Es uno de los filtros menos populares y uno de los más importante para su salud.
Los filtros de habitáculo Mahle suministran de forma segura tanto al conductor como a todos sus pasajeros aire limpio para respirar, protegiendo a su vez el sistema de calefacción y aire acondicionado, dado que un rendimiento deficiente puede ocasionarle daños irreparables a todo el sistema de climatización.
Como dato destacable, un filtro de habitáculo de auto tiene que limpiar hasta 100.000 litros de aire contaminado por hora, y si nos referimos a filtros de camiones deben hacerlo en proporción hasta cinco veces más, tales exigencias un filtro convencional no llega a soportar.
Para hacer frente a tan rigurosas exigencias los filtros Mahle están equipados con material filtrante de máxima calidad capaz de soportar severas condiciones de contaminación como consecuencia de la polución ambiental.
Como regla general, estos están formados por varias capas de carbón activado añadido entre dos capas gruesas de material filtrante de alto rendimiento. El tejido de mayor porosidad mantiene el habitáculo libre de polen, partículas y sustancias sólidas, y por su lado el carbón activado captura los contaminantes gaseosos tales como el ozono, sustancias olorosas, óxidos de nitrógeno, y vapor de agua o moléculas de nafta, reteniéndolos e impidiendo su paso.
La capacidad de rendimiento y almacenamiento de un filtro de habitáculo se define, en las especificaciones del equipo original. La vida útil de un filtro de aire de habitáculo es de hasta 20.000 km, dependiendo del fabricante del vehículo. Sin embargo, debido a la alta carga microbiana, se recomienda que el filtro sea sustituido por lo menos dos veces al año.