Honor a las tradiciones

Si Mercedes-Benz es una marca reconocida en todo el mundo por sus sedanes de lujo, se lo debe en gran parte a la Clase E. La historia de esta berlina del segmento grande se remonta a 1953 y ya va por su octava camada.

La generación W212 está a la venta en la Argentina desde julio del 2009, pero –justo cuando comenzaron a filtrarse las primeras imágenes de su inminente restyling- Mercedes-Benz decidió realizar un profundo cambio en las motorizaciones que ofrece en nuestro país.

Lubri-Press manejó una versión E 250 CGi City Avantgarde durante una semana. La crítica completa se reproduce a continuación.

Por fuera

La Clase E se posiciona a mitad de camino entre la Clase C y la limousine Clase S. Comparte plataforma con la más vanguardista Clase CLS, pero su rol es el de ser el núcleo central de la oferta más tradicional de Mercedes-Benz.

Un Clase E debe ser, ante todo, un ejemplo de solvencia en ruta.

Y su diseño no deja lugar a dudas acerca de esa tarea: es un sedán de 4,86 metros de largo, tan elegante como conservador. A su lado, los rivales alemanes –BMW Serie 5 y Audi A6- resultan estridentes. Y ni hablar de algunos espectaculares outsiders, como el Jaguar XF.

En la Clase E, la única concesión a la ostentación está en su parrilla frontal, cromada y con la estrella de tres puntas como mascarón inconfundible.

Las primeras versiones E 250 City Avantgarde que llegaron a comienzos de año a la Argentina tenían llantas de 18 pulgadas y neumáticos 245/40 adelante y 265/35 atrás, como la unidad de las fotos (frente a las 17” y 245/45 de las que arribaron después).

También hay una variante Sport Avantgarde, que cuenta con el kit AMG para el exterior (spoilers delantero y trasero, embellecedores laterales), los frenos a disco delanteros perforados, las pinzas de freno firmadas por Mercedes-Benz y la doble salida de escape cromada.

Pude ver una en persona y -todo eso que en el párrafo anterior sonó tan espectacular y deportivo- en presencia del auto no alcanza para levantar su bajísimo perfil. Menos aún en colores como este negro azabache.

Por dentro

Acá es donde la Clase E hace valer el peso de su prestigio. El habitáculo, con espacio sobrado para cinco pasajeros, transmite la sensación de seguridad y confort como sólo podría hacerlo un bunker revestido en cuero. Sintético, en la versión City.

La insonorización es perfecta, las puertas cierran con la contundencia de una bóveda y su habitáculo resulta un espacio soñado para sobrevivir al peor de los congestionamientos de tránsito.

Espacio de sobra para cinco adultos. Tapizados en cuero sintético para la versión City.

La calidad de terminación está a la altura de un auto de este precio. En los últimos años, las encuestas de satisfacción de clientes no les dieron buenos resultados a Mercedes-Benz y fue justamente por una caída de calidad de los modernos Clase E, con respecto a los indestructibles W123 y W124 de los años ’70 y ’80.

Para los estándares de calidad del mercado argentino, sin embargo, este W212 sigue a años luz de cualquier referencia de producción regional. Y su interior apuesta a la elegencia, de la misma manera que el Serie 5 se juega por la sobriedad y el A6 no se diferencia mucho –de manera deliberada- de un A4 o un A5.

Clásico. Volante de cuatro rayos y palanca de cambios sobre la columna de dirección.

La lista del equipamiento es grande y se publica más abajo. A modo de curiosidad, me llamó la atención algunas ausencias en esta versión City.

No son elementos indispensables, pero se trata de esos juguetes de moda que muchas marcas hoy consideran fundamentales para conquistar clientes (y que muchos clientes demandan incluso con más énfasis que los elementos de seguridad).

Me refiero a la cámara de retroceso, al puerto USB, al GPS integrado y a la pantalla táctil. Está claro que, para el usuario de un Clase E, no hay nada más chabacano que un gadget de moda.

A cambio, Mercedes-Benz prefiere seguir apostando por dos viejos clásicos: la palanca de cambios en el volante y el reloj de agujas en el tablero.

