El más simpático de los futuros

Dentro de algunos años, Tecnópolis será recordada por algunos como la feria de ciencia y tecnología más grande de la historia argentina. Y lo es. Otros, en cambio, la recordarán como la exposición cuyos sobreprecios y casos de corrupción le costó la cabeza a más de un funcionario del Estado. Y también lo es.

Yo, por mi parte, voy a recordar a Tecnópolis como el lugar donde manejé el primer vehículo eléctrico de mi vida. También el segundo. Y el tercero.

En las pistas del predio de Villa Martelli probé en 2011 el ArqBravo Buggy Tecnópolis. Poco después manejé ahí también la Yamaha EC-03 Eléctrica. Y el mes pasado pasé buena parte de una tarde con el Twizy, el citycar eléctrico de Renault.

Renault está obsesionada a nivel mundial con ofrecer diferentes alternativas de autos eléctricos. Y la Argentina no podía ser ajena a ese fenómeno. “Nos encantaría ser los primeros en traer autos eléctricos a la Argentina”, aseguró en enero del 2011 el director de Comunicación de la filial local, Gustavo Fosco.

Renault Argentina organizó un test drive para la prensa con dos Twizy en Tecnópolis.

Renault Argentina organizó un test drive para la prensa con dos Twizy en Tecnópolis.

Y pocos meses más tarde se dio la casualidad de que la presidencia de Renault Argentina fuera asumida por Thierry Koskas, ex director del Programa de Vehículos Eléctricos de la marca y responsable por el desarrollo y comercialización de los modelos Twizy, Kangoo ZE (Zero Emission) y Fluence ZE.

La estrategia eléctrica de Renault en nuestro país no se limitará sólo a la exhibición de los dos Twizy que ahora están en Tecnópolis –son los mismos que semanas atrás también estuvieron en Autoclásica -. En las próximas semanas arribarán al país dos Kangoo Z.E. y dos Zoe, para realizar pruebas dinámicas en el tránsito de Buenos Aires.

En nuestra región, la obsesión de Renault con los eléctricos no se restringe a la Argentina. La represa hidroeléctrica brasileña-paraguaya Itaipú, ubicada muy cerca de las cataratas del Iguazú, firmó un acuerdo con Renault para armar 32 unidades del Twizy en sus instalaciones, para utilizarlos para desplazamientos internos en el complejo.

Y, también en Brasil, la empresa de correos FedEx anunció la compra de seis Kangoo Z.E. para operar en Rio de Janeiro a partir del próximo verano.

Pero volvamos al Twizy. Al verlo, resulta inevitable preguntarse: ¿qué es esto?

 

Por fuera

Comencemos por lo más evidente: es un vehículo de cuatro ruedas, con capacidad para dos personas sentadas en tándem y apenas 2,32 metros de largo. Es 37 centímetros más corto que un minúsculo Smart. Y también es muy estrecho: apenas 1,19 metros de ancho.

 

Su diseño está inspirado en el Concept Twizy presentado en 2009 y podría definirse como un huevo apoyado sobre cuatro ruedas. No es lindo, pero sí resulta muy simpático. Algo así como la evolución de la nave espacial de Mork de Ork.

Los dos Twizy de Tecnópolis tienen puertas, que al principio fueron opcionales y ahora vienen de serie. Tampoco tiene vidrios laterales, que sólo se venden como accesorios. Es decir, vas a viajar bastante más abrigado y protegido que en una moto, pero muchísimo menos que en un auto de verdad.

 

Por dentro

La distribución en tándem indica que el pasajero viaja sentado justo atrás del conductor, como en un jet de combate. O, una vez más, como en una moto. Esto permite lograr una mejor distribución del peso y mantener las dimensiones bien pequeñas.

Ubicarse en el asiento trasero requiere una verdadera contorsión, pero una vez que lográs sentarte vas a viajar bastante cómodo, con las piernas rodeando la butaca del conductor.

Puesto de manejo central, con lo mínimo indispensable. El botón junto a la baliza es la “palanca de cambios”.

Puesto de manejo central, con lo mínimo indispensable. El botón junto a la baliza es la “palanca de cambios”.

Butacas deportivas, distribución en tándem y puertas de apertura tipo Lamborghini. Speed!

Butacas deportivas, distribución en tándem y puertas de apertura tipo Lamborghini. Speed!

El puesto de manejo es un poco más convencional. Un poco, porque se siente como en un auto de Fórmula, con el volante al centro y los dos espejos al alcance de la mano.

El equipamiento de confort es bastante pobre. Acá no hay aire acondicionado ni calefacción. Tampoco tiene equipo de audio. El tablero es digital y sólo informa la velocidad, el estado de carga de la batería y la hora. Hay un comando para las luces, otro para el limpiaparabrisas y un botón para la baliza. También tiene un comando para el cierre centralizado de las puertas, lo cual es toda una ironía: al no tener vidrios laterales se pueden destrabar tan sólo pasando el brazo por la ventanilla.

 

Seguridad

El huevo de la cabina del Twizy está diseñado como una celda de protección contra impactos. Con zonas deformables adelante, atrás y en los laterales. El conductor tiene un airbag frontal y cinturón de seguridad de cuatro puntos. El pasajero, cinturón de tres puntos.

Tiene dirección directa y frenos sin asistencia. No hay ABS ni ESP.

Tiene dirección directa y frenos sin asistencia. No hay ABS ni ESP.

En el Twizy no se pueden equipar ni frenos ABS ni control de estabilidad. No se realizaron pruebas de impacto de organismos independientes.

