Todo sobre la información, el dinero y las decisiones

Por Néstor Setzes

 SETZES

Cuando se desea saber dónde está el verdadero poder en una organización solo hay que preguntarse quién maneja la información, quien el dinero y quien las decisiones de la misma, aunque el organigrama formal demuestre otra cosa.

Es por lo anterior que la gran mayoría de los empleados  inconscientemente intentan retener información para sí y no compartirla, o son reticentes a brindarla a otros compañeros de trabajo e incluso a sus propios jefes. Esa información es esencial para tomar decisiones con menores posibilidades de error. Cuando la información es propiedad de una persona y no de la organización, esa persona pasa a ser imprescindible.  La organización debe “desactivar” esos nichos de poder y para ello existen diversas herramientas entre las que se destacan los “manuales de funciones” y los “modelos de gestión de la calidad” basados en procesos (Normas ISO)

En lo que respecta al dinero todo en la empresa gira en torno del mismo, por lo cual, quien decide que recursos van a cada cuestión es una persona con poder real.

En cuanto a las decisiones en sí, sin el manejo adecuado de la información y del dinero se hacen muy dificultosas. Las decisiones solo serán verdaderamente aplicables y efectivas sin van de la mano de ambos.

En la dirección de una empresa se debe tener muy en cuenta el diseño y  la conformación de los tres circuitos (información, dinero y decisiones), qué personas participan de los mismos y con qué grado de responsabilidad. Pensarlo adecuadamente y definirlo forma parte esencial de la dirección.  Asimismo se tendrá verdadero poder en tanto y en cuanto se manejen efectivamente esas variables y a todos los involucrados en los circuitos.

Lo anterior explica por qué muchas veces sucede que el poder formal está definido en una persona (por ejemplo el dueño) pero quienes tienen el poder verdadero en la organización son otros. Muchas veces esos otros no son de los escalones más altos de la pirámide.

Los esquemas que se pueden aplicar para cada uno de los circuitos se diseñan “a medida” para cada organización teniendo en cuenta su “cultura” y las características particulares de sus dueños y gerentes.

Será entonces necesario y esencial para dirigir verdaderamente una empresa, verificar los tres circuitos haciendo que siempre el manejo último y el control total de los mismos recaiga sobre quien se elija conscientemente para ello, evitando sorpresas que por lo general terminan siendo desagradables.

 

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