La fuerza del campo

FCA Argentina actualizó su pick-up full-size con más equipamiento y leves cambios en el diseño. Se prepara para recibir más competencia en el segmento. Desde la Cuenca del Salado, opina Jacinto Campos.

Desde la Cuenca del Salado (Buenos Aires) – Lubri-Press me convidó a darle unas vueltas por el pago a la nueva Ram 1500 (2019), que se lanzó en marzo pasado. En el 2019 se vienen las competidoras full-size, con lo cual la Ram – que se mantenía sola y altiva en el segmento-, ya siente el respirar en la nuca de las Ford F-150, una marca y un modelo con mucha historia para ser respetada.

Habrá que ver cómo toman esta tendencia en General Motors, Toyota y Nissan, que por el momento no amagan a desembarcar en serio en nuestro mercado con las espectaculares full-size. Días atrás probé una GMC Sierra en Estados Unidos y me pareció genial. C.C. manejó el año pasado en Marruecos la Nissan Titan y quedó igual de fascinado.

Aclaremos que no es lo mismo manejar una pick-up en otros países que llevarte la chata al campo por unos días. Además, mientras las Nissan, GMC y Ford se fabrican en Estados Unidos, esta Ram 1500 viene importada de México, con la diferencia de equipamiento que ello implica. De hecho, en Estados Unidos ya se produce una nueva generación de la Ram, por lo que FCA está ofreciendo dos tipos de pick-ups full-size en estos momentos en diferentes mercados.

La Ram 1500 (2019) es una actualización de la chata que ya probamos en Lubri-Press en 2014. Por eso, acá nos vamos a centrar en las novedades y en cómo se está acomodando este mercado de full-size.

Por ejemplo, hablemos de las nuevas tecnologías que ya están empezando a equipar estas camionetas. Mientras la GMC Sierra tiene tantas ayudas al manejo que casi te pasa a buscar por la cocina de tu casa, la Ram no tiene mayores asistencias. Ni siquiera cuenta con escalera para acceso a la caja de carga.

En favor de la Ram hay que decir que la cabina es muy confortable. Las butacas están calefaccionadas y ventiladas. Incluso tiene un sistema que calienta el volante, para los días más fríos.

Sin embargo, le faltan muchas ayudas para el trabajo. Por ejemplo, la unidad de prueba no tenía gancho de remolque, una actividad básica que realizan muchos propietarios de la Ram. Recordemos que es una excelente chata de tiro, no tanto de carga, porque la suspensión trasera con espirales limita el peso en caja hasta 562 kilos.

El enganche de remolque trasero de serie en las pick-ups es la cruzada de quienes usamos las pick-ups para trabajar, no sólo para pasear. Además, los ganchos de rescate están muy pegados al paragolpes. Con lo cual, si ponés una barra de remolque, seguramente tengas algún roce desagradable. Al no tener enganche ni se te ocurra llevarla al campo sin pasar por el “enganchero” amigo o hacértelo hacer con el herrero del pueblo. Con toda esa facha de laburante y forzuda no tiene de donde aprovechar esa “superfuerza” del Hemi V8. Quizá la Ram 2500 sí tenga gancho de remolque. Es una pijotería no habérselo puesto a esta 1500, aunque me dijeron que desde el Model Year 2019 lo traerá de serie.

Me gustaría volver a probarlo y hacer un concurso de cinchada. ¿Aceptará el desafío la Ford F150?

Habría que copiar el sistema de adaptación eléctrica (opcional aunque sea) del enganche que trae la GMC Sierra. En realidad es un reclamo universal de quienes quieren usarla como herramienta de trabajo (transportistas, maquinarias agrícolas, aventura, casa rodante etc.).

Pero “vayamos por parte”, dijo el chancho. Y lo estaban pelando.

La RAM 1500 es, como sus antecesoras, un fierro bien plantado, en donde el Hemi V8 de 5.7 litros entrega una potencia de 395 cv a 5.600 rpm y un torque 548 Nm a 4.000 rpm. Se combina con doble tracción desconectable (con reductora) y caja automática de seis velocidades. La mayoría de sus rivales ya tienen ocho o hasta diez cambios. Sirven para hacer fuerza y reducir los consumos.

El motor es agradable e invitador. El sonido del escape es hermoso. En salida se nota la fuerza de los centímetros cúbicos y le observamos un “saltito” entre las 2.500/3.000 rpm, como si esperara un turbo que no tiene. Ahí es donde la transmisión necesitaría un cambio adicional, para que no caiga la entrega de torque. De allí en más, todo es “para arriba”. Manejarla desde un metro y medio de altura, con 234 milímetros de despegue del suelo es toda una sensación. Es como ver el campo desde arriba del molino. Para estos espacios de trabajo es que nacieron las full-size.

Si bien natura no nos dio mucho barro -y el tiempo pijotero que nos dio C.C. no nos permitió esperar las lluvias, siempre necesitaríamos las chatas un par de semanitas más- le bajamos la zapatilla en los caminos de tierra. Levantamos una buena velocidad en el Camino Real y siempre se comporta como una chata con resto. Si bien el camino estaba firme (muy mantenido por la municipalidad) es de tierra y algo suelto hay; pero con el control de estabilidad anduvo al pelo y cambiamos de huella una y otra vez sin mosquearse.

Es destacable la capacidad de frenado. La probamos en velocidad y a pesar de la tierra floja y los 2.510 kilos de peso mantuvo la línea de marcha; ni coleó ni zapateó adelante. En un camino muy angosto atrás del campo frenó sin salirse, como si anduviera entre dos guarda rails. Y menos mal, porque la zanja nos esperaba ansiosa de cobrarse una nueva víctima (zanja famosa por haberse “fagocitado” tractores, cosechadores, casilla rodantes, autos en prueba de Lubri-Press, etcétera).

La caja de cambios se comporta bien -salvo el “saltito” de salida- aunque quizás le acomodaría algún cambio extra, especialmente hoy donde la industria entrega cajas de 10 o 12 marchas. Quizás ello ayudaría con un toque de moderación a la voracidad propia del V8; debajo de los 130 km/h no te asusta tanto, ya que anda por los 12/14 litros cada 100 kilómetros. Pero, si abusás del acelerador, vas a necesitar una cisterna de nodriza que te abastezca en viaje. Así es la vida: “Linda, buena… y barata” no hay.

Hablando de viaje, esta Ram 1500 es la compañera ideal para un viaje largo. El interior es extra confortable, con ajuste electrónico de las dos butacas delanteras, pedalera y columna de volante, con todos los comandos necesarios. Las ruedas enormes ayudan mucho a ese confort y la visión es excelente, incluyendo techo panorámico y luneta trasera de apertura eléctrica.

Bueno, paisanos: esperamos ansiosos a ver cómo se anotan General Motors, Toyota y Nissan para completar la grilla de las pick-ups full-size en el mercado local. Son herramientas de trabajo muy útiles en el campo, que vinieron para quedarse.

Sería muy bueno tenerlas a todas disponibles y que el usuario argentino acceda a toda la oferta tecnológica de los otros mercados. No por nada somos el país de las pick-ups.

Hasta la próxima jineteada.

J.C.