El futuro ya llegó

El Nissan Leaf, elegido Auto del Año en Europa, fue uno de los cinco vehículos ecológicos que Lubri-Press manejó en Detroit.

En el subsuelo del pabellón de exposiciones del Cobo Center, los organizadores del Salón de Detroit 2012 montaron una pista de pruebas para manejar y ver en acción a diferentes autos propulsados por energías alternativas.

Durante casi tres horas, Lubri-Press tomó contacto al mismo tiempo con cinco modelos diferentes de los llamados vehículos ecológicos. Ellos fueron: Nissan Leaf, Chevrolet Volt, Smart Fortwo Electric Drive, Mercedes-Benz Clase B F-Cell y Cadillac Escalade Hybrid.

La experiencia consistió en varias vueltas al circuito de un kilómetro de extensión. La velocidad máxima permitida en el recorrido era de apenas 40 km/h. Por lo tanto, las opiniones que se transcriben a continuación surgieron en el marco de ese contexto limitado.

 

El Nissan Leaf es 100% eléctrico y tiene un diseño que no oculta sus pretensiones de “adelantado a su época”.

 

El tablero de instrumentos del Leaf está lleno de pantallas con información sobre consumo y estado de las baterías.

 

NISSAN LEAF

El Nissan Leaf fue el primero que quise manejar, por la curiosidad que me despertó el premio de Auto del Año en Europa que recibió en el 2011. Se trata de un vehículo completamente eléctrico, que se propuso destronar al Toyota Prius como el auto ecológico más vendido del mundo.

El diseño del Leaf es bastante extraño, tal vez por esa curiosa costumbre que tienen las marcas de diseñar los autos ecológicos como si fueran naves espaciales.

Es cierto que la ubicación de las baterías obliga a concebir diseños con habitáculos elevados, pero también es verdad que los motores más compactos ofrecen una mayor libertad para dar rienda suelta a la creatividad.

Y al buen gusto. Algo que Nissan sabe aplicar muy bien en otros de sus modelos.

El interior del Leaf también es futurista. La cantidad de información del tablero y la consola abruman, pero al menos tiene una interfaz gráfica intuitiva y muy agradable a la vista.

El habitáculo es cómodo y espacioso. El motor eléctrico se enciende con un botón idéntico al de una computadora y la transmisión CVT se selecciona desde una pequeña palanca.

Las sensaciones que transmite al volante son muy similares a las del Prius. El Leaf se siente pesado y, al mismo tiempo, la dirección y la suspensión tienen un tacto plástico, que no resulta muy agradable.

Las baterías del Leaf sólo se pueden recargar enchufándolo a la red eléctrica, aunque sus frenos también aprovechan las paradas para recargar acumular algo de energía.

Este Nissan consume poco, pero no es nada económico. Su precio de venta en Estados Unidos es de 35 mil dólares, por lo que si llegara a la Argentina superaría con holgura los 41.900 dólares que vale el Prius.

Sin embargo, en Estados Unidos cuenta con un descuento de 7.500 dólares, que lo asume el Gobierno estatal al eximirle el pago de varios impuestos.

DATOS BÁSICOS DEL NISSAN LEAF

  • Precio en Estados Unidos: 27.500 dólares (con Tax Credit).
  • Fuente de energía: electricidad, se recarga enchufándolo a la red.
  • Motor: eléctrico, con potencia equivalente a 107 HP.
  • Prestaciones: velocidad máxima de 150 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos.
  • Autonomía: 160 kilómetros
  • Recarga completa de baterías: 8 horas

 

El Chevrolet Volt tiene dos motores eléctricos y uno naftero. Pese a ello, GM asegura que no es un híbrido.

El interior del Volt es como un Cruze venido del futuro.

CHEVROLET VOLT

También tiene un diseño extremadamente futurista, pero al menos el Volt es más armónico y agradable que el Prius y el Leaf. La inevitable carrocería elevada para albergar las baterías fue resuelta de manera ingeniosa con la banda negra que enmascara la línea de cintura tan alta.

El portón trasero, con una gran superficie vidriada, también tiene el fin de hacerlo parecer menos pesado a la vista.

El Volt tiene dos motores eléctrico de 150 caballos y un motor naftero que recarga las baterías con el vehículo en movimiento, por lo cual puede recorrer 550 kilómetros sin detenerse. Además, las baterías pueden recargarse enchufándolo a la red.

