Elogio del nudismo

Cuando BMW compró la marca Mini en 1994, se propuso lanzar a la venta recreaciones modernas de los modelos más exitosos de la firma británica. Los primeros tres -el Hatchback, el Cabrio y el Clubman- estuvieron inspirados en modelos de Mini que alguna vez existieron.

Pero en 2011, BMW Group comenzó a romper con la inspiración retro y se animó a lanzar sus propias creaciones originales. Así nacieron los Countryman, Paceman, Coupé y Roadster. Este último es el más reciente en llegar a la Argentina. Se trata de un descapotable biplaza (justamente, esa es la definición de diccionario del término “Roadster”) que está a la venta desde febrero por un precio de 296.500 pesos.

Manejamos un ejemplar durante una semana. La crítica completa comienza aquí.

 

Por fuera

Si los Mini de BMW siempre fueron considerados como autos-capricho o juguetes para adultos, creo que ningún modelo de la gama actual exacerba tanto este concepto como el Roadster. Sus líneas son compactas, pero agresivas. Originales, pero con guiños clásicos. Simpáticas, pero deportivas.

Y recién entonces abrís el techo.

Descapotado, es un auténtico imán para las miradas. Y, si con eso no alcanza, se puede desplegar con un botón el alerón trasero (lo hace de manera automática a partir de los 80 km/h). Ahí el show del Mini Roadster es completo.

Mide sólo 3,73 metros de largo, pero se lo ve muy bien plantado en el suelo, con 1,68 de ancho y apenas 1,39 de alto. Respetando la filosofía Mini nacida del genio de Alec Issigonis, hace más de cincuenta años, cada rueda está colocada en el rincón más extremo posible del auto. Por eso, la distancia entre ejes es de unos respetables 2,46 metros y las trochas miden 1,46 metros.

El motor eléctrico para la capota de tela es un opcional.

El motor eléctrico para la capota de tela es un opcional.

El cierre se realiza en sólo seis segundos.

El cierre se realiza en sólo seis segundos.

El techo está conformado por una capota de tres capas de tela sintética. En la Argentina, el Roadster viene de serie con sistema de apertura manual, pero la unidad probada contaba con el sistema eléctrico opcional, que cuesta 7.000 pesos más.

Pero no es completamente automático. Para abrir el techo, la primera parte de la operación es manual. Primero, hay que destrabar la fijación central interior, empujar el techo con las manos unos centímetros hacia arriba y entonces sí: presionar el switch para completar la apertura con el motor eléctrico. La maniobra completa es muy rápida: demora apenas seis segundos. Y se puede realizar con el vehículo circulando hasta una velocidad de 30 km/h.

El Roadster viene de serie con llantas de 17 pulgadas y neumáticos Bridgestone Potenza 205/45. Son ruedas tipo RunFlat. Permiten circular con un neumático pinchado hasta una velocidad máxima de 60 km/h, pero no cuenta con ningún tipo de auxilio: sólo con un kit de reparación que incluye sellador y compresor.

Otro opcional de esta unidad eran los stickers con las dos bandas longitudinales. Cuestan 2.300 pesos.

 

Por dentro

Siempre y cuando no miremos hacia arriba o hacia atrás, el interior del Roadster tiene pocas diferencias con los otros Mini de segunda generación. Tiene sólo dos plazas, un techo de lona que limita un poco la visibilidad hacia atrás y un parabrisas muy inclinado.

La consola de instrumentos está presidida por el gran velocímetro central: un círculo del tamaño de una pizza, donde lo que menos importa es el indicador de velocidad. Allí se ubica la pantalla digital que concentra las funciones de conectividad, audio, telefonía y GPS.

El instrumental es complejo y bastante curioso. Por ejemplo, la velocidad no hay que verla en el gran velocímetro, sino en el pequeño display digital ubicado dentro del tacómetro. No hay información de temperatura exterior ni de temperatura del motor, pero sí un gran reloj que cuenta las horas y minutos acumulados de manejo con el techo abierto.

