Guía para disfrutar de un cabrio en invierno

El lanzamiento del Fiat 500C importado de Polonia es una buena oportunidad para repasar la importancia de disfrutar de un descapotable.

Cuando se trata de autos descapotables, mis opiniones son tajantes y no admiten debate.

Primero: Nadie puede jactarse de ser un fanático de los autos si en algún momento de su vida no pasó por la experiencia de ser propietario de un cabrio.

Segundo: El techo de un descapotable está hecho para ser colocado sólo en los días de lluvia.

Tercero: Los descapotables no están para ser debatidos. Están para ser disfrutados.

Durante los últimos días manejé el nuevo 500C. En realidad, no es tan nuevo. Y, de hecho, en Lubri-Press ya lo probamos hace dos años. La diferencia principal es que aquél 500C venía importado de México y, desde noviembre de 2017, llega procedente de Polonia.

Los cambios más sustanciales se informan más abajo. Pero vamos a lo importante. Después de un otoño bastante suave en Buenos Aires, en estos días arranca la temporada de invierno. Es bien sabido: el otoño y el invierno suelen ser las mejores épocas para manejar un auto sin techo.

Por eso, la pregunta es inevitable: ¿se puede disfrutar de un descapotable todo el año?

Respuesta: ¡por supuesto que sí!

De hecho, la única época del año incómoda para manejar un cabrio es la que justamente muchos no-iniciados piensan que es la ideal: el verano.

La imagen de un descapotable en la playa puede ser muy publicitaria, pero lo cierto es que no hay nada más incómodo que derretir tu cerebro al sol.

El frío del invierno, el otoño y la primavera, en cambio, no son excusas para cerrar el techo. En primer lugar, porque viajando descapotado vas a aprovechar los pocos rayos tibios de sol que haya en el cielo. Y también porque podés mantenerte calentito, con algunos consejos prácticos:

  1. Llevá la calefacción siempre encendida y apuntando a tus pies. Aún con las turbulencias de la parte superior de la cabina, el calor permanecerá más tiempo en el habitáculo.
  2. Comprate un gorro bien abrigado –de lana o de polar, los más recomendables-, que se ajuste bien a tu cabeza y no se vuele con el viento. No olvides un cuello polar o una bufanda (no demasiado larga, para evitar el Efecto Isadora Duncan). Si sos muy friolento, sumá un par de guantes a la lista.
  3. Cuidate del sol. Aún en invierno, si manejás sin techo, utilizá protector solar y anteojos.
  4. De ser posible, equipá tu auto con opcionales, como butacas calefaccionadas, barreras anti-turbulencias y sistemas Airscarf (aunque suene feo decirlo, es un sopla-nuca oculto en el apoyacabezas del asiento, que expulsa aire caliente sobre tu cuello, lo tienen varios cabrios premium).
  5. Usá los posavasos para llevar un jarrito térmico, con alguna bebida caliente.
  6. Recordá que tu acompañante ocasional no necesariamente estará habituado a viajar en un descapotable. Llevá siempre en la guantera un stock de lentes, gorros, bandanas, bufandas y protector solar.
  7. Si a pesar de todo esto seguís teniendo frío, recordá las sabias palabras del Viejo Vizcacha: “Al fresco nunca la esquivo; / el viento en la cara sólo / lo siente quien está vivo”.

Carlos Cristófalo

Aclaración: Las palabras del V.V. pueden no figurar en ciertas ediciones del “Martín Fierro”. Pero las dijo mientras manejaba una Duetto.

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Con respecto al 500C mexicano, el 500C polaco tiene algunas novedades bien puntuales. Recibió un restyling en la trompa (como todos los 500 polacos que se venden en Argentina desde noviembre de 2017) y algunas mejoras en el equipamiento: el más notorio es el nuevo sistema multimedia UConnect con pantalla táctil de siete pulgadas, que sumó Apple CarPlay y Android Auto.

El interior sigue teniendo plásticos duros –con detalles en el mismo tono de la carrocería-, pero está muy bien fabricado. La calidad del cuero utilizado en el volante y los tapizados mejoró bastante, con respecto al mexicano. Con respecto al equipamiento, perdió el control de crucero.

El mecanismo del techo sigue siendo el mismo de siempre, con tres posiciones que se regulan con un comando eléctrico. Recordemos que el 500C es un descapotable, pero no es un cabriolet. Técnicamente tiene un techo tipo Targa, ya que conserva los marcos de las puertas y los parantes centrales (Pilar B) y traseros (Pilar C).

Sin embargo, la novedad más importante está en la mecánica: el motor 1.4 16v ya no tiene el sistema Multiair. Esto significa que bajó un poco su rendimiento. La potencia se redujo de 105 a 100 cv (siempre a 6.000 rpm) y el torque máximo disminuyó de 133 a 131 Nm (antes se obtenía a 3.850 y ahora se entrega a 4.250 rpm).

Esto no sería grave si no fuera por un detalle realmente importante, notorio y lamentable: la noble caja automática de seis velocidades con convertidor de par fue reemplazada por una más económica y automatizada, del tipo Dualogic, con sólo cinco marchas.

Para el que no conozca las cajas automatizadas Dualogic, una rápida descripción: es una caja manual con un cerebro informático, que utiliza un embrague robotizado. Es decir, no tiene pedal de embrague: esa tarea la realiza un software que se encarga de accionar el sistema en el momento indicado.

La caja cuenta con un modo automático (donde el sistema se ocupa de realizar también los cambios de marcha) o manual (los cambios los realiza el conductor, desde la palanca o con las levas del volante).

El problema con las cajas Dualogic (y con todas las automatizadas o robotizadas, en general) es que el paso de marcha es muy lento. Hay un intervalo prolongadamente artificial entre un cambio y otro. Por eso, la aceleración es más lenta que nunca: el 500C con caja automática llegaba a 100 km/h en 12,8 segundos y con esta Dualogic –en modo automático- demora 13,4 segundos. Una eternidad. La velocidad máxima también bajó de 180 a 173 km/h. Los consumos se siguen manteniendo iguales, con una media de 6,5 litros cada 100 kilómetros.

¿Hay alguna forma de hackear la pereza del sistema Dualogic? Sí, un poco. El secreto –como siempre en los 500- está en el botón “Sport”. Con este programa de manejo se mejora la respuesta del acelerador, los pasos de marcha se realizan a un régimen más elevado y, en modo secuencial, todo el control de la caja –excepto la ausencia de pedal de embrague- queda en poder del conductor. Ahí mejora mucho la aceleración, que baja a 11,9 segundos para alcanzar los 100 km/h.

En modo Sport, los consumos aumentan un poco, aunque nada grave: 7,1 litros cada 100 kilómetros de media.

Con un precio de 891.500 pesos, el 500C sigue siendo el auto descapotable más accesible de la Argentina. Al venir importado de Polonia, mejoró el equipamiento multimedia, pero se extraña muchísimo una caja automática de verdad. Si te lo comprás, manéjalo siempre en modo Sport, abrí bien el techo y que el viento se encargue de llevarse las penas, de manera automatizada.

C.C.

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