptó luces diurnas de leds, una parrilla cromada más prominente y unas enormes llantas de 18 pulgadas (con Yokohama 285/60). Pero nada de esto logra engañar a la vista: se trata de un clásico todo terreno de líneas cuadradas, pesadas a la vista.
La coherencia se mantiene en la balanza: en orden de marcha pesa 2.620 kilos. Hay camiones que son más livianos.
Por dentro
Como muchas 4×4, la LC200 tiene estribos en los laterales. Pero acá no están de adorno: realmente hay que usarlos para acceder al habitáculo y trepar hasta la butaca, que se encuentre a casi un metro de altura del suelo.
La cabina de la LC es de un lujo arábigo. Esto puede ser definido como una filosofía donde el verdadero confort radica -no tanto en la sofisticación tecnológica-, sino en la jactancia de los grandes espacios. El conductor y su acompañante, por ejemplo, viajan sentados en amplios butacones de diseño sencillo, pero están separados por una buena distancia. Entre ellos hay una heladera con capacidad para seis botellas de medio litro. Y no hablamos de una simple guantera refrigerada, de esas que reciben el aire fresco del aire acondicionado: esta tiene su propio sistema de enfriamiento y mantiene las bebidas bien heladas.
Las butacas no tienen masajeadores ni múltiples ajustes lumbares, pero son muy cómodas. Las dos delanteras tienen ajustes eléctricos y memorias. Son calefaccionadas y también refrigeradas (un fresco soplo de aire se filtra por los orificios del tapizado de cuero), algo muy práctico para nuestro clima.



Los pasajeros de la segunda fila de asientos viajan todavía más cómodos que los de la primera. Tienen tanto espacio para las piernas que, literalmente, pueden caminar dentro del vehículo. Ellos también tienen butacas calefaccionadas (separadas en dos zonas) y climatizador (también de dos zonas). Es decir, la LC200 puede tener cuatro plazas con cuatro climas diferentes.
Y no olvidemos a la tercera fila de asientos. Atrás hay tres cinturones de seguridad –no dos, como en la mayoría de los autos de tres filas-, por lo que en total sumamos ocho plazas habilitadas. La última fila es un poco más chica, pero en la LC200 hay espacio real para siete adultos y un niño. Para encontrar algo similar, ya habría que mirar para el lado de las Master y Sprinter.


En materia de tecnología, como mencioné, no hay gran cosa. Tiene una pantalla táctil bien grande, de nueve pulgadas, con GPS, DVD y conexiones varias. Pero, por ejemplo, no hay cámara de retroceso, ni sistema multimedia para las plazas traseras o función de estacionamiento automático.
En la Land Cruiser, una vez más, el lujo es el espacio.
Seguridad
Acá sorprende una vez más por el exceso (y ojalá todos los autos exageraran en este aspecto). Tenemos diez airbags (dos frontales delanteros, dos de rodillas delanteros, dos laterales delanteros, dos laterales traseros y dos de cortina hasta la tercera fila). También tiene control de estabilidad y tracción, desconectables.
La mayoría de los dispositivos de ayuda a la conducción están pensados para sacarles también provecho en el uso intenso: el ABS es apto para terrenos resbaladizos, hay control de balanceo de trailer, asistencia para el ascenso y descenso de pendientes y varios modos para sacar el mejor provecho del sistema de tracción integral.
Por tratarse de un vehículo muy caro y exclusivo, no hay calificaciones de pruebas de choque realizadas por organismos independientes.
Motor y transmisión
Bajo el capot nos encontramos con el motor digno de un comercial pesado: es un V8 diesel, con doble turbocompresor de geometría variable, intercooler, 4.5 litros de cilindrada y un rendimiento igual de sobredimensionado. Entrega 265 caballos de potencia a 3.400 rpm, pero lo mejor es el torque: 650 Nm a partir de las 1.600 rpm.
Este motor está asociado a una caja automática de seis velocidades, con modo secuencial. No hay levas al volante porque, como ya dijimos, la ostentación tecnológica no es lo suyo.