Tiene sólo dos plazas. El techo no roba espacio al baúl.

Tiene sólo dos plazas. El techo no roba espacio al baúl.

El panel de instrumentos es el mismo de otros Mini.

El panel de instrumentos es el mismo de otros Mini.

Este contador se activa sólo cuando el motor está encendido y el auto descapotado, pero cuando llega al límite máximo de 6 horas y 59 minutos se resetea de manera automática y empieza de cero otra vez. Es decir, es simpáticamente inútil.

Las butacas son deportivas, tapizadas en cuero resistente a la intemperie y con un bonito diseño. La posición de manejo es bien agresiva y se puede bajar el asiento hasta ubicar la cola casi sobre el suelo.

El equipamiento es muy completo e incluye climatizador, sensor de estacionamiento con indicador de distancia en el tablero, volante multifunción y numerosos portaobjetos.

Desde el habitáculo es posible acceder al baúl por medio de una pequeña compuerta ubicada entre los asientos, para permitir la carga de objetos más largos. Tiene una capacidad de 240 litros, que alcanza para transportar dos valijas medianas y dos mochilas. Si necesitás más espacio, sobre la tapa del baúl hay una preinstalación para portaequipajes. Soporta hasta 80 kilos de peso.

La calidad de terminación es buena. No está a la altura de un BMW ni de un Audi A1, pero los Mini sí están un escalón por encima de otros autos importados del segmento B, como el Alfa Romeo Mito o el Citroën DS3.

 

Seguridad

Viene de serie con cuatro airbags, aunque las bolsas laterales –ante la imposibilidad de equipar airbags de cortina- tienen un diseño que protegen al mismo tiempo el tórax y la cabeza en caso de choque. También trae frenos ABS, control de estabilidad, control de tracción, control de frenado en curva y faros bi-Xenón.

El chasis de este Roadster recibió refuerzos especiales para brindar una mayor resistencia a la torsión. Los arcos de protección traseros y el marco reforzado del parabrisas garantizan una aceptable protección a los ocupantes en caso de vuelco.

Sin embargo, no hay pruebas de choque de organismos independientes que hayan evaluado al Mini Roadster.

 

Motor y transmisión

El motor del Roadster es el conocido 1.6 turbo de todos los Mini. Es un impulsor que, cada vez con mayor frecuencia, utilizan también modelos de Peugeot y Citroën que se venden en nuestro país.

Tiene 1.598 centímetros cúbicos de cilindrada, 16 válvulas, turbo, intercooler e inyección directa. La puesta a punto para el Roadster tiene una relación de compresión de 10:5 a 1, desarrolla 184 cv a 5.500 rpm y entrega 260 Nm entre 1.730 y 4.500 rpm.

Viene de serie con una caja manual de seis velocidades, pero la unidad de pruebas estaba equipada con una Steptronic de BMW, con seis marchas, modo Sport y levas al volante. Cuesta 13.500 pesos extra.

 

Comportamiento

Si por un momento nos olvidamos de que se trata de un descapotable, este Roadster se comporta como un Mini más. Es decir, es divertidísimo de manejar.

Tiene un excelente empuje desde bien abajo y el motor se siente enojado -en gran parte, porque la aislación acústica de la capota no es perfecta, lo cual en este caso es una virtud-. Acelerando a fondo desde parado, el control de tracción tiene que intervenir en las primeras tres marchas.

El alerón trasero se despliega a partir de 80 km/h. O en forma manual, desde un botón.

El alerón trasero se despliega a partir de 80 km/h. O en forma manual, desde un botón.

La dirección es bien directa. La agilidad del chasis es sorprendente. Y tiene un esquema de suspensión que es un lujo para un autito de estas dimensiones, con tren trasero independiente y multibrazos. El andar, como en todo Mini, es bastante duro y puede llegar a cansar, sobre todo si se transita con mucha frecuencia por calles o rutas en mal estado. Pero, cuando el pavimento es liso, y a casi 20 años de la llegada de BMW, aún hoy no hay ningún auto del segmento que sea más divertido de manejar que un Mini.