El interior es amplio, pero sólo tiene cuatro butacas. La posición de manejo es cómoda, incluso más deportiva que en otros modelos de la marca, como el Cruze.

Más allá de la ausencia de ruidos, las suspensiones y la dirección del Volt están puestas a punto para transmitir las sensaciones de cualquier buen auto del segmento compacto. Se lo siente sólido y bien plantado.

Incluso las reacciones del motor son más rápidas e instantáneas que en el Prius y el Leaf. En las aceleraciones más fuertes, las ruedas delanteras llegan a perder un poco de adherencia y patinan. No mucho. Apenas lo suficiente para que los guardias de seguridad del Salón de Detroit me amenazaran con la deportación automática.

En el Salón de Detroit, Sergio Rocha, presidente de GM Argentina, confirmó que esta primera generación del Volt no llegará a nuestro país. En cambio, sí lo hará la segunda generación, con arribo previsto en torno al 2015.

Siempre me llamó la atención el hecho de que los directivos de General Motors insistan con que el Volt es un auto eléctrico. Tiene tres motores (dos eléctricos y uno naftero) y dos fuentes de energía diferentes (electricidad y gasolina). Por lo tanto, es un híbrido.

Los periodistas norteamericanos incluso demostraron que, en aceleraciones fuertes, el motor naftero transmite la potencia de manera directa al suelo, sin pasar por las baterías, como asegura GM. Tal vez por eso patinen las ruedas. Y por mismo también debería ser considerado un auto híbrido.

En Detroit descubrí el motivo de tanta empeño en el discurso. No es que la gente de GM sea testaruda. Tampoco tienen la intención de engañar al público. Ni sus ingenieros son ignorantes. Se trata, más bien, de una simple cuestión de conveniencia.

Económica y, ante todo, impositiva.

Al ser considerado auto eléctrico, el precio del Volt recibe el Tax Credit que permite bajar su precio de 39.995 a 32.495 dólares. El organismo que otorga este beneficio y que establece cuál auto es eléctrico y cuál no, es el Gobierno de Estados Unidos.

Y, no hay que olvidarlo, desde la crisis del 2009, el Tío Sam se convirtió en uno de los accionistas mayoritarios de GM.

DATOS BÁSICOS DEL CHEVROLET VOLT

  • Precio en Estados Unidos: 32.495 dólares (con Tax Credit)
  • Fuente de energía: nafta y electricidad, las baterías se recargan con el motor de combustión o enchufándolo a la red.
  • Motores: tiene un motor naftero y dos eléctricos, con una potencia combinada equivalente a 149 HP.
  • Prestaciones: velocidad máxima de 160 km/h y acelera de 0 a 100 en 9 segundos.
  • Autonomía: 550 kilómetros. Partiendo con las baterías a carga plena, hace 17 kilómetros con cada litro de combustible.
  • Recarga completa de baterías: 11 horas

 

El Cadillac Escalade es el híbrido más grande de Estados Unidos: mide 5,13 metros de largo y pesa 2,8 toneladas.

 

El Escalade Hybrid es amplio y lujoso, pero también presume de su supuesto respeto ambiental.

CADILLAC ESCALADE

La Cadillac Escalade, una enorme camioneta de 5,13 metros de largo y 2.779 kilos de peso, es el mayor símbolo de los excesos y delirios que pusieron a GM al borde de la bancarrota.

Pero, tras el rescate del Gobierno, la SUV favorita de los raperos bling-bling, incorporó una ciertamente contradictoria variante híbrida.

Nunca antes había manejado una Escalade y la sensación es muy similar a la de maniobrar un buque mercante. O una pequeña Caterpillar.

Tiene un brutal motor V8 6.0 de 332 caballos con serios problemas para engañar a los militantes de Greenpeace. Sobre todo cuando pisas el acelerador a fondo.

El sistema híbrido funciona con el mismo régimen del Toyota Prius: arranca en modo eléctrico y se mueve con este propulsor durante los primeros metros (nunca más de dos kilómetros). El impulsor naftero se enciende cuando se debilitan las baterías o cuando se superan los 30 km/h, lo que ocurra primero.

La Escalade Hybrid basa su razón de ser en la curiosa idiosincrasia norteamericana. Esta gente sabe que debe hacer un uso más razonable de la energía, pero se resiste a bajarse de sus grandes y confortables fortalezas con llantas cromadas.