La única sofisticación tecnológica de la Land Cruiser está oculta a la vista. Y es el sistema de doble tracción: reductora, bloqueo de diferencial, modo Sport para una respuesta más rápida de la caja, función de arranque en segunda marcha, distribución inteligente del torque para facilitar el giro en terrenos difíciles y Crawl Control System.
Este último es el más sorprendente de todos: sin necesidad de utilizar el acelerador o el freno, se selecciona el tipo de terreno sobre el que se transita (piedras, arena/barro o nieve) y se deja actuar al vehículo por su cuenta: de manera automática, acelera y frena –siempre por debajo de los 20 km/h- hasta sortear todos los obstáculos. Lo único que tiene que hacer el conductor es llevar la dirección.
Comportamiento
Cuando se pone en marcha, en frío, el motor de la LC 200 suena igual que el de un camioncito fletero. Regula a sólo 500 rpm y las explosiones en los cilindros son tan espaciadas que podrías contar sin problemas las vueltas del cigüeñal.
Estamos hablando de un motor muy grande y gasolero, que necesita de poca presión en el acelerador para comenzar a moverse. Esto es bueno, porque acostumbrarse a las proporciones de su carrocería lleva un buen tiempo. Sólo quien manejó un camión, una Ram u otra Land Cruiser puede tener una idea de lo que se trata estar al mando de este monstruo de cinco metros de largo y 2,6 toneladas.
Por suerte, hay empuje de sobra y -con la caja en modo secuencial- es posible lograr un nivel de prestaciones muy bueno para una SUV de este tamaño: acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h.

Cuando se lo exige a fondo, el consumo del motor puede superar con facilidad los 20 litros cada 100 kilómetros. Pero, en uso normal, se puede mantener una media bastante razonable de 13 litros. En sexta marcha y a 120 km/h, el motor ronronea a sólo 1.800 rpm.
En Europa y Japón, la Land Cruiser 200 se vende con un tanque de combustible de 93 litros. Pero llega a la Argentina con un depósito suplementario, que logra un total de 138 litros. Hablamos de una autonomía de mil kilómetros. Nada mal para un barrio privado con ruedas.
La suspensión es suave y transmite una sensación de robustez asombrosa. Ni siquiera una pick-up se siente tan sólida –y cómoda a la vez- al transitar por caminos en mal estado. La Land Cruiser 200 no tiene suspensión neumática, pero cuenta con algunas soluciones ingeniosas para lograr el mejor equilibrio entre resistencia, confort y prestaciones.
El más brillante de todos es el KDSS: el Kinetic Dynamic Suspension System es un sistema hidráulico, controlado por una centralita electrónica, que varía la dureza de los amortiguadores en función del terreno en el que se encuentran. Así, la suspensión es suave al circular en ciudad o a velocidad constante. Pero se vuelve más firme al realizar maniobras bruscas o deportivas, eliminando todo tipo de rolido. Y, en condiciones off-road, cuando detecta que una rueda tiende perder contacto con el suelo, hace bajar artificialmente el pistón del amortiguador para lograr un aumento en el recorrido de la suspensión.
El resultado es brillante. Sin recurrir a un costoso sistema neumático, se logra una suspensión con el confort que merece la ceremonia de coronación de un rey. Y la robustez que recomienda la huída de un dictador.
Tal vez porque la Land Cruiser es hoy el vehículo por default de los Emiratos Árabes -y porque personalmente tiendo a asociarla con grandes desiertos-, decidí llevarla a los médanos de la Costa Atlántica.
En los espacios bien abiertos, la LC se siente a sus anchas. Trepa con soltura los médanos y los grandes neumáticos la ayudan a flotar sobre la arena. Claro que tampoco es cuestión de confiarse: encajar 2,6 toneladas en la arena no es una tarea que se solucione cavando un poquito con las manos.
Es un vehículo soñado para lanzarse a explorar grandes distancias, por lugares donde ni siquiera hay caminos. Transmite una sensación de solvencia que envidia más de un banquero argentino.
Conclusión
El mes pasado, escribimos en Lubri-Press que la rival más directa de la Land Cruiser era la Mercedes-Benz GL. Pero, después de pasar una semana con la Toyota, tengo que admitir que son dos planteos muy distintos. Sí, es cierto: las dos son enormes, las dos tienen tres filas de asiento, las dos son SUVs de lujo y las dos cuestan un disparate.
Pero mientras la GL puede desempeñarse con soltura en el tránsito urbano, la Land Cruiser pide a gritos viajes largos, grandes extensiones y trato duro. Mientras la Mercedes abruma al conductor con un firewall tecnológico, la Toyota se presenta como una herramienta tan simple y noble como un destornillador.
Pero la gran diferencia está en el impacto que causan en la gente. Mientras la GL es vista como la expresión más arrogante de una marca soberbia (en el doble sentido), la Land Cruiser es vista como… una Toyota.
Es grandota, claro. Y tiene una gran parrilla cromada, desde ya. Pero en el tránsito argentino pasa desapercibida, como si fuera una SW4 más.