La metáfora está muy trillada, pero sigue siendo cierta: es lo más parecido a un karting que se pueda conducir todos los días.

Apenas me subí, pensé que una caja manual sería más acorde para un auto de esta personalidad, pero la Steptronic me sorprendió una vez más: es muy veloz, responde con agilidad a los pedidos desde las levas del volante y al mismo tiempo es muy cómoda cuando se maneja en el tránsito de la ciudad.

Pero no nos olvidemos de que se trata de un descapotable. Por un lado, eso tiene sus desventajas: el habitáculo es bastante más ruidoso y el viento sobre el techo de lona se siente con fuerza a partir de los 120 km/h. Además, por más refuerzos que tenga el chasis, la pérdida del techo fijo se traduce en algunas vibraciones.

Será inevitable que algunos plásticos se aflojen con el correr del tiempo. Todos los cabrios torsionan más que los autos comunes.

Por otro lado, las ventajas son muchísimas. Sin techo, el Roadster es lo más parecido a manejar a una moto. Con todas las sensaciones de vértigo que esto implica, más la posibilidad de poner el techo si se larga a llover.

En una nota aparte te explicamos la postura de Lubri-Press acerca de que un descapotable hay que disfrutarlo todo el año –e incluso dimos algunos consejos para usarlo en invierno-, pero también tiene sus limitaciones.

Sin techo y con los vidrios abiertos, el viento en el habitáculo comienza a molestar a partir de los 80 km/h. Con los vidrios cerrados, se puede mantener una conversación normal hasta los 120 km/h. La unidad probada venía con un deflector de viento opcional (2.300 pesos), que impide la formación de turbulencias. Pero, por encima de los 140 km/h, ya no hay diálogo ni peinado que pueden enfrentar al huracán que se desata en el cockpit.

Y es una sensación genial.

La cortina anti-turbulencias es opcional.

La cortina anti-turbulencias es opcional.

El crítico de Lubri-Press cumplió con la promesa de manejar durante una semana siempre descapotado.

El crítico de Lubri-Press cumplió con la promesa de manejar durante una semana siempre descapotado.

Llevado al límite, el Roadster es muy estable, pero requiere atención. El torque que descarga sobre las ruedas delanteras obliga a sostener el volante con firmeza. Además, el tren delantero es muy sensible a los cambios en la superficie del pavimento.

El alerón trasero es más bien simbólico. La marca reconoce que, a la velocidad máxima, la carga que genera en el tren trasero es de apenas 40 kilos. Es decir, el equivalente a llevar en el baúl la compra del supermercado.

Y hablando de velocidad, la máxima que alcanza (con el techo colocado) es de 220 km/h. Sin techo, 205 km/h. Acelera de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos y tiene un consumo promedio de 7,7 litros.

 

Conclusión

Con un precio base de 296.500 pesos y sin contar al limitado Smart ForTwo (leer crítica), este Mini es el Roadster (descapotable biplaza) más accesible de la Argentina. Hay otros cabrios más baratos (207 CC, Fiat 500C), pero ninguno de ellos se acerca a las sensaciones que produce este autito inglés. Y, ni por asomo, tienen su personalidad.

Si necesitás dos plazas traseras para niños –a cambio de resignar un poco de imagen, aunque no tanta- Mini también ofrece en la Argentina el Cooper S Cabrio: tiene el mismo motor y el mismo precio base del Cooper S Roadster. Y, por 214 mil pesos, está el Cooper Cabrio, con motor 1.6 atmosférico de 122 cv.