Seguridad

Como corresponde a Mercedes-Benz, puede haber diferencias de equipamiento de confort en las distintas versiones, pero la seguridad es igual para todos los Clase E.

Es decir, apabullante: nueve airbags (dos frontales, dos laterales delanteros, dos laterales traseros, dos de cortina y uno para las rodillas del conductor), frenos ABS con servofreno de emergencia (BAS), control de estabilidad, control de tracción, alerta de pérdida de presión de neumáticos y apoyacabezas delanteros activos.

 

Pero más que el listado de elementos, lo que impresiona de la Clase E –parodiando a un ministro de triste inspiración- es la “sensación de seguridad”.

Sentarse en un E 250 es sentirse protegido como en una fortaleza: desde el cinturón de seguridad que presiona un poco el cuerpo al encender el motor (síntoma de la presencia del sistema Pre-Safe, que precarga todos los dispositivos de seguridad pasiva al detectar un posible impacto), hasta el Attention Assist que se enciende en el tablero una taza de café al detectar síntomas de cansancio (a pesar de que no funcione bien en las calles Argentinas, ver nota), pasando por el clásico matafuegos integrado bajo la butaca del conductor y el escandaloso sensor de estacionamiento.

Cinco relojes en el tablero y pantalla sin navegador satelital.

A modo de referencia, un E 220 CDi Avantgarde fue sometido a las pruebas de choque de EuroNCAP en 2010 y obtuvo el puntaje máximo de cinco estrellas, con 86% de protección para adultos, 77% para niños y 59% para peatones.

Motor y transmisión

Cuando esta generación de la Clase E se lanzó a la venta en la Argentina, en 2009, se ofrecieron de manera inicial dos tipos de motorizaciones para el Sedán: V6 3.0 de 231 cv y V8 5.5 de 388 cv.

Sin embargo, cuando a comienzos del 2011 el Gobierno argentino decidió establecer Licencias No Automáticas para los autos de alta cilindrada, Mercedes-Benz se encontró con un problema serio: los clientes de la Clase E se veían obligados a largas esperas para la entrega de sus vehículos, con lógicos reclamos.

Y recordemos que estos no son clientes comunes: están entre los más fieles seguidores de la marca y sólo cambian un Clase E por otro más nuevo. No es un buen plan hacerlos enojar.

Así, la filial local decidió cambiar las motorizaciones por una de menor cilindrada. Y reservó las mecánicas más potentes sólo para las variantes Coupé (V6, 272 cv) y AMG (V8, 525 cv).

El Sedán de la Clase E hoy sólo se puede conseguir en nuestro país con un pequeño motor de cuatro cilindros, con apenas 1.796 centímetros cúbicos de cilindrada. Con la ayuda de inyección directa, turbo e intercooler rinde 204 caballos de potencia a 5.500 rpm y 300 Nm de torque entre 2.000 y 4.500 rpm.

Adiós al V6 y al V8. Esos privilegios quedaron para los Clase E Coupé y AMG.

La transmisión es una 7G-Tronic: una caja automática de siete velocidades, que en 2003 se convirtió en la primera en su tipo con tantas marchas y que hoy utilizan varios modelos de Mercedes-Benz. Esta caja es clave para que cada caballo de fuerza rinda al máximo.

El conjunto mecánico se completa con el sistema Start&Stop, que apaga el motor al detenerse en un semáforo o una esquina. Ya había probado otros autos con este mecanismo, pero el del Mercedes me pareció el más refinado de todos. El motor no se apaga al frenar, sino sólo cuando -estando detenido- se pisa el freno a fondo. Si se mantiene el pedal central apenas peinado, se mantendrá en marcha.

Además, el motor no arranca sólo al liberar el freno. También lo hace si se mueve el volante, en señal de maniobra.

Son detalles finos, de una tecnología cada vez más evolucionada.

Comportamiento

En este apartado sólo voy a mencionar un detalle sobre el andar, porque el resto de las apreciaciones de la prueba de manejo son bien subjetivas y me las reservo para la Conclusión.

La versión City Avantgarde puede calzar llantas de 18 pulgadas en opción, como en las fotos. Son bonitas, pero comprometen el confort de marcha.

