LUBRI-PRESS

Las treinta y seis horas de Venecia

La quinta generación del sedán mediano de Audi ya está a la venta en Europa. Y pronto llegará a la Argentina. Lo manejamos en Italia. Crónica desde la Repubblica di Venezia. Desde Venecia (Italia) – ¿Cuál es el secreto de Venecia para mantenerse como una de las ciudades más famosas y soñadas por los turistas de todo el mundo? La respuesta es fácil: conservarse inalterada en el tiempo, aunque sólo por fuera. Me explico: los canales, los palacios, las catedrales, los mercados y los callejones de Venecia son los mismos que en los tiempos de Marco Polo. La otra parte del secreto consiste en renovarse, pero sólo por dentro. Detrás de los pesados portones de madera, de las laboriosas rejas de hierro y de los ancestrales muros de piedra te encontrás con todo el confort del Siglo XXI: hoteles y restaurantes de lujo, con pantallas táctiles que reemplazan a conserjes y mozos, y habitaciones con vistas al Siglo V, aunque con Nespressos parpadeantes, que te avisan que tu ristretto ya está pronto. No sé si ese es el motivo por el cual Audi eligió a la Repubblica di Venezia para el lanzamiento internacional de la quinta generación del A4. Tampoco tuve mucho tiempo para averiguarlo. Lubri-Press estuvo 36 horas en Italia y –más allá de alguna pizza carpaccio– nos dedicamos todo el tiempo a manejar el nuevo A4 en todas las versiones, con diferentes motorizaciones y por los caminos de montaña y autopistas que rodean a la ciudad de los canales. POR FUERA Nadie va a dudar al verlo: es un Audi A4, tan clásico como una ciudad medieval. Pero, quienes lo miren un poco más en detalle, tampoco van a dudar: es el “All-New A4”. La receta básica ancestral se mantiene invariable: es un sedán elegante y discreto, con los tres volúmenes bien diferenciados (capot, habitáculo, baúl). Los toques deportivos de algunas versiones se dan sólo por cambios bien puntuales: unas llantas más grandes, unos zócalos más prominentes o algún cromado extra. En Audi ofrecen tres opciones de terminación externa: Sport, Design y S-Line. Pero, ¿qué cambió con respecto al anterior A4? Audi asegura que el 90% de los paneles de la carrocería son nuevos. Esto es imposible apreciarlo a simple vista (a no ser que estaciones a una generación junto a la otra). El que parece que sí lo aprecia es el viento: el coeficiente aerodinámico de Cx 0,23 es uno de los más bajos de su segmento. Los rasgos novedosos más distintivos vienen por el lado de la nueva parrilla (ahora es más ancha y baja), del nuevo capot (ahora es más ancho, con una leve caída sobre la parrilla) y del deflector sobre la tapa del baúl. Es aleroncito es muy sutil, pero se convierte en una verdadera pieza de conversación cuando se te acerca un ingeniero de Audi y te dice: “Este deflector es el pliegue de carrocería con el ángulo más cerrado en toda la historia de la chapistería de la marca”. Otros detalles son más sutiles: los espejos retrovisores ya no se apoyan sobre la base del marco del parabrisas (Pilar A). Ahora están sobre las puertas. También se modificaron los picaportes: ahora hay que tirar hacia arriba (ya no hacia afuera) para abrir las puertas. Además, cambiaron las ópticas. Ya no habrá A4 con faros halógenos. Hasta las versiones de entrada a gama tendrán luces de xenón, pero también se podrá elegir como opción una variante Xenón-Led (con 12 diodos por faro) o lo que Audi llama Matrix Led (42 diodos por faro). Junto con este cambio en las ópticas desaparecieron los faros antiniebla. Su lugar fue ocupado (según el nivel de equipamiento) por tomas de aire, filetes cromados o los radares para el control de crucero adaptativo. En Audi consideran que los antinieblas ya no son necesarios, porque los Xenón y Leds iluminan muy bien en esa condición meteorológica. Habrá que comprobarlo. ¿Y qué pasó con las medidas externas? El nuevo A4 mide 4,73 metros de largo (tres centímetros más que el modelo anterior). La distancia entre ejes también aumentó dos centímetros, hasta 2,82 metros. Al mismo tiempo, el peso se redujo en un promedio de 110 kilos.     POR DENTRO Como en Venecia, puertas adentro es donde se notan los cambios y la modernidad. Por empezar, las nuevas medidas externas permiten ofrecer una cabina más amplia. Los pasajeros de las plazas traseras tienen 23 milímetros más de espacio para las piernas. Y el baúl aumentó su capacidad de 480 a 505 litros. Pero el verdadero show es el puesto de manejo. Audi implementó en el nuevo A4 un tablero completamente digital: un display HD de 12,3 pulgadas, que se puede configurar a gusto del conductor. El modo más espectacular: el que combina velocímetro y tacómetro, con la cartografía en colores del GPS. Este tablero es más grande que el que ya ofrece la coupé TT (la primera en incorporar esta tecnología) y tiene el mismo tamaño del tablero de la nueva Q7. La información se completa con otra pantalla en posición central, de 8,5 pulgadas. Es fija, no se puede ocultar (algo que el A3 sí permite). La calidad del interior dio otro salto notable. En Audi aseguran que buscaron darle al A4 el mismo nivel de terminaciones que la Q7. “El usuario sólo debe notar la diferencia en el espacio interior”, señaló un ingeniero de la marca en Italia. “Y en el listado de opcionales”, agregaríamos nosotros. Como ya es tradición en la marca, el A4 puede equiparse con un amplio catálogo de lujos, caprichos y gadgets. Por ejemplo, el soberbio equipo de audio Bang&Olufsen. O el sistema de carga del teléfono celular por modo inductivo (no hay que enchufarlo, con sólo apoyarlo en un soporte entre los asientos alcanza para recibir energía). Más: hay pantallas de entretenimiento para los pasajeros de las plazas traseras. También, por supuesto, se pueden elegir diferentes tipos de tapizados y texturas para los revestimientos de puertas, techo y plancha de instrumentos.

Equipo ganador

Dicen que no se toca. Y Audi parece haber tomado al pie de la letra el slogan para su exitoso A4. La nueva generación cambió poco en estética, pero mucho en funcionalidad.