Sabe, puede, quiere…

Por Néstor Setzes

Qué director Pyme al analizar el incumplimiento de un empleado ante un pedido suyo, no se ha preguntado alguna vez: “¿Por qué no lo hace como se lo pedí?”.

Es algo así como el “drama existencial” de todo jefe, y tiene solución a partir de entender el problema.

Existen tres y sólo tres razones por las cuales un empleado no hace lo que se le pidió, y ellas son: no lo hace porque no sabe, o porque no puede o simplemente porque no quiere

Y es muy importante llegar a un diagnóstico certero, ya que las soluciones a aplicar son muy distintas en cada caso:

* Si no sabe, lo capacito.

* Si no puede, lo reubico o transfiero

* Si no quiere, lo motivo y persuado (en el mejor de los casos), o lo desafecto

Veamos cada uno de los tres casos.

SETZES

Si no sabe, es casi imposible que lo haga bien. Los conocimientos son la piedra basal de las buenas prácticas laborales. No saber no es pasible de sanciones. Nadie nace sabiendo. Todos manejamos una infinitésima parte del conocimiento, por lo tanto todos somos sujetos pasibles de aprendizaje permanente.

Nadie debiera tener vergüenza de decir “no sé”. Sucede que en el caso de los empleados generalmente esto no se da, ya que nadie quiere admitir que no sabe. Este es un aspecto para clarificar en el “Código de Etica” de la empresa con un renglón que por ejemplo diga: “En esta empresa no está mal no saber, lo que está mal es no aprender”.

Por lo tanto la solución recomendada en este caso es la capacitación, es decir que si no sabe lo capacito para que lo haga y lo haga bien.

Si no puede, también es muy difícil que lo haga bien. Allí el problema es de la dirección de la empresa que en realidad se equivocó en el organigrama o al menos en a quien eligió para ejecutar la tarea.

El no poder se debe a cuestiones intrínsecas del individuo, es decir cuestiones físicas, emocionales, personales, etc., que lo hacen incompatible con lo que se le pide. No poder no es pasible de sanciones. Es muy importante encargar la tarea a alguien que pueda hacerlo. Esto nos lleva a recordar que: “Gerenciar es administrar limitaciones”.

Por lo tanto la solución recomendada en este caso es el cambio de puesto o reubicación.

Si no quiere, existe allí un tema más delicado de resolver, ya que las motivaciones humanas para actuar son muy complejas. Pero es cierto que si alguien es contratado para hacer algo, y sabiendo y pudiendo hacerlo no lo realiza simplemente porque no quiere, existe allí al menos un desarreglo o incumplimiento del contrato laboral.

Aquí no hay una solución tan simple y directa como en los dos casos anteriores. La experiencia indica que generalmente se trata de personas que anteponen sus propios intereses a los del conjunto.

Si además arrastra a los demás hacia ese camino se está ante la presencia de un “líder negativo”, con todo lo que significa tenerlo dentro de la organización.

En primera instancia sería menester lograr motivar y persuadir constructivamente al empleado para que cambie su actitud.

Si con lo anterior no se logran resultados, es casi seguro que se trata de un elemento nocivo para la organización que debe ser aislado o desafectado de la misma, ya que por alguna razón los intereses del individuo y de la organización no son compatibles. Esto no implica un juicio de valor sobre la persona, simplemente se trata de entender que: “Hay organizaciones e individuos que son compatibles entre sí, y otras que no lo son”

En definitiva, se debe primero entender la causa de porqué ese empleado no hace bien lo que se le pidió, si se trata de que no sabe o que no puede o que no quiere. A partir de allí y según sea el caso, aplicar las muy distintas soluciones.

Esto llevará indefectiblemente a un crecimiento gerencial muy significativo en lo que hace al manejo de los recursos humanos, tema por demás complejo y permanente en toda PyME.

 

* SICFIE, Asesoramiento y Control PyME – Coaching empresario / info@sicfie.com.ar / www.sicfie.com.ar