¿Qué es ARLA32?

Durante el proceso de combustión en un motor, son generados y liberados gases en la atmosfera. Algunas fracciones de esos gases eliminados en el escape son nocivas. Acumuladas en grandes concentraciones, generan daños ambientales muchas veces irreversibles.

La flota vehicular mundial sigue una progresión de crecimiento constante, exigiendo el control de la emisión de polución y del consumo de combustible. Las principales normas vigentes son Euro V (Europa) y Proconve 7 (Brasil).

Con el pasar de los años, los motores recibirán sistemas de alimentación controlados electrónicamente para garantizar la dosis exacta de combustible, eliminando o reduciendo los gases nocivos. Estos motores, en línea liviana (alconafta/nafta), pasaron a recibir el catalizador cerámico: un elemento auxiliar que realiza la post-combustión, o sea, la quema de las partículas de combustible presentes en el gas de escape. Esa quema es realizada por la velocidad aplicada al gas de escape. El atrito generado entre el gas y las superficies de pasaje del catalizador llevan los gases no quemados, y los que no fueron quemados en la cámara de combustión, a quemarse en el catalizador.

En motores diesel, es difícil instalar un sistema “post-combustión”, como un catalizador de cerámica. Ese tipo de combustible necesita de alta presión para quemar (alconafta y nafta pueden quemar más fácilmente por fricción o temperatura)– y el gas de escape no ofrece presión suficiente para garantizar la quema. Esto necesita de un proceso de tratamiento en el gas de escape, con la ayuda de aditivos. Lo más utilizado es el Arla 32. Además de permitir el control de emisiones, reduce el consumo de 3% a 5% del diesel con la quema más controlada por el tipo de gas liberado.

El gasoil se obtiene directamente de la refinación de petróleo. El residuo de su quema en el motor presenta una elevada concentración de contaminantes, diferente de otros combustibles como leña o carbón de madera o solventes finos como thinner, kerosene, etc. La quema del diesel libera una substancia tóxica, el óxido de nitrógeno (NOX), extremamente perjudicial al medio ambiente.

El Arla 32 debe ser inyectado de una forma que permita su contacto e interacción directamente con el gas de escape. Esto garantiza una reacción química con el gas expedido, generando tres subproductos: amoníaco (NH3), nitrógeno (N2) e agua (H2O), todos atóxicos y con muchas finalidades industriales, como la producción de fertilizantes, por ejemplo.

Arla 32 significa Aditivo Reductor de líquido atmosférico es compuesto por 32,5% de urea técnica (pura) y 67,5% de H2O (agua pura no ionizada). Esa dilución de urea solo alcanza un punto de congelamiento y/o cristalización cuando la temperatura se torna inferior a los 11 grados bajo cero. Por ello con el vehículo en movimiento, no ocurrirán cambios de la concentración, ni de la precipitación del producto en el  depósito, garantizando una dilución uniforme en todo el contenido del depósito del vehículo.

Por ser un producto sin toxicidad, el Arla 32 no es contaminante ni peligroso. Caso ocurra contacto con la piel, lo ideal es lavar con agua en abundancia y jabón.

El producto comercializado debe exhibir el siguiente sello: Certificado ISO 22241-1 (International Organization for Standardization).

Debido a su composición, el Arla 32 reacciona con el cobre y sus derivados (latón y bronce). Por ello, los componentes utilizados en contacto con el producto y para su almacenamiento no deben contener esos materiales. Lo ideal son los compuestos plásticos de alta densidad.

El Arla 32 debe ser inyectado de una forma que permita su contacto e interacción directamente con el gas de escape.

El Arla 32 debe ser inyectado de una forma que permita su contacto e interacción directamente con el gas de escape.

Cada fabricante de motor y/o de vehículos debe decidir dos cuestiones vitales:

* Que sistema utilizar, porque hay muchas formas de hacer la adición y reacción del producto al gas de escape del motor;

* El destino de los productos fabricados, porque cada región del planeta tiene particularidades, como nieve, exceso o falta de lluvia, temperaturas elevadas, altitudes variadas, etc.

En función de esto, además de los sistemas de calentamiento, enfriamiento y compensación de presión, es necesario recordar que la mayoría de los sistemas para el uso del Arla 32 poseen depósitos y sistemas inyectores. En los depósitos, puede ocurrir la entrada de abrasivos que tapen los sistemas inyectores. En esa condición, los motores actuales, en su mayoría electrónicos, no reciben las señales del sistema de corrección de los gases de escape y son colocados en mantenimiento.

Para evitar ese problema, Mahle ofrece filtros específicos para los sistemas de utilización del Arla 32. Como en los demás sistemas vehiculares con filtros, estos deben contar con mantenimientos periódicos y la correspondiente substitución de los filtros.

Por una cuestión de mantenimiento preventivo y de seguridad para el sistema inyector del aditivo reductor, Mahle recomienda el cambio de los filtros para Arla 32 en estas condiciones:

* El período más indicado es el del cambio de aceite de motor y de los respectivos filtros.

* Cada 10.000 km, en el caso no haya recomendación de la montadora para otros períodos.

Lo ideal es hacerlo siempre que el vehículo este parado para mantenimiento. Esto evitará paradas indeseadas y costosos gastos de cambio de boquillas, bombas o tanques.