Además, la Escalade goza de algunos beneficios impositivos –no tanto como los 100% eléctricos- y con un solo pasajero puede circular en las autopistas por los carriles reservados a vehículos con dos o más personas.

En definitiva, es una enorme y verde manera de enmascarar una actitud egoísta.

DATOS DEL CADILLAC ESCALADE HYBRID

  • Precio en Estados Unidos: 60.000 dólares
  • Fuente de energía: nafta y electricidad, las baterías sólo se recargan con el motor de combustión interna.
  • Motores: el V8 6.0 y el propulsor eléctrico tienen una potencia combinada de 332 HP.
  • Prestaciones: velocidad máxima limitada a 180 km/h y aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos.
  • Autonomía: 750 kilómetros, recorre 8,9 kilómetros por litro.

El Mercedes-Benz Clase B F-Cell utiliza el hidrógeno como fuente de energía, pero se mueve con un motor eléctrico.

El F-Cell no se vende en Estados Unidos. Sólo está disponible por sistema de leasing.

MERCEDES-BENZ CLASE B F-CELL

El Mercedes-Benz Clase B F-Cell era el único auto a hidrógeno que se podía manejar en el Salón de Detroit. Y, a decir verdad, nadie lo hubiera notado de no haber sido por los stickers exteriores que informaban sobre su exótica fuente de energía.

Como su nombre lo indica, el F-Cell tiene una célula de combustible que convierte al hidrógeno en electricidad, con la que se cargan las baterías que mueven al vehículo. Es decir, es un auto alimentado a hidrógeno, pero de movilidad eléctrica.

Más allá de los indicadores específicos del tablero y de la reducida capacidad del baúl –ahí están los tanques de hidrógeno-, el F-Cell se comporta como un Clase B cualquiera: no tiene el andar de los mejores Mercedes-Benz, pero al menos es más refinado que el Prius y el Volt.

Además, los 136 caballos de potencia de su propulsor eléctrico son más que suficientes para ofrecer buenas prestaciones.

El F-Cell no se vende en Estados Unidos, sino que sólo está disponible a través de un leasing especial, que al término del contrato no ofrece la clásica opción de compra.

Este sistema de alquiler a largo plazo también se diferencia de los leasings tradicionales por el hecho de que el combustible también está incluido en la cuota mensual, siempre y cuando no se superen los 24 mil kilómetros al año.

De esta manera, y por 849 dólares al mes, se puede tener un auto con todos los gastos pagados (hidrógeno, seguro, mantenimiento y patente) y lo único que emite su caño de escape es vapor de agua.

Suena caro, pero muy interesante, aunque los argentinos estamos muy lejos del F-Cell. Su comercialización en la Argentina es impracticable, por el simple hecho de que nuestro país no cuenta con una red de abastecimiento de hidrógeno.

DATOS BÁSICOS DEL MERCEDES-BENZ CLASE B F-CELL:

  • Precio en Estados Unidos: no a la venta, sólo por leasing de 24 meses, sin opción a compra, con seguro, patente, mantenimiento e hidrógeno incluidos, a cambio de 849 dólares mensuales.
  • Fuente de energía: hidrógeno y electricidad.
  • Motores: célula de combustible que transforma el hidrógeno en energía eléctrica para alimentar baterías. El motor eléctrico que impulsa las ruedas produce una potencia equivalente a 136 HP.
  • Prestaciones: velocidad máxima limitada a 160 km/h y aceleración de 0 a 100 km/h en 10 segundos.
  • Autonomía: 386 kilómetros, recorre 100 kilómetros con cada kilo de hidrógeno.

 

El Smart parece nacido para ser un auto eléctrico. El ForTwo Electric Drive lo reafirma.

 

Pequeño y estrecho, pero el Smart mantiene intacta la diversión al volante.

SMART FORTWO ELECTRIC DRIVE

El auto más diminuto y simpático de la pista de pruebas del Salón de Detroit también fue el que más me sorprendió. Esta tercera evolución del Smart eléctrico recién saldrá a la venta en Estados Unidos a fines del 2012, pero en Europa ya se ofrece por 16 mil euros.

Por el momento, sólo se podrá manejar a través del sistema Car2Go, la red internacional de alquiler temporario de Smart eléctricos, que ya funciona en Europa y varias ciudades de Estados Unidos.