La simple falta de ABS es uno de los varios impedimentos de comercializar el Twizy en la Argentina, donde el antibloqueo será obligatorio de serie en todos los autos a partir del 2014. Acá no existen las subcategorías de homologación que sí permiten comercializarlo en Europa.

 

Motor y transmisión

El Twizy se comercializa en Europa con dos tipos de motores eléctricos: uno de 7 caballos de potencia (llamado Twizy 45, porque alcanza una velocidad máxima de 45 km/h y puede ser manejado con licencia de moto a partir de los 14 años) y otro de 17 cv (el Twizy 80, porque puede alcanzar los 80 km/h y requiere licencia de autos).

La recarga completa de las baterías se realiza en tres horas.

La recarga completa de las baterías se realiza en tres horas.

Las dos unidades del Twizy que están en la Argentina son las de 80 km/h. Están alimentadas por baterías de iones de litio, con un consumo de 63 watts/hora por kilómetro. Esto alcanza para darle una autonomía de 100 kilómetros. Las baterías se recargan por completo en tres horas.

La tracción es a las ruedas traseras, por medio de una caja automática con reductora, de una sola marcha.

 

Comportamiento

Como ocurre con todos los vehículos eléctricos, el funcionamiento del Twizy recuerda más a un electrodoméstico que a un auto. Es decir: permanece en contacto, en absoluto silencio, hasta que se pone en movimiento. Entonces, los únicos sonidos que aparecen son los de la fricción de los rodamientos y de los neumáticos contra el suelo.

Como en todo auto eléctrico, el torque es instantáneo, con el motor trabajando casi todo el tiempo al régimen máximo de 12.000 revoluciones por minuto.

La prueba consistió en tres vueltas a un circuito de un kilómetro de extensión por las calles de Tecnópolis, con algunos conos para slalom, zonas para probar los frenos y tramos para aceleración máxima. La velocidad más elevada que alcanzó Lubri-Press fue de 70 km/h, a sólo 10 de la máxima. Esto habla de un vehículo de reacciones muy ágiles e inmediatas.

En el circuito se podían alcanzar hasta 70 km/h. La máxima del Twizy es de 80.

En el circuito se podían alcanzar hasta 70 km/h. La máxima del Twizy es de 80.

La dirección es directa, sin ningún tipo de asistencia. El sistema de frenos también, sin servos que suavicen su funcionamiento. No hay ABS, no hay control de estabilidad. Es un biplaza con tracción trasera y apenas 450 kilos de peso.

Por sus dimensiones minúsculas y la sensación de conducir a la intemperie, el Twizy es un aparatito muy divertido de manejar. Y muy sencillo, ya que no hay que operar ninguna palanca de cambios: sólo acelerar, frenar y doblar.

El andar es bastante duro, casi sin recorrido en la suspensión. Tampoco ayudan las ruedas, con pequeñas llantas de 13 pulgadas. Es un auto pensado para ciudades sin baches, algo de lo que ni siquiera se pueden jactar los pasillos desparejos de Tecnópolis.

 

Conclusión

El Twizy ya tiene asegurado un lugar en la historia: no por su propuesta ecológica, sino por cómo fue desarrollado. Nació de la idea de tres ingenieros de Renault, que lo fabricaron desde cero sin realizar ningún estudio de mercado. Y lograron el OK de producción con la opinión de una sola persona: Carlos Ghosn, presidente de la alianza Renault-Nissan.

Por eso salió a la venta primero sin puertas ni ventanas. El estudio de mercado se hizo con el vehículo ya en los concesionarios. La demanda arrancó muy bien en Europa, pero en los últimos tiempos comenzó a declinar. Tal vez porque resulta un auto que no termina de ser un auto. O porque el sistema de alquiler de baterías no termina de ser comprendido por todo el mundo.

Lubri-Press lo manejó tres vueltas al circuito: “¿Dónde estaba el freno de mano?”

Lubri-Press lo manejó tres vueltas al circuito: “¿Dónde estaba el freno de mano?”

Pese a ello, la alianza Renault-Nissan ya lleva vendidos más de cien mil autos eléctricos en todo el mundo. Y no hay planes de cambiar esa estrategia en el corto plazo.

Por el momento, el Twizy no se venderá en la Argentina. Pero representa un símbolo de la avanzada que Renault estudia para nuestro país. El año que viene se ofrecerán Kangoo Z.E. y Zoe a las empresas que deseen sumar autos eléctricos a sus flotas de transporte. Y se firmarán convenios con las compañías distribuidoras de electricidad para establecer puestos de recarga.

Pequeño, simpático y con algunos lujos, como el techo totalmente vidriado.

Pequeño, simpático y con algunos lujos, como el techo totalmente vidriado.

Mientras Tecnópolis estuvo abierto al público, Renault organizó paseos gratuitos con los visitantes en el asiento del acompañante.

Mientras Tecnópolis estuvo abierto al público, Renault organizó paseos gratuitos con los visitantes en el asiento del acompañante.

El Twizy en sí plantea muchas incógnitas, pero me dejó con una sensación muy similar a cuando manejé el Smart eléctrico en Estados Unidos, hace dos años.

No me compraría un auto eléctrico como auto principal, pero me parece una propuesta más que interesante y tentadora para los traslados cotidianos, sobre todo si la Argentina llega a contar alguna vez con los incentivos fiscales que existen en otros países para vehículos de energías alternativas.

Por eso, una vez más: “Ojalá que el futuro cercano nos encuentre con un Twizy en la puerta. Y un descapotable con carburadores bien afinados en el garage”.

 

C.C.

Fotos: Luciano Salseduc