Mercedes-Benz invirtió miles de horas, kilómetros y millones para desarrollar las suspensiones y poner a punto el confort de marcha de la Clase E. Es un trabajo tan fino que me parece una pena que se arruine con unas llantas de 18 pulgadas con perfil tan bajo, como en la unidad probada.

Nuestras calles no son las de Alemania y las asperezas del asfalto se transmiten demasiado al habitáculo. No es incómodo, de ninguna manera, pero creo que para los usuarios más urbanos, la opción más lógica son las llantas de 17” que este City trae de serie. No quedan tan bonitas como las de 18″, pero sin dudas son más acordes para un auto con este nivel de confort.

Conclusión

Mientras el E 250 estuvo en las manos de de Lubri-Press, recibimos numerosos comentarios de fanáticos confesos y usuarios reales de la Clase E. Uno de ellos, se mostró algo triste por el cambio de motorización.

Nos dijo: “Viajar en ruta con un Clase E es sencillamente indescriptible. Ya sea despacio o a velocidades tremendas. Te transmite solvencia. Hoy, cualquier auto más o menos bueno anda a 200 km/h. Incluso algunos más generalistas que deportivos llegan a 230 km/h, como el VW Vento. Pero ninguno, de ninguna manera posible, te puede transmitir la solvencia de un E a esa velocidad. Puede no ser deportivo, pero solvencia y equilibrio le sobran. Todo el tiempo el auto te transmite seguridad. Es como que le sobra paño. Los E se disfrutan -si la ley lo permitiese y los caminos fueran adecuados- a partir de los 230 km/h. A esa velocidad mueren todos los aspiracionales. Y empiezan los autos de verdad. Eso es un E. Y eso es lo que queremos que sea”.

Los usuarios urbanos de la Clase E no extrañarán los motores grandes. Y agradecerán el bajo consumo.

Publico sus palabras porque, después de manejar el E 250 durante una semana, comprendí con claridad de qué hablaba. Pero no todos los usuarios de la Clase E son iguales.

Una ruta desierta y muchos kilómetros para devorar. El desafío favorito de cualquier Clase E. Ahí sí se extrañarán los caballos extra.

En la Argentina, ellos son muy pocos. Estamos hablando de menos de 200 clientes al año. Pero se dividen en dos grandes grupos.

Los primeros, utilizan el auto mayormente en ciudad. Usan su Mercedes como oficina rodante y, con frecuencia, suelen delegar en un chofer la tarea de lidiar con el tráfico. Es, digamos, el usuario tipo Sofía “La Chiqui” Ponte, el personaje de Mitha Legrand en La Dueña, que utilizó un E 250 cedido como cortesía por Mercedes-Benz Argentina.

Los segundos, como el usuario citado, atesoran su Clase E como un Patek Philippe: no es una herramienta de trabajo, es un estilo de vida. Este tipo de clientes manejan vehículos más sencillos en sus desplazamientos cotidianos y reservan su Clase E sólo para las grandes ocasiones: una noche especial o el simple placer de devorar cientos de kilómetros en ruta, con el máximo confort.

¿Laguna de Chascomús? No, el Río Luján, totalmente desbordado, a la altura de Los Cardales.

Es, digamos, el usuario tipo Bautista Heguy. El famoso polista argentino pertenece a una familia de históricos usuarios de este modelo. En su garage no tiene una versión de última generación, pero su veterano Clase E lo utiliza sólo para viajar en ruta a buena velocidad, algo que no le permiten las chatas que conduce todo el día en el campo.

No es necesario decir que el chasis, la dirección y las suspensiones de esta generación de la Clase E están a la altura de las exigencias de los dos tipos de usuarios. Sin embargo, la decisión de ofrecer motores más chicos a partir del 2012 no caerá de la misma manera a uno y otro público.

Para el usuario Sofía Ponte, los 239 km/h de velocidad máxima y los 7,9 segundos de aceleración de 0 a 100 km/h serán suficientes para que no extrañe de ninguna manera los motores V6 y V8. Mejor aún, la tecnología BlueEfficiency trabaja de manera genial para ofrecer unos consumos excelentes para un vehículo de estas dimensiones: 9,2 litros cada 100 kilómetros en ciudad y apenas 5,5 en ruta.

El baúl es muy grande. Tiene 540 litros de capacidad.

Casi cinco metros de puro, auténtico y tradicional Mercedes-Benz.

Para el usuario Bautista Heguy, sin embargo, tal vez eso no sea suficiente. A velocidades prohibidísimas en la práctica -pero muchas veces alcanzadas por usuarios de este segmento-, el E 250 ya no tiene el empuje característico –equivalente a una elegante patada al pecho- de un V6 o un V8 de gran cilindrada.

Son detalles sutiles, desde ya, y es necesario recalcar que, de todos modos, hablamos de violar todas las normas del tránsito.

Pero, también hace falta decirlo, hay un reducto donde la eficiencia y el downsizing nunca van a poder ganarle la batalla a la cilindrada bruta.

Es un reducto pequeño, casi clandestino. Un espacio tan concreto como intangible.

Una ruta despoblada, en medio de la noche.

C.C.

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Mercedes-Benz E 250 City Avantgarde

Precio: 76.900 dólares (versiones E 250 hasta 86.900 dólares)

Garantía: dos años, sin límite de kilometraje.

Comercializa: Mercedes-Benz Argentina (www.mercedes-benz.com.ar)

MOTOR

Tipo: delantero longitudinal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, inyección directa de combustible, turbocompresor con intercooler.

Cilindrada: 1.796 cc

Potencia: 204 cv a 5.500 rpm

Torque: 300 Nm entre 2.000 y 4.500 rpm

TRANSMISIÓN

Tipo: tracción trasera, con control electrónico.

Caja: automática, de siete velocidades tipo 7G-Tronic.

CHASIS

Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.

Suspensión trasera: independiente, con paralelogramo deformable, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.

Frenos delanteros: discos ventilados

Frenos traseros: discos macizos

Dirección: de cremallera, con asistencia hidráulica.

Neumáticos: Continental SportContact 3 245/40 adelante y 265/35 atrás (auxilio temporal)

PRESTACIONES

Velocidad máxima: 239 km/h

Aceleración de 0 a 100 km/h: 7,9 segundos

Consumo urbano: 9,2 l/100 km

Consumo extraurbano: 5,5 l/100km

Consumo medio: 7,2 l/100km

MEDICIONES

Largo / ancho / alto: 4.868 mm / 1.854 mm / 1.471 mm

Distancia entre ejes: 2.874 mm

Peso en orden de marcha: 1.650 kg

Capacidad de baúl: 540 litros

Capacidad de combustible: 59 litros

EQUIPAMIENTO

Sistema de prevención Pre-Safe

Apoyacabezas delanteros activos Neck-Pro

Attention Assist (advierte al conductor si detecta síntomas típicos de agotamiento)

Airbags delanteros frontales, laterales y de rodilla para conductor, traseros laterales y windowbags

Extintor de incendios montado debajo del asiento del conductor

Rueda de auxilio temporal

Alarma antirrobo con protección antirremolcado / Alarma volumétrica

Sistema antibloqueo de frenos (ABS) y servofreno de emergencia (BAS)

Programa electrónico de estabilidad (ESP)

Control de tracción (ASR)

Alerta de pérdida de presión de los neumáticos

Protección inferior del motor

Tren de rodaje Direct Control

Llantas de aleación de 5 radios y 18 pulgadas

Techo levadizo / corredizo eléctrico de cristal con PRE-SAFE

Retrovisores exteriores calefactados, ajustables y abatibles eléctricamente

Retrovisor exterior lado conductor con antideslumbramiento automático

Parktronic con guía para estacionamiento

Tapizado en símil cuero tipo Artico

Retrovisor interior con antideslumbramiento automático

Volante multifunción con 12 teclas, en napa, de 4 radios con 2 apliques cromados

Alfombras de velours

Molduras interiores de aluminio

Palanca de cambio Direct Select en el volante

Asientos delanteros con regulación eléctrica y memorias (incluye volante y espejos)

Climatización automática Thermatic de 2 zonas

Limpiaparabrisas con sensor de lluvia

Sistema Bluetooth para comunicación por teléfono celular