ROADSTER1

Por falta de tradición o debido a una oferta bastante escasa, el mercado de los descapotables en la Argentina es liliputiense. El automovilista argentino promedio, que se define con facilidad como uno de los más fierreros del mundo, manifiesta sin embargo prejuicios y miedos poco racionales a la hora de enfrentar a un cabrio. Son muchos, por ejemplo, los que buscan satisfacer sus necesidades de movilidad y emoción con un auto y una moto, sin pensar que un buen cabrio cumple las dos funciones, con un menor costo y una mayor seguridad.

Y ahí es donde apunta el Mini Roadster. Puede ser visto como el auto más divertido y refrescante de conducir. O como la moto más confortable del mercado.

Es algo así como caminar desnudo por la calle. Es probable que pases frío. Y que llames mucho la atención. Pero experimentar la satisfacción personal de un acto de libertad, es impagable.

 

Carlos Cristófalo

 

FICHA TECNICA

 

Modelo probado: Mini Cooper S Roadster Automático

Origen: Gran Bretaña

Precio: 319.300 pesos (precio base, con caja manual, 296.500 pesos)

Garantía: Dos años, sin límite de kilometraje

Comercializa: Mini Argentina (www.mini.com.ar)

 

MOTOR

Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, inyección directa, turbocompresor, intercooler.

Cilindrada: 1.598 cc

Potencia: 184 cv a 5.500 rpm

Torque: 260 Nm entre 1.730 y 4.500 rpm

 

TRANSMISIÓN

Tipo: tracción delantera, con control electrónico.

Caja: Automática Steptronic, de seis velocidades, con modo Sport y levas al volante.

 

CHASIS

Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores presurizados.

Suspensión trasera: independiente, multribrazos, con resortes helicoidales y amortiguadores presurizados.

Frenos delanteros: discos ventilados (294 mm)

Frenos traseros: discos macizos (259 mm)

Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

Neumáticos: Bridgestone Potenza 205/45R17 (Run-Flat, sin rueda de auxilio)

 

PRESTACIONES

Velocidad máxima: 220 km/h (205 km/h, sin techo)

Aceleración de 0 a 100 km/h: 7,2 segundos

Consumo urbano: 9,8 l/100km

Consumo extraurbano: 5,9 l/100km

Consumo medio: 7,7 l/100km

 

MEDICIONES

Largo / ancho / alto: 3.734 mm / 1.683 mm / 1390 mm

Distancia entre ejes: 2.467 mm

Peso en orden de marcha: 1.280 kg

Capacidad de baúl: 240 litros

Capacidad de combustible: 50 litros

 

EQUIPAMIENTO

Doble airbag frontal

Doble airbag lateral para cabeza y tórax

Sistema antibloqueo de frenos (ABS)

Asistente de frenado (BAS)

Control de Frenado en Curvas (CBC)

Sensor de impacto (activa los airbags, desbloquea las puertas, enciende las luces interiores y las luces de emergencia)

Control dinámico de estabilidad (DSC)

Distribución electrónica de la frenada (EBD)

Cinturón de seguridad de 3 puntos con pretensión pirotécnica

Bloqueo de la bomba de combustible en caso de impacto

Indicación de pérdida de presión de neumáticos

Barra antivuelco en acero inoxidable pulido

Control de Frenado en Curvas

Indicación de desgaste de las pastillas de freno

Cierre centralizado con mando a distancia, automático a partir de 16 km/h

Inmovilizador electrónico de vehículo (EWS IV)

Climatizador

Control de distancia en estacionamiento (PDC)

Luces bi-Xenón

Equipo de audio Mini con CD/MP3/Aux/USB/Bluetooth

Navegador satelital

Indicación de desgaste de las pastillas de freno

Juego de herramientas en el baúl

Retrovisores exteriores con regulación eléctrica

Tapa del baúl con preinstalación de portaequipaje y capacidad hasta 80 kilos

Luneta trasera con desempeñador

Capota negra de tres capas de tela sintética

Butacas deportivas tapizadas en cuero

Volante multifunción en cuero, con levas del cambio

Columna de dirección regulable en altura y profundidad

 

OPCIONALES

Techo de apertura eléctrica: 7.000 pesos

Bandas decorativas longitudinales: 2.300 pesos

Cortina anti-turbulencias: 2.300 pesos

 

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Todo el año al sol

 

En contra de lo que muchos creen, no hay nada más incómodo que manejar un descapotable en verano. Las épocas ideales son el otoño y la primavera. Pero, con los siguientes consejos, se puede disfrutar hasta en invierno.

