LUBRI-PRESS

Historias de Taller Mobil: Lubricentro Alvear

La marca Mobil se propuso buscar historias de sus principales compañeros que sirvan de inspiración para otros lubricentros y talleres mecánicos, que se compartirán en distintas ediciones de la revista.  Maxiliano Mignola tiene 29 años y desde hace más de ocho está al frente de su primer emprendimiento comercial “Lubricentro Alvear” en Villa María, Córdoba.  Su visión de negocio y los vínculos que logró entablar con clientes de diversos segmentos de vehículos marcaron la diferencia. En el transcurso de este tiempo logró un crecimiento sostenido, sumó a sus dos hermanos convirtiendo su proyecto personal en familiar, incorporó más colaboradores y ahora proyecta mudarse a un local más amplio para brindar más productos y servicios.  Maximiliano nos cuenta su historia de primera mano…  -¿Cómo y cuándo nace Lubricentro Alvear? ¿Qué te motivó a hacerlo?  -Abrí el lubricentro en el 2013, cuando tenía 21 años. Previo a eso, ni bien terminé el secundario estuve trabajando con mi papá en el segmento agrícola, sin embargo, por un problema de salud, tuve que discontinuarlo. En ese momento, tuve que replantearme mi futuro laboral. Como mi formación en el secundario fue con orientación técnico mecánico, sumado a que me gustaban los fierros, me pareció una muy buena alternativa montar un lubricentro. En este sentido, mi familia cumplió un rol fundamental, ya que más allá del impulso que me dieron para abrirlo y apoyarme en la decisión, me ayudaron en todo el proceso de armado. Su acompañamiento fue fundamental para mí, porque este cambio significó un giro muy grande en mi vida.  -¿Con qué tipo de clientes trabajan?  -En Lubricentro Alvear ofrecemos servicios para camiones, autos y camionetas, pero también vendemos productos y brindamos asesoramiento en aceites y filtros para el agro. En un momento surgió la posibilidad de empezar a visitar a transportistas, lubricentros y a industrias de la zona para vender aceites, es decir, todo tipo de comercios. De ese modo, empecé a dar a conocer al negocio, y esos clientes (no solo los responsables de cada local sino los empleados de ellos también) comenzaron a traer sus autos y los de su familia para hacer los servicios, y así gané nuevos negocios. Además, aparte de los servicios, les proveo de filtros y aceites a varios mecánicos de Villa María y alrededores. Todos nuestros clientes los fuimos ganando con el tiempo y por la confianza que logramos generar con ellos. Uno puede disponer de un lubricentro moderno, con la mejor tecnología, pero el cliente prioriza los negocios en los que tiene confianza. A cada uno de ellos les hago un seguimiento de los vehículos, anoto las fechas en las que debería hacer el service, qué lubricante y aceites les coloqué, qué le cambié, etcétera. Mi objetivo es facilitarle la tarea, que ellos dejen el auto acá y se olviden. Incluso si hay algún servicio o producto que yo justo no tengo, los derivo con otro mecánico para ayudarlos a resolver. Si bien me la juego porque no sé cómo reaccionará el cliente, en general valoran ese buen gesto y vuelven.   -Cuando inauguraste el lubricentro, ¿estabas solo o tenías un equipo de personas trabajando con vos? ¿Cuántas personas conforman hoy el staff del local?  -Cuando lo abrí empezó a trabajar mi mamá y luego se incorporaron mis dos hermanos más chicos porque me hacía falta ayuda. Como no teníamos mucho conocimiento sobre varios aspectos de cómo manejar un comercio, busqué a una persona que me ayudara en estos asuntos. El negocio fue creciendo y hoy somos 7 personas las que trabajamos.   -¿Con qué te parece que tuvo que ver el crecimiento del lubricentro?  -El boca a boca, ofrecer un buen servicio, la buena atención y buena onda de trabajo que hay en el lugar, el respeto y buena actitud hacia a la gente, buena mercadería, la mayor cantidad de productos posibles y el no mentirle al cliente nos ayudó a crecer. Los viajantes o los proveedores siempre nos dicen que les llama la atención que de todos los lubricentros que ellos visitan, este es uno de los que los clientes vienen, nos dejan la llave de los autos y se van; cuando en otros lugares se quedan. A nosotros nos dejan el auto para que hagamos lo necesario. A veces se nos apilan los autos y tenemos que llamarlos y consultarles cuándo van a venir a buscarlos. Hay una relación de mucha cercanía con los clientes y confían mucho en nuestro conocimiento. Además, soy de la idea de que si no tengo algo te lo consigo. Busco la vuelta para que el cliente salga conforme. Trabajo muchas marcas y trato de tener toda la variedad de productos para todos los gustos. Siempre recomiendo que sean de buena calidad, y si no tengo alguna marca y el cliente la quiere, la consigo.  -A lo largo de este tiempo ¿Cómo hiciste para capacitarte sobre el mundo de los lubricantes y las necesidades de los distintos automóviles?   -Personalmente a mí me gusta el tema, leo mucho, escucho, veo referencias y aprendo un poco más de lo que ya sé. Pero en general, a mí me sirve mucho lo práctico; voy haciendo pruebas, veo cómo se van desarrollando las cosas, si sale un nuevo aceite miro las normas, miro los filtros, si cumplen con los requerimientos, veo dónde se puede aplicar y así voy aprendiendo.   -¿Cuál te parece que ha sido la clave o las claves para atraer más clientes y ganar su confianza?   -Nunca mentirle. Decirle exactamente lo que lleva el auto, lo que le tiene que poner. Si bien muchas veces hay otras posibilidades para ganar más dinero, yo no opto por eso; siempre le voy a recomendar al cliente que le ponga lo que lleva de fábrica, no lo que a mí me convenga. En caso que yo no tenga el aceite que cumpla con la norma que requiere el vehículo, le digo la verdad. Luego, ese cliente que vos te ganaste con confianza vuelve con 10 clientes más. Yo creo que ese fue uno de los motivos por los que fui creciendo y que ayudó mucho al