La idea es alquilar el auto en un punto de la ciudad y devolverlo en otro punto, cercano al destino, donde se recargan las baterías. El usuario sólo tiene que pagar una membresía inicial de 35 dólares y 13 dólares por cada hora de uso del vehículo.

Es mucho más barato que cualquier taxi y mucho más práctico que cualquier transporte público.

Pero lo mejor del Smart Fortwo ED no es su respeto por el medio ambiente ni la idea de compartir el transporte. Lo más brillante de su propuesta es que sigue siendo un autito muy divertido de manejar, incluso más que el naftero que se vende en la Argentina.

El motivo radica en su caja de cambios automática de un solo desarrollo, que es mucho más directa y lineal que la lenta y errática automatizada que conocemos acá.

Los 60 caballos de potencia de su motor eléctrico son más que suficientes para movilizarlo con soltura y de 0 a 60 km/h acelera en el mismo tiempo que un Smart naftero.

Dobla bien, frena bien y transmite esa genial sensación de vértigo en motoneta de todos los Smart. Por eso mismo, la conclusión final no me costó verla con claridad.

DATOS BÁSICOS DEL SMART FORTWO ELECTRIC DRIVE

  • Precio en Estados Unidos: no a la venta hasta fines del 2012, en Europa cuesta 16.000 euros.
  • Fuente de energía: electricidad.
  • Motor: motor eléctrico con 60 HP de potencia.
  • Prestaciones: velocidad máxima de 100 km/h, aceleración de 0 a 60 km/h en 6,5 segundos.
  • Autonomía: 135 kilómetros
  • Recarga completa de baterías: 8 horas

 

Conclusión

De los 4.000 periodistas acreditados para cubrir el Salón de Detroit, los organizadores estiman que menos de 500 se animaron a bajar al subsuelo para ver de qué se trataban las propuestas de energías alternativas que ofrecían probar las diferentes marcas.

Saber que el petróleo barato se acaba es una noticia que a los fanáticos de los autos todavía nos cuesta aceptar con madurez y resignación. Además, este tipo de vehículos no se caracterizan por las emociones que transmiten al volante.

Y, hay que admitirlo, tienen menos glamour que la sala de espera de un proctólogo.

Pero como ejercicio de curiosidad periodística, el resultado fue más que entretenido.

A la hora de imaginarme cuál de todas estas propuestas de autos ecológicos podría ser válida para la Argentina, los postulantes comenzaron a ser descartados con rapidez.

Como se mencionó, el Mercedes-Benz Clase B F-Cell sería inviable, ante la ausencia de una red de recarga de hidrógeno. El Cadillac Escalade es un verdadero despropósito, cuya hipocresía enmascarada no resiste el menor análisis.

El Chevrolet Volt y el Nissan Leaf son muy interesantes. Representan un esfuerzo de ingeniería colosal por parte de las dos marcas. Pero, al no existir en nuestro país los beneficios impositivos que sí hay en Estados Unidos, sus precios de venta al público serían aún más elevados que los del ya costoso Toyota Prius.

Sin llegar a ser barato, pero con un valor mucho más moderado, el Smart Fortwo Electric Drive queda como la única alternativa potable.

Es curioso. Cuando el año pasado probé la versión naftera, fueron muchas las personas que me preguntaron si era un auto eléctrico. El Smart parece concebido y fabricado para este propósito.

No creo que los motores de combustión interna vayan a desaparecer del planeta en el corto plazo, pero sí estoy convencido de que el paulatino e inexorable aumento del petróleo restringirá el uso de esta energía al placer y al ocio.

Hoy nadie viajaría a Europa por negocios en un barco a vela. Pero yo sería el primero en cazar la escota de mayor si me propusieran la singladura como una aventura de yachtman trasnochado.

Cuando todo indicaba que el futuro del transporte urbano estaría condenado a vehículos silenciosos y respetuosos con el medio ambiente, pero también aburridos e insípidos, los pequeños chispazos de genialidad de autos como el Smart Fortwo ED te reconcilian con la Humanidad.

Cuando todo indicaba que nuestro viejo y vapuleado planeta se vengaría de tantas décadas de cascoteo antiecológico extirpándonos el placer de manejar, son los ingenieros creativos los que nos reconcilian con la nueva realidad del mundo del automóvil.

Ojalá que el futuro cercano nos encuentre con un Smart eléctrico en la puerta. Y un descapotable con carburadores bien afinados en el garage.

 

Carlos Cristófalo
Enviado especial a Detroit