 

ROADSTER10

El test drive del Mini Roadster se realizó en julio, durante la semana más fría del año.

 

ROADSTER11

El Kit Lubri-Press para manejar descapotables en invierno.

 

ROADSTER12

Primera Ley Lubri-Press de los Descapotables: presionar sólo en caso de lluvia.

 

ROADSTER13

Divina ironía. No tiene reloj de temperatura de agua, pero sí contador de horas descapotado.

 

Cuando se trata de autos descapotables, mis opiniones son tajantes y no admiten debate.

* Primero: Nadie puede jactarse de ser un fanático de los autos si en algún momento de su vida no pasó por la experiencia de ser propietario de un cabrio.

* Segundo: El techo de un descapotable está hecho para ser colocado sólo en los días de lluvia.

* Tercero: Los descapotables no están para ser debatidos. Están para ser disfrutados.

El mes pasado estuvo en al garage de Lubri-Press el nuevo Mini Cooper S Roadster. Se lanzó a la venta en febrero y se comercializa en la Argentina en una sola versión: 1.6 turbo de 184 caballos, con un precio de 296.500 pesos.

Después de un otoño más que extenso, Buenos Aires tuvo en esas semanas de prueba las temperaturas más bajas del año.

Por eso, la pregunta es inevitable: ¿se puede disfrutar de un cabrio en pleno invierno?

Respuesta: por supuesto que sí.

De hecho, la única época del año incómoda para manejar un cabrio es la que justamente muchos no-iniciados piensan que es la ideal: el verano.

La imagen de un descapotable en la playa puede ser muy publicitaria, pero lo cierto es que no hay nada más incómodo que derretir tu cerebro al sol.

El frío del invierno, en cambio, no es excusa para cerrar el techo. En primer lugar, porque viajando descapotado vas a aprovechar los pocos rayos tibios de sol que haya en el cielo. Y también porque podés mantenerte calentito con algunos consejos prácticos:

1. Llevá la calefacción siempre encendida y apuntando a tus pies. Sin las turbulencias de la parte superior de la cabina, el calor permanecerá más tiempo en el habitáculo.

2. Comprate un gorro bien abrigado –de lana o de polar, los más recomendables-, que se ajuste bien a tu cabeza y no se vuele con el viento. No olvides un cuello polar o una bufanda (no demasiado larga, para evitar el efecto Isadora Duncan). Si sos muy friolento, sumá un par de guantes a la lista.

3. Cuidate del sol. Aún en invierno, si manejás sin techo, utilizá protector solar y anteojos.

4. De ser posible, equipá a tu auto con opcionales como butacas calefaccionables, barreras anti-turbulencias y sistemas Airscarf (no disponibles en el Mini Roadster).

5. Usá los posavasos para llevar un jarro térmico con alguna bebida caliente.

6. Recordá que tu acompañante ocasional no necesariamente estará habituado a viajar en un descapotable. Llevá siempre en la guantera un stock de lentes, gorros, bandanas, bufandas y protector solar.

7. Si a pesar de todo esto seguís teniendo frío, recordá las sabias palabras del Viejo Vizcacha: “Al fresco nunca la esquivo; / el viento en la cara sólo / lo siente quien está vivo”.

C.C.

Aclaración: Las palabras del V.V. pueden no figurar en ciertas ediciones del “Martín Fierro”. Pero las dijo mientras manejaba un Austin Healey.

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