¿Puede “cortarse” un aceite de motor?

El mercado de los lubricantes de motor cuenta con infinidad de productos y fabricantes, y no siempre queda claro que tipos de cambios pueden hacerse sin generar daños en el motor.

Los lubricantes de motor suelen ser intercambiables en términos de aditivos, especialmente al cumplir las mismas normas.

Típicamente escuchamos preguntas como: “¿Pueden mezclarse los lubricantes minerales con los sintéticos?, ¿puedo pasar de un producto a otro?, ¿qué pasa si venía usando una marca y quiero cambiar a otra?, ¿un cambio de producto puede lavar el motor?

Intentaremos a continuación dar un poco de claridad al respecto.

Como ya hemos mencionado en muchas ocasiones, y aún es oportuno recordarlo aquí, los lubricantes de motor se componen de aceite base y aditivos. Dada esta división entre los dos principales componentes del aceite, abriremos la discusión de la misma forma.

Los básicos, o básicos lubricantes, son el principal componente de los aceites de motor, llegando a formar entre el 70 y 90% del producto terminado. Justamente son la base del lubricante formulado. De ellos depende en gran medida la viscosidad del aceite (sumado a los aditivos mejoradores de índice de viscosidad), y de ellos depende absolutamente que un producto sea mineral o sintético. El Instituto Americano del Petróleo (API) cuenta con clasificaciones específicas para los básicos lubricantes, las conocidas categorías Grupo I, II, III, IV y V, con guías para su intercambiabilidad según los porcentajes de mezcla en cada formulación.

No nos detendremos en detalle aquí, simplemente mencionaremos que los Grupo I son aceites minerales convencionales, Grupo II aceites minerales hidrotratados, Grupo III ya con hidrotratamiento severo se usan en formulaciones sintéticas, y Grupo IV son los convencionales sintéticos tipo PAO. Grupo V engloba al resto de los productos no incluidos, como PAG, nafténicos, etc. Continuando con el eje de la compatibilidad y las posibles mezclas, dado que los aceites de motor no se formulan con bases Grupo V, que son la principal causa de incompatibilidad, podemos decir que las bases lubricantes en aceites de motor son compatibles entre sí. Más concretamente, mezclar aceites de motor no causará que el aceite “se corte” o se divida en dos fases.

Hemos omitido hasta aquí a los semi-sintéticos, justamente porque son la prueba misma de que pueden mezclarse las bases minerales con las sintéticas. Su formulación implica por definición mezclar bases minerales con sintéticas, por eso resulta paradójico que siendo el semisintético uno de los productos más usados en el mercado argentino, todavía impere la duda o el mito de que un lubricante de mejor calidad puede cortarse al mezclarse, digamos al pasar de mineral a semi, o de semi a sintético.

¿Estamos diciendo que todos los lubricantes son iguales? De ninguna manera.

Las diferencias en rendimiento son claras y no da lo mismo usar un aceite u otro, pero lo que buscamos desmitificar es el famoso tema de que pueda cortarse el aceite. Los vehículos modernos requieren casi en su totalidad el uso de lubricantes 100% sintéticos, y con las aprobaciones correspondientes a cada fabricante de motores. Esto se debe a que los motores actuales, en su búsqueda de eficiencia, menores emisiones y reducción de consumos de combustible, han pasado por el proceso de downsizing, reduciendo notablemente las cilindradas pero aumentando al mismo tiempo la potencia. De esa forma logramos tener hoy en día motores de 1.0 litro que superan los 100 HP. La lubricación de estos motores turboalimentados modernos, con inyección directa de nafta, apertura variable de válvulas, start-stop, y tantas otras tecnologías requiere el uso de sintéticos.

Cabe mencionar que los lubricantes sintéticos producidos a partir del gas natural, con la tecnología exclusiva Shell PurePlus o GTL (gas to liquid), son igualmente compatibles con los lubricantes clásicos derivados del petróleo. La formulación a partir del gas les da una altísima pureza, muy baja evaporación (relacionada al bajo consumo de aceite) y excelente fluidez en frío. Si bien no se recomienda mezclarlos para no perder rendimiento, podemos decir que son igualmente compatibles con otros tipos de lubricantes del mercado.

Desde el lado de los aditivos, podemos decir que son clave en la aprobación de ciertas normativas y en mejorar las propiedades del propio aceite base. De ellos depende el poder de limpieza de un aceite, su capacidad de manejar el hollín generado por la combustión, especialmente en motores diesel pero cada vez más en motores nafteros con inyección directa. También mencionamos su capacidad de no generar espuma, lo cual debilita la película lubricante, su protección antidesgaste, especialmente adecuada en zonas de lubricación límite como los árboles de levas, su punto de escurrimiento, entre otras funciones. La mezcla de distintos aceites con paquetes diferentes de aditivos, no va a hacer que el aceite de motor “se corte” ni nada por el estilo, pero puede hacer que un aceite no funcione en su forma óptima, dado que las químicas utilizadas compiten entre sí, especialmente cuando los lubricantes son de especificaciones muy diferentes. Esto quiere decir que alguna de las funciones mencionadas puede desbalancearse, mejorando un aspecto en detrimento de otro. Lo importante es revisar las especificaciones del lubricante. Estos son los niveles de rendimiento mínimos que cumplen. Lubricantes de misma norma, protegerán al menos con el mismo nivel mínimo, pudiendo a partir de allí ser superiores a la norma. En resumen, los lubricantes de motor suelen ser intercambiables en términos de aditivos, especialmente al cumplir las mismas normas. Si bien mezclarlos no es ideal por el mencionado desbalanceo, no causará un problema al cumplir la misma norma pedida por el fabricante del vehículo.

Un comentario final sobre aditivos es el tema del “lavado del motor” por contener aditivos detergentes. Esto no ocurre así, dado que los aditivos de limpieza detergentes funcionan de forma paulatina y gradual. Además, hace ya muchas décadas que los lubricantes de motor vienen aditivados con detergente, con lo cual difícilmente vaya a producirse un lavado tan fuerte que remueva y obture conductos de lubricación. Sí es válido tener precaución en motores antiguos, de colección, o que han estado muchos años frenados, pero no es relevante en vehículos modernos o en funcionamiento. Por otro lado, un producto sintético no causará una mayor limpieza por el hecho de ser sintético, dado que esto es tarea de los aditivos, de forma que pasar a un producto sintético tampoco refuerza este posible lavado de motor.

En conclusión, podemos afirmar que los lubricantes de motor son miscibles o mezclables, es decir que no van a cortarse. Sin embargo, no son todos iguales, dado que las calidades tanto en básicos como en aditivos son muy variables y dependen de cada formulación, es importante respetar la calidad mínima pedida por el fabricante del vehículo. Poner un producto superior, es decir, de mineral a semi o de semi a sintético, incluso con la novedosa tecnología PurePlus del gas natural, no causará un problema en el motor, siempre y cuando la viscosidad y especificación sean las que pida el fabricante. Para ejemplificarlo, de la misma forma que un sintético 0W-20 no corresponde a un vehículo del año 1995, un lubricante mineral 20W-50 no corresponde a un vehículo del año 2020.  Tener estos conceptos presentes resultará importante a la hora de completar el nivel de aceite, o a la hora de seleccionar un lubricante para el cambio del mismo.