Es un auto para entendidos. Gente que no busca llamar la atención ni tener el último grito de la moda en materia de gadgets techies. Y se trata de una legión silenciosa: en los últimos 12 meses, se vendieron 250 Land Cruiser 200 en nuestro mercado.
Aunque pocos recuerdan haber visto una en las calles. Es el auto de lujo que mejor se adapta y mimetiza con la Argentina.
Pocas de ellas se encuentran en las grandes ciudades. La mayoría están recorriendo lugares donde casi no hay caminos, transportando a personas demasiado importantes para hacerse notar. Sean monarcas, aventureros o tiranos.
Esa es la función de la Land Cruiser 200: ser el Rolls-Royce del tercer mundo.
Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: El Coleccionista y Many
FICHA TECNICA
Modelo probado: Toyota Land Cruiser 200 VX
Origen: Japón
Precio: 2.253.600 pesos
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros
Comercializa: Toyota Argentina (www.toyota.com.ar)
MOTOR
Tipo: diesel, delantero longitudinal, V8, 32 válvulas, inyección directa por common-rail, dos turbocompresores de geometría variable e intercooler.
Cilindrada: 4.461 cc
Potencia: 265 cv a 3.400 rpm
Torque: 650 Nm entre 1.600 y 2.200 rpm
TRANSMISIÓN
Tipo: permanente a las cuatro ruedas, con reductora (alta y baja), diferencial central Torsen y control electrónico activo de la tracción.
Caja: automática, de seis velocidades, con modo secuencial.
CHASIS
Suspensión delantera: independiente, con doble brazo de torsión, amortiguadores hidráulicos, barra estabilizadora y sistema kinético dinámico (KDSS).
Suspensión trasera: eje rígido, con amortiguadores hidráulicos inclinados, resortes helicoidales, doble brazo de control, barra estabilizadora y KDSS.
Frenos delanteros: discos ventilados
Frenos traseros: discos ventilados
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.
Neumáticos: Yokohama Geolandar 285/60 R18 (auxilio de la misma medida)
PRESTACIONES
Velocidad máxima: 210 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 8,5 segundos
Consumo urbano: 15,3 l/100km
Consumo extraurbano: 11,2 l/100km
Consumo medio: 13,1 l/100km
MEDICIONES
Largo / ancho / alto: 4.950 mm / 1.970 mm / 1.905 mm
Distancia entre ejes: 2.850 mm
Peso en orden de marcha: 2.620 kilos
Capacidad de baúl: 259 litros (con tres filas de asientos en uso) y 701 litros (con dos filas en uso).
Capacidad de combustible: 138 litros
Capacidad de vadeo: 700 milímetros
Despeje mínimo del suelo: 225 milímetros
EQUIPAMIENTO
Frenos ABS “Multi-Terrain”
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag de rodilla para conductor y acompañante
Doble airbag lateral delantero y en segunda fila de asientos
Doble airbag de cortina para las tres filas de asientos
Apoyacabezas delanteros activos
Asistente de arranque en pendiente (HAC) y control de descenso (DAC)
Control de balanceo de trailer (TSC)
Control de tracción activo (A-TRC)
Control electrónico de estabilidad (VSC)
Sistema automático de ajuste de rigidez de suspensión dinámico (KDSS)
Sistema de alarma antirrobo e inmovilizador de motor
Sistemas off-road de regulación automática de velocidad (Crawl Control System) y de asistencia al viraje (Turn Assist)
Espejos exteriores calefaccionados, retráctiles, con regulación eléctrica y memoria
Faros antiniebla delanteros y traseros
Faros delanteros bi xenón autonivelantes con lavafaros y luz diurna de LED
Faros traseros con tecnología LED
Llantas de aleación de 18″ x 8JJ con neumáticos 285/60 R18
Sensores de estacionamiento trasero y delantero
Asientos delanteros con regulación eléctrica (altura, longitudinal, inclinación de respaldo), calefaccionados y ventilados. Lado conductor con 3 memorias y ajuste lumbar eléctrico
Audio con Navegador Satelital (GPS), pantalla táctil de 9″, DVD, Bluetooth, USB, SD card, entrada auxiliar, conectividad con iOS y Android, reproducción multimedia en multiples formatos y 6 parlantes
Climatizador automático digital de 4 zonas: delantero Dual Zone y trasero Dual Zone independientes
Controles de audio y de display de información en el volante
Control de velocidad crucero
Consola central portaobjetos refrigerada (Cool Box)
Display de información múltiple con pantalla TFT
Porton trasero con cierre eléctrico remoto
Sistema de apertura de puertas por proximidad (Smart Entry) y encendido por botón (Push Start Button)
Tapizados de cuero natural y ecológico
Techo solar corredizo eléctrico con sensor de presión
Volante con regulación eléctrica de altura y profundidad y memoria, forrado en cuero natural con detalles en madera