La lubricación revisada antes de las vacaciones

Por Antonio J. Ciancio

En un año de gran actividad, el tiempo ha sido escaso como para prestarle mucha atención al automóvil. La planificación de las vacaciones es una buena oportunidad para realizar verificaciones que hacen a su buen funcionamiento y a la seguridad. Un viaje tranquilo es un gran anticipo de unas felices vacaciones

Siempre hemos dicho que el aceite es la  sangre del motor porque es el fluido vital, que lleva protección y refrigeración a las piezas más comprometidas en la operación, en el duro trabajo diario.

En el tránsito urbano, el motor también se hace “mala sangre”, se calienta en todos los sentidos de la palabra: al contrario de la creencia popular, el continuo arrancar y parar en el tránsito urbano es la condición más exigente para el aceite. Es posible tener un deterioro rápido de las cualidades del lubricante.

envases

En la ciudad andamos a velocidad relativamente baja, frenamos de golpe, aceleramos para salir del embotellamiento, y la espera en los  semáforos o barreras se hace eterna. El motor se recalienta, no quema bien el combustible y se ensucia internamente, causando el desgaste de todas las piezas. El aceite, un repuesto más del motor, se degrada y va perdiendo sus propiedades. En particular el funcionamiento en ralentí o marcha en vacío provoca el ingreso de combustible al cárter.

Por eso, como ya no está en las condiciones óptimas, es recomendable cambiar el lubricante antes del viaje de vacaciones. Si Ud. se prometió cuidar su cuerpo con comida más saludable y natural, hacer ejercicios fortificadores, disfrutar del relax, etc. piense que lo más apropiado para los fierros, lo más “natural” para el motor es un buen aceite sintético.

La lubricación optimizada brindará un mejor enfriamiento de todos los conjuntos mecánicos, con un “torrente”, un gran caudal, que llega inmediatamente, tras el arranque, a proteger todas las piezas, aún las más distantes como el turbo y los árboles de leva a la cabeza. Con menor fricción interna el motor consumirá menos combustible y mantendrá la performance ideal: más potencia disponible y menor contaminación para el medio ambiente.

Mobil 1 ofrece una gama de alta calidad, cubriendo todas las necesidades: Mobil 1 ESP Formula 5W-30 (el favorito para los autos más modernos)  Mobil 1 5W-20; Mobil 1 0W-40; y finalmente Mobil 1 5W-50 para aquéllos propulsores que ya tienen cierto desgaste.

Recordemos por favor que con el cambio de aceite no sólo debemos poner de filtro de aceite y de combustible nuevos: también el filtro de aire debe cambiarse. En pocos kilómetros de tránsito urbano, la suciedad ambiente y el hollín emitido por miles de motores diésel va a obturar los poros de los elementos filtrantes y la admisión se ve reducida. Si el motor “respira” mejor, en poco tiempo nos devolverá  el costo de esta operación de mantenimiento o “service” con un menor consumo de combustible. Esto es particularmente importante para los motores diésel ligeros y aquéllos convertidos a gas natural.

Ahora vienen algunas operaciones que conviene realizar en centros especializados de atención o talleres mecánicos. Primero la revisión de los niveles y el estado de los fluidos de caja y diferencial (o de la caja puente). Allí el personal entrenado puede determinar si la cantidad de aceite es la correcta. Cuidado que algunas transmisiones deben llenarse hasta un nivel por debajo del tapón de llenado, y por otro lado las cajas automáticas tiene un protocolo de revisión de nivel que no es para todos.

Hay que hacer esta visita al taller con tiempo, puesto que puede surgir la necesidad de hacer un cambio completo. Si el aceite aparece contaminado con agua ha llegado al final de su vida útil. Es notable como ingresa agua y suciedad por las válvulas dispuestas para equilibrar las presiones o “respiraderos” cuando pasamos por una zona encharcada o nos sorprende una lluvia copiosa. Un súbito enfriamiento hace que la caja “chupe” una cantidad importante de aire, que viene acompañada de estos contaminantes en las circunstancias descriptas.

Los especialistas también determinarán si es necesario cambiar el fluido de la dirección de potencia; y también el líquido de frenos. Si durante el último año tuvimos necesidad de agregar más de un cuarto de litro de estos dos fluidos es conveniente hacer el cambio completo. El purgado de los frenos es una operación que demanda tiempo. Hay que ser previsores.

En el taller se verificarán también los sistemas en búsqueda de pérdidas, las cuales deben ser solucionadas de inmediato.

En particular deben comprobarse los fuelles de goma que protegen a las juntas homocinéticas. Con pérdidas o fisuras importantes se deben cambiar directamente las piezas. A juicio del especialista puede hacerse una operación intermedia, hasta el regreso de las vacaciones, que consiste en “inyectar” grasa con un sutil perforado de la goma en puntos no comprometidos. Se puede utilizar una jeringa del tipo de vacunas para animales, con un orificio de aguja superior al milímetro. Así podrán agregarse unos 5 a 10  gramos de grasa por junta, lo cual es suficiente. El agregado excesivo provoca recalentamientos, con riesgo de falla.

Mobilgrease XHP 222 es la alternativa ideal para esta función. Su espesante complejo de litio permite soportar altas cargas y temperaturas, y su gran adhesividad protege mejos a cada pieza del complejo mecanismo de estas juntas.

Y esto es sólo una mínima parte del cuidado del auto: neumáticos (desgaste, alineación y balanceo), luces (incluyendo estado de las ópticas), fusibles (siempre conviene llevar de repuesto, pidiéndole al mecánico que nos explique donde están en el vehículo, ya que suele haber algunos fuera de la caja principal).

Bueno, ¿para qué extenderse describiendo los puntos que bien conocen los especialistas? Simplemente hágase un espacio de tiempo para el auto: él lo agradecerá con un viaje libre de preocupaciones. Nada mejor para empezar su período de descanso.

 

* Ingeniero Senior de Lubricación-Axion Energy. Mobil en Argentina. Investigador y Docente Asociado al Centro Argentino de Tribología. Órgano Técnico de la Cámara Arg de Lubricantes.