El espejismo del costo del producto industrial

“Dime cómo me mides y te diré como me comporto”, decía Eli Goldratt. Un análisis de Sicfie.

El “Throughput” del producto es esencial para la toma de decisiones empresarias.

Se entiende como “producto” a todo bien, servicio, idea, o a cualquier cosa física o ideal que pueda venderse en un mercado. Puede decirse que una de las informaciones más importantes para todo empresario es el costo de cada producto, o al menos cuánto gana por cada uno que vende.

La cuestión merece un análisis pormenorizado diferenciando la precisión del cálculo según se trate de mercaderías de reventa o producciones industriales o de servicios

Costo del producto en mercaderías de reventa

En el caso de los comercios que compran y venden algo sin modificarlo, su cálculo es simple. Es el valor que se abona a proveedores por el bien en sí, más los costos derivados de traerlo hasta la sede del depósito donde se almacena. En idioma llano, es lo que cuesta incorporar ese producto “puesto en depósito”.

Se trata de un costo variable puro. En fórmula sería: Costo de producto = Precio pagado por el mismo + Flete hasta la sede.

Este cálculo resulta de la suma de sus CVD (costos variables directos). Las posibilidades de error son mínimas. Aquí, la coincidencia con la contabilidad de costos tradicional es plena.

El espejismo del costo del producto industrial

La cuestión es más compleja cuando se trata de producciones industriales o de servicios, ya que la teoría económica (o una parte de ella) sostiene que el costo del producto es la suma de tres factores según la siguiente fórmula de “costeo por absorción”: Costo del producto = M Prima + M de Obra directa + Costos indirectos de fabricación

Esto es por lo menos un error. En dicha fórmula se “mezclan” costos variables derivados del producto en sí como la MP, con costos fijos o semifijos de la empresa como la MO y los CIF que dependen del sistema todo y sus políticas operativas, sin relación directa con la cantidad de elementos que se hayan fabricado.

El error de la fórmula descripta la hace inviable para la toma de decisiones empresarias, ya que la empresa con su misma capacidad de producción, habitualmente hace cantidades distintas de elaboración cada mes.

También, éste cálculo supone un aprovechamiento ideal y constante de los recursos disponibles, lo que nunca es así.

Dicho de otra manera: “Mientras la MP es medible con precisión y relacionable al producto en sí, es decir es un CVD, los otros dos elementos (MOD y CIF) son propiedad del sistema todo y relacionables parcialmente a la cantidad de productos fabricados. En definitiva, mientras la MP es una propiedad intrínseca del producto, la MO y los CIF son propiedad intrínseca de la empresa toda como sistema y no del producto”

El riesgo es que una medición defectuosa naturalmente lleva a decisiones con más posibilidades de error, con las consecuencias naturales de ello.
Por ejemplo, se puede citar el caso habitual de dejar de fabricar o hacer algo creyendo que se lo vende por debajo de su costo cuando en realidad no es así, dejando pasar una oportunidad de negocios válida para la empresa.

Entonces: “En el caso de fabricaciones propias (de bienes, de servicios, de ideas, etc) no existe el costo del producto como lo conocemos, ya que no se puede medir con precisión con el método de la contabilidad de costos tradicional”

El Throughput del producto

Este sí es un elemento válido de medición. El concepto fue desarrollado por el Dr Eli Goldratt y es uno de los pilares financieros de su Teoría de las Restricciones (TOC). Resulta muy parecido a lo que la teoría económica tradicional denomina como “Costeo Variable”. Se basa en que lo que existe y puede medirse con precisión es el “Throughput del producto”, o sea el “Rendimiento del producto”, dado por la diferencia entre el precio al que se vende menos los costos variables directos asociados específicamente a él.

Expresado en fórmula es: Thr del producto = Precio de venta – CVD (costos variables directos).

El precio al que se vende no necesita de mayores precisiones. Es el monto de dinero que ingresa al sistema a cambio de la entrega del producto. Los costos variables directos (CVD) son aquellos que pueden medirse en relación al producto. Los más habituales son entre otros, la MP, el flete hasta planta y las tercerizaciones de fabricación.

Es por ello que en el caso de producciones (industriales o de servicios), no hablamos de “costo de producto” (con altas posibilidades de error) sino de “Throughput del producto” (con altas posibilidades de precisión en el cálculo). Se trata de una mirada innovadora y muy práctica basada en el siguiente concepto: “Los costos operativos de la empresa no son atribuibles en forma directa al producto porque son propiedad intrínseca del sistema todo”

Entendiendo, por ejemplo, que los sueldos e impuestos fijos y semifijos hay que pagarlos igual a fin de mes independientemente de la cantidad y calidad de productos o servicios realizados.

Hay que tener en cuenta que los costos operativos del sistema combinados con la capacidad instalada marcan el límite en la “capacidad de producción”. Siendo éste último un concepto fundamental para la toma de decisiones con este criterio.

En definitiva

  • El Throughput del producto es esencial para la toma de decisiones empresarias.
  • Su precisión hace elevar la perfomance gerencial muy en contraposición al “costo del producto tradicional” cuyas posibilidades de error lo hacen inviable y confunden al empresario.
  • También se utiliza para otros cálculos adicionales como por ejemplo el “Punto de equilibrio” del sistema que relaciona cuantos productos se deben fabricar y vender como mínimo para que la empresa soporte sus costos totales.
  • Su cálculo es de resolución accesible y fundamentalmente ayuda al cumplimiento de la misión u objetivo de máxima del sistema como tal, es decir (cuando es con fines de lucro) maximizar el beneficio. Dicho en idioma llano: simplemente ganar dinero.
  • En el caso de producciones de servicios como tareas de mantenimiento automotor, se da perfectamente la aplicación del «Throughput del servicio» en detrimento del «Costo del servicio» según las pautas explicadas en la nota. El Throughput del servicio estará dado por la resta entre el precio cobrado al cliente menos los costos directos del trabajo, tales como repuestos y tercerizaciones (por ejemplo lavado del vehículo), dejando fuera del cálculo la mano de obra, ya que ésta última es un costo fijo de la empresa y hay que pagarla si o si cada fin de mes independientemente de cuantos servicios se hayan realizado. En el caso de pago de mano de obra «por tanto» o comisión por trabajo, esto sí es parte del cálculo ya que es un CVD de cada servicio.

SICFIE, Asesoramiento y Control PyME – Coaching empresario (info@sicfie.com.ar / www.sicfie